連絡 Renraku

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Sentía como si le clavaran centenares de agujas en los bíceps y tríceps. El pecho le pesaba como si trajera un chaleco de lastre, impidiéndole el flujo de aire que necesitaba enormemente en esos momentos. La coyuntura de sus brazos ardía a la par que el antebrazo se estrujaba y las manos se contracturaban en vano. Sentía que sus brazos se iban a desprender de su cuerpo en cualquier momento, quedándose colgados de la barra mientras ella caía al suelo de aquel gimnasio.

Un gruñido, fruto del dolor muscular y el cansancio, del chico pelirrojo a su lado la sacó de su pesimismo que inconscientemente estaba intensificando toda la presión sobre su cuerpo. Algo reconfortante, es que ambos la estaban pasando igual de mal, dando un dejo de esperanza, de cierta forma.

Habían perdido la cuenta de los minutos que pasaron suspendidos en la barra, haciendo pull ups hasta aparecer la falla muscular. Muchos ya habían desistido, bajando de la barra de un salto, suspirando y maldiciendo la destrucción de sus brazos mientras recuperaban el aliento. Solo ellos dos seguían con las tortuosas repeticiones, Natsumi y Mikoshiba; eran tantas veces como lo pudieras hacer después de todo. El esfuerzo y la presión a la que estaban sometiendo sus músculos llegó a un punto de ser tan visible para los demás que la sensación se compartía. Las venas de manos siendo las más marcadas, los brazos ardiendo al rojo vivo, los trapecios y los deltoides dibujados a través de los pliegues de las playeras deportivas de ambos.

—¿Por cuánto tiempo piensan seguir con eso? —murmuró Asahi para sí mientras daba un pequeño sorbo a la botella de agua fría.

Buena pregunta. Pero la mente de la castaña estaba demasiado concentrada en mantener la fuerza en los brazos como para pensar en la respuesta. Lo más que escapó de su mente fueron dos palabras, de apenas una silaba cada una. ¿Por qué? La respuesta era mucho más simple de lo que se podría imaginar. No estaban pensando. No iba a ayudar en nada someter los brazos, pecho y espalda a esa clase de esfuerzo. Faltaba menos de media hora para el entrenamiento en la alberca y solo ellos, los dos que hace un par de días habían apostado, iban a pagar por las muy posibles y desgarradoras, en más de un sentido, consecuencias. Solo la terquedad y las descargas de adrenalina que les impedía sentir dolor era lo que los mantenía ahí arriba.

Solo hace unos días que habían apostado, la oportunidad perfecta se les había presentado con ese entrenamiento. No se sabía de una sola vez en que la chica de ojos esmeraldas, ni entre su círculo cercano, se hubiera echado atrás frente a un reto. Pero eso no impedía que todo su cuerpo se estrujara bajo el esfuerzo. Natsumi no pudo evitar que un gruñido se escapara de su garganta, en un esfuerzo por alzar su barbilla por encima de la barra. Necesitaba, con urgencia, cambiar el estímulo para que la sensación de sus brazos no la terminará matando. Escudriño de reojo el alrededor a través de su borrosa vista. Su mirada fue hacia arriba, en busca de aire. Había más de tres metros entre la barra y el techo, más que suficiente para subir su cuerpo sin acercarse a rozarlo. No era la mejor opción considerando el desgaste, la gravedad sobre su peso aumentaría al elevarlo tan sólo unos centímetros. Fueron cosas que no pensó lo suficiente.

Aún con la fuerza suficiente en los brazos para evitar que estos se estiraran por completo, Natsumi balanceo sus piernas, haciendo un latigazo al llegar al frente para que el impulso la llevara sobre la barra. Con una respiración, rápida pero profunda, cambió el agarre, sometiendo el talón de su mano a aguantar todo su peso en lugar se sus dedos, haciendo un esfuerzo mayor para mantener su equilibrio. Solo fue la risa de Mikoshiba lo que la sacó de sus pensamientos. Tras unos segundos, el chico se soltó de la barra, apoyándose en sus muslos para recuperar el aire.

El cuerpo de la castaña punzo bajo la gravedad, el leve tronar de su hombro, apenas audible para ella, la alertó sin dolor. También debía bajar. Mantuvo la tensión en su cuerpo hasta saltar de ella, amortiguando un poco con el movimiento de sus rodillas.

•僕らの夢• (Haruka Nanase × Oc) [Road to the world]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora