後援 Kouen

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Colosal. Esa era, quizás, la palabra más apropiada para describir aquel centro comercial. Con jardineras colgantes, las pequeñas zonas de tierra con las plantas minimalistas y las imitaciones de riachuelos como zanjas en el piso inferior con brillantes carpas nadando de un lado a otro. Aquel panorama despertó la sensación de haber cruzado por un portal que los llevó a otra dimensión. No podían creer que pudiera existir un lugar tan mixto como aquel en medio de la ciudad más poblada del planeta. Pero... bueno, ¿qué no se podía esperar de ella?

Tan solo un par de horas y el lienzo celeste había desaparecido en todo el horizonte, el manto de grises, claros y cercanos al negro, lo ilustró junto con la llegada de frías brisas que se colaban entre sus ropas. Las torres forradas de cristal azulado se alzaban entre la neblina de las alturas. Los cristales poligonales del techo dejaban pasar la escasa luz de la tarde nublada. Decenas y decenas de tiendas y establecimientos en todos los niveles, de todas las índoles, hasta donde la vista alcanzaba.

—Deja el suspenso de lado de una vez, Natsu —se quejó Kazuo —. Has mantenido esto del paquete como un secreto durante los últimos tres meses. Solo sabemos que viene del otro lado del mundo e hiciste malabares para conseguirlo. ¿Por qué no nos cuentas de que se trata de una vez?

—Porque no lo habías preguntado antes...—aludió Natsumi, dejando de un lado la pantalla de su celular, centrándose de vuelta en la realidad —. Además, ¿por qué tanto interés de la nada?

—Esperaría que venir a acompañarte, sin saber porque lo hacemos, fuera suficiente motivo para preguntarlo —respondió Keiko, sonriendo.

Tal vez, pensó la de ojos verdes en primera instancia. Pero estaba aludió, casi de inmediato que debía de haber algo más. Estaba muy segura que conocía aquella sonrisa, sabía que ocultaba algo. Ya la había visto antes; la recordaba, y no precisamente de la mejor manera posible.

—Ajá... —exclamó la castaña, con la pertinente duda sobre las intenciones de los otros dos, analizando aquel brillo malicioso que se escudriñaba entre los iris de la chica.

Natsumi volteó a ver a Kazuo. Su mirada apartada, fija en un punto lejano en el horizonte, pero eso no le impidió percatarse de la desvergonzada y divertida, casi ansiosa, sonrisa que iluminaba su rostro. Giró devuelta hacía Keiko. Aquella sospecha se hizo mucho más evidente con la ligera risa que escapó de sus labios.

—De acuerdo... —notó la castaña un poco más lento que su habla usual, acentuando lo suficiente para llamar la atención de los otros cuatro que la acompañaban. Keiko y Kazuo fingieron su sorpresa al mirarla —. ¿Qué se traen entre manos ustedes dos? Desde que salimos del gimnasio han estado actuando peculiarmente extraños, más de lo usual al menos. ¿Qué traman?

—¡¿Yo qué?! —replicó Kazuo, un leve mohín esbozó su cara.

—Ah, vamos, Natsu —canturreó Keiko —. Solo es una preguntita inofensiva. ¿Por qué crees que tramaríamos algo?

—Conociéndote, Kei... —señaló Natsumi —. Tu sonrisa te delata. Por si fuera poco, siempre tramas algo cuando venimos aquí. ¿Apostaron o algo así?

—Podría decirse —Kazuo se encogió de hombros antes de recibir un codazo por parte de Keiko. Trató de ignorar el golpe —. Solo queremos saber lo que pediste, Natsu. Por favor. No te hemos visto tan emocionada por algún objeto desde... vaya, ¿casi tres años?

—Somos curiosos, no puedes hacer nada para cambiar o evitarlo, y lo sabes —dijo Keiko —. Solamente dinos. Prometo que no vamos a hacer un alboroto.

Natsumi permaneció mirándola un par de segundos, aún en duda. Giró hacia el castaño. Sonrisas amenas a pesar de la curiosidad y ansia que había tras ellas, mas las razones eran sinceras. Sabía que ninguno estaba mintiendo, y lo podía comprobar en su mirada tras tantos años de conocerse. Natsu suspiro rendida, acomodó la rienda de la maleta sobre su hombro derecho.

•僕らの夢• (Haruka Nanase × Oc) [Road to the world]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora