Los Alphas tenían razón al decir que mientras nosotros discutíamos sobre si unir nuestras fuerzas o no, las fuerzas Koodav y sus aliados planeaban atacar Gaanvdok y conquistarlo. Dos días después de la reunión llegó la primera batalla, y de momento vamos perdiendo.
Grito una sarta de maldiciones mientras esquivo y devuelvo las estocadas que mis adversarios, dos Vadook puros y un Ashmoke. Mi lanza de doble cara no deja de girar y de tratar de cortarlos, sin embargo, estoy en desventaja al ser una humana contra tres criaturas sobrenaturales. Doy un salto hacia atrás para esquivar la hoja de la espada de sombras que iba directo a mi corazón y logro cortar un dedo o dos de un Vadook, para mi fortuna vuelve a recuperarlos en menos de un parpadeo. Grito más maldiciones.
El llanto de mi bebé me pone alerta, tomo el puñal de la cinturilla de mi pantalón del pijama, gruñendo entre dientes al recibir un corte en la mejilla por parte de la Ashmoke, lo hago girar entre mis dedos y le tiro una patada directo al estómago al Vadook que deseo apuñalar, él toma mi pierna y tira de mí hacia sí, en cuento nuestros torsos chocan clavo firmemente el puñal en su pecho, atravesando su corazón y exterminando cualquier posibilidad de curación con su lado sobrenatural, le lanzo un beso mientras observo cómo la vida abandona sus ojos.
— ¡Lydia!—En cuanto giro para mirar en la dirección del grito la hoja de una lanza atraviesa mi pecho y sale por mi espalda, jadeo y abro los ojos de manera desmesurada, aterrada mientras mis extremidades dejan de responderme. — ¡NO!
—Ahora iremos por tu abominación. —Susurra la Ashmoke y quita la lanza de mí, caigo sobre mi costado y cierro los ojos, respirar se me dificulta y mi cabeza pesa, lucho contra mí misma para no quedar inconsciente y espero que el plan de Floorent y Kristoff funcione.
—No, no, no. —Jagger me toma en brazos y me abraza contra su pecho, palpa la herida en el mío y solloza, sorprendiéndome. —No me hagas esto, Lydia, por favor, no.
—Jagger... está muerta, déjala.
—Sobre mi maldito cadáver. —Espeta y pronto mi boca se llena de sangre que me obliga a tragar, toso con violencia y abro los ojos, pero no me incorporo. En cambio, tiro de él hacia mi rostro, rabiosa.
—Ahora debes fingir que esto no funcionó, maldito idiota, o echarás el plan a perder. —Murmuro entre dientes antes de fingir una vez más mi muerte, él pellizca mi brazo con rudeza.
—No funciona, ¡¿por qué mierda no funciona?!—Grita con la voz rota y vuelve a acunarme contra su pecho, dejo caer la cabeza hacia atrás, entrada en mi papel.
— ¡Logramos nuestro cometido! ¡Retirada!—Escucho a lo lejos y pronto la batalla termina, Jagger se levanta y me lleva en brazos hasta la casona donde nuestra hija es resguardada.
—Eres una maldita. —Masculla contra mi oído y me deja caer, lanzo un grito ahogado al golpear mi plano culo contra la tierra compactada del piso de la casona. —Casi me da un maldito infarto, ¿y para qué?
—Para fingir mi muerte y acabar con la batalla.
— ¿Cómo...?—Le hago un gesto para que se calle y comienzo a relatar los acontecimientos de las últimas 36 horas.
...36 horas antes...
— ¿Infiltrados? ¿No es eso peligroso?—Inquiero mientras le cambio el pañal a mi bebé, Floorent niega.
—Nosotros somos los maestros del espionaje y los responsables de todas las infiltraciones exitosas en el mundo humano. —Explica, hago una mueca y termino, le paso el pañal sucio de tela a Kristoff, se deshace de él estoicamente. —Infiltraremos a uno de los suyos.
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Luz de luna
WerewolfTras la muerte y desaparición de los últimos integrantes de su pequeña familia, Lydia termina en una familia de acogida, constituida por los nuevos del pueblo, todos del género masculino y con personalidades electrizantes. Lo que ella no sabe, es qu...