Un cosquilleo constante en sus muslos otorgado por unas frías y grandes manos que sin pena alguna recorrían su desnuda piel, manos posadas sobre los hombros marcados lo ayudaban a sostenerse mientras en esa comprometedora pose sus miembros se rozaban sin siquiera tocarse por completo. Ese hombre emanaba una fragancia que simplemente lo dejaba anonadado y podría decirse que hasta se sentía mareado, sucumbido ante sus deseos más carnales.
Fue en cuanto sus miradas estuvieron frente a frente a punto de por fin besarse que Narancia despertó, gracias al estruendoso sonido de la alarma.
Tener ese lujurioso sueño en el que estaba sentado arriba de quien conoció hace tan solo un día hizo que al despertar se encuentre desconcertado, pues si bien le llamo la atención con solo ver el físico que aquel portaba no creyó que fuera tal atracción como para que su subconsciente lo traicione de tal manera, de hecho, ni siquiera llegó a fijarse en el de aquella forma, ya que no tenía la suficiente autoestima como para pensar en que tal adonis podría fijar sus ojos en alguien como él.
Intentando borrar ese sueño o por lo menos no pensar en él, se convenció de que solo era su mente jugándole una mala pasada a causa de que hace bastante que no se masturbaba.
Por fin tomando el reloj y apagando la alarma, terminó levantándose de la cama, hoy era un día importante, la misión por la que había sido enviado allí se llevaría a cabo.
El día de ayer aquel hombre le había dado indicaciones claras de cómo se realizaría todo, de hecho, para comunicarse solo basto el tener una charla amena en la que fue de lo más cordial y hasta rozando lo amable, por lo que le extrañaba la rivalidad que al parecer tenía con Abbacchio pues nada de lo que dijo le hizo levantar sospechas.
—Buenas tardes Narancia, parece que tenemos mucho de qué hablar— pronunció con una profunda voz en cuanto lo vio.
Luego camino hacia la mesa y le indico que se sentara con un gesto, después tomó una larga gabardina y se la colocó sobre los hombros, para finalmente sentarse frente a Narancia, aunque con toda la paciencia tomó un cigarro y lo encendió, invitando al chico a tomar uno.
—No, gracias— respondió, expectante a lo que podría pasar, aunque parecía ser que aquel no tenía ni el más mínimo apuro, por lo que comenzaba a impacientarse —Bucciarati me comento que tenía que encontrar a alguien— dijo intentando agilizar el asunto.
—Así es, alguien nos está intentando cazar, es cuestión de esperar y asesinarlo, logró herir levemente a uno de mis compañeros, lo que me hace pensar que tiene algún tipo de stand lo bastante poderoso como para inquietar a los altos mandos, por eso estás aquí.
—Entiendo, ¿cómo saben en qué momento va a atacar? — preguntó Nara.
—Difundimos por las calles que mañana llega un cargamento de armas, el cual tenemos que recibir en el puerto, sabe que estaremos por la zona, buscara realizar un golpe allí— pronunció con calma, como si el asunto no fuera la gran cosa, algo que a Narancia lo desconcertaba.
—Te ves tranquilo— pensó, pero también dijo en voz alta.
— Confío en que saldrá todo bien, tienes un rastreador— contestó sin más detalle.
—Bucciarati menciono eso, ¿Por qué es importante? — pregunto con duda.
—Al parecer tiene un stand que le da la capacidad de ser invisible, tengo entendido que tienes un rastreador con visor, con eso será suficiente para encontrarlo— finalizó apagando el cigarrillo.
—Bien, suena simple para mi Aerosmith— contestó sonriendo, algo que pareció sorprender al mayor.
Luego de eso terminó por hablar algunos temas de logística como el horario y la zona exacta en donde ocurriría todo, en menos de diez minutos ya estaba de regreso al hotel.
Al parecer todo se resolvería demasiado rápido, por lo que aprovecharía que aún era temprano para recorrer las calles camuflándose con un bonito vestido, haciéndose pasar por un turista más.
Tomo fotografías, dio un paseo por los famosos canales y ceno en soledad en un acogedor restaurante, una tarde en la que a pesar de las circunstancias la pasó de maravilla, aunque no mentiría, le hubiese encantado estar en compañía de quien se había enamorado, aunque a pesar de estar solo toda la tarde de igual manera se sentía observado, prefirió ignorar aquel hecho y disfrutar del momento.
Volviendo al día de hoy, debía de alistarse algo rápido y partir al puerto de Marghera, donde se llevaría a cabo la entrega.
No pensó mucho el que ponerse, ya que sabía que pasar desapercibido iba a ser clave el día de hoy, por eso eligió algo con lo que no llamaría la atención, o por lo menos no llamaría la atención de un asesino que está en busca de gánsteres.
Tardó estar listo unos treinta minutos, habiendo tardado más en bañarse que en vestirse, eligiendo lucir una falda corta lisa de tiro alto en color ocre, un top con mangas de una tela llamada gasa, la cual traslucía a penas, la misma era de color celeste con algunas flores anaranjadas. Finalizó su traje con tiradores a juego con la pollera y un cinto amarillo el cual apenas ató y dejó colgando. De calzado inicialmente quiso ponerse algunas sandalias, pero pensó que había una posibilidad en la que tendría que correr, además tenía que caminar bastante, por lo que opto por unos tenis en color blanco.
Se tomó unos minutos para maquillarse, sin hacer demasiado hincapié en ello, ya que apenas se hizo un delineado y se colocó algo de gloss en los labios. Se miró al espejo pensando en si le faltaba algo, viendo que olvidó por completo los accesorios se colocó aros con forma de media naranja en cada oreja, una gargantilla simple en el cuello y una bandana haciendo juego formando un moño sobre su cabeza.
Cuando el reloj marcó las once de la mañana se sintió preparado como para salir, cogió su bolso, guardó en él su teléfono, una cámara y partió del lugar.
Las calles estaban abarrotadas de gente, muchos de ellos vacacionando, pues aquella ciudad era un centro turístico demasiado concurrido.
A lo lejos divisó al señor Nero, quien estaba acompañado de un rubio de atuendo elegante. Estaban transportando algunas cajas.
Narancia logro guiñar su ojo derecho a aquel hombre, intentando que lo reconozca, pues su aspecto distaba bastante de cómo había sido visto ayer, aunque esto al parecer no hizo falta, pues él solo lo miro y sonrió, Narancia se sorprendió al darse cuenta de que tenía una cálida sonrisa.
Sin pensar más en ello, pues se sonrojaría, sacó su cámara y comenzó o fingir que sacaba fotografías a los faros que recorrían todo el puerto, cuando en realidad solo buscaba algo sospechoso.
Llegó hasta una zona en el muelle un poco más elevado, en donde tenía una mejor vista, allí divisó que una nueva carga llegó, al parecer este si era el cargamento pesado de Passione, ya que se notaba como comenzaron a descargar cajas aún más grandes y pesadas, posiblemente atacaría en este momento.
Con disimulo se alejó a una cabina telefónica que se encontraba un tanto apartada y ni bien entro saco a Aerosmith para que sobrevuele la zona a una altura suficientemente alta como para no ser vista por otro usuario.
Al salir tomó lugar en una banca cercana, en donde fingió revisar las fotografías que había sacado, aunque en realidad si aprovecho para tomar alguna que otra de Risotto, pero eso era para que se vea más verídico su papel, o eso se dijo a sí mismo.
Intentando no perder el eje, sacó a su radar en modo invisible y comenzó a buscar por la zona, pues no se veía nada extraño, salvo el hecho de que Risotto no estaba por ningún lado.
En cuestión de instantes, notó la primera anormalidad, alguien aparecía y desaparecía a los segundos, pero no en el mismo lugar, pues primero tomo lugar en el muelle cercano a él, luego en la orilla y finalizaba en el barco recién encallado, rotaba de aquella manera constantemente sin parar, haciendo que Narancia se dé cuenta sin pensarlo a qué clase de stand se estaba enfrentando, ni más ni menos era un usuario que podía teletransportarse a grandes velocidades.
Imposible para el ojo humano, pero para Aerosmith era algo simple de ver, esperando que vuelva a aparecer en lo que era el muelle cercano a él, Narancia no hizo más que darle la orden de ataque acompañado del característico grito.
—Vola vola vola vola, volare vía— pronunció teniéndolo en la mira, haciendo que aquel tipo caiga desplomado delante de él a una velocidad inigualable a la que Aerosmith podía llegar.
—Dijiste que era algo fácil para tu stand, pero no pensé que tanto— dijo Risotto apareciendo de la nada al lado de Narancia, quien se llevó un susto al ver que este podía hacerse invisible —Aunque no sé cómo lo hiciste.
—Fue fácil, se teletransportaba en lugares fijos, fue cuestión de esperar— explicó en cuanto salió del estupor —¿Hace cuanto estás aquí? — pregunto luego de recordar que lo había fotografiado y había visto las fotos hace tan solo unos instantes.
El hombre solo sonrió de lado sin responder.
—Quería algo más de acción— escucho quejarse a un chico moreno cortando el momento, venía caminando junto a otro de pelo largo color lila.
—Yo no esperaba que termine tan rápido— dijo otro saliendo de un reflejo del agua.
—Nos dio problemas por semanas— acotó otro chico de pelo verde apareciendo por el lado izquierdo, estarían rodeando la zona.
Al parecer eran parte del escuadrón de asesinato, el grupo que estaba liderado por Nero. Narancia ante estos comentarios no respondió, solo observo a todos y les regaló su más sincera sonrisa, aunque se sintió algo cohibido ante la aparición de tantos extraños.
—¿No nos la vas a presentar Risotto? — pregunto el de pelo lila, mientras algunos inspeccionaban el cuerpo y lo hacían desaparecer dentro de un espejo, algo por lo menos llamativo.
—Que lo haga él mismo— contestó sin expresión alguna Nero.
—Soy Narancia Ghirga y vengo del equipo de Bruno Bucciarati, me quedaré una semana— dijo tan alegre como siempre.
—Pues yo soy Formaggio, un placer señorita— se apresuró a decir el rapado con aires de galán, mientras tomaba la mano de Narancia para besarla.
—Lo siento, pero no soy una señorita, uso pronombres masculinos— contestó con un leve sonrojo Nara, era usual que lo confundan y nunca corregía sobre cómo llamarlo para no crear una incomodidad en los demás, pero si estaría allí un tiempo sería mejor que se acostumbren.
La cara del intento de casanova era todo un poema, pues después de un momento solo asintió con asombro.
—¡Di molto! ¿Cuánto calzas? — se escuchó decir unos instantes después, como si aquella pregunta fuera de la más común, a lo que un chico de lentes golpeó su nuca de haciéndolo tambalear en su lugar.
—Ghiaccio— se presentó solo diciendo su nombre, a Narancia le cayó bien, le hizo recordar a alguien.
Luego de eso con la mano saludo el que parecía ser más joven, llamado Pesci y quien no se acercó a él fue un rubio de traje, el que anteriormente estaba con Risotto.
—Bien, ¿dónde vamos a festejar hoy? — dijo otro muchacho de pelo largo y coletas, el mismo que estaba desapareciendo el cuerpo.
—A algún lugar tranquilo— respondió el líder —¿Vienes? — preguntó clavando la mirada en Narancia, quién mentiría si dijera que no le intimidaba.
—Si, porque no— afirmó con aires de timidez.
Tenía el presentimiento de que iba a ser una noche larga.》》》》》》》》》》》》》》》》
Vestimenta inspirada en:
Scayzel (tumblr)
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Dude... dude looks like a lady (FugoNara)
FanfictionNarancia tenía un secreto, nunca había salido del "closet" y a su vez su closet tenía otro secreto. Fugo pensaba que era heterosexual, hasta que un cambio en su amigo hizo que su vida de un giro inesperado. -Advertencia: los protagonistas van a desa...