25- Estoy listo para ti.

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Su improvisada cita salió tal cual lo esperado y con alguna que otra sorpresa.

Llegaron a un cine del centro de la ciudad y un muy emocionado Fugo sacó las entradas. Se adentraron a ver una película de guerra relacionada con un conflicto bélico de un país de Europa del este, o algo por el estilo que Nara no prestó atención, ya que casi al instante de comenzar se durmió. No aguantaba ver películas y menos si duraban casi tres horas, simplemente le aburría y solo accedió a ir allí por placer de su pareja, cuestión de que no se arrepentía, ya que en los pequeños momentos en los que se despertaba veía la atención y el entusiasmo con la que observaba la gran pantalla.

Una vez que terminó salieron del lugar, mientras Fugo muy animado le comentaba las partes que más le gustaron y las que históricamente eran incoherentes. Nara solo lo escuchaba, de nuevo no entendía, pero si su novio estaba contento él también lo estaba.

Luego pensaron en ir a cenar, pero no tenían hambre, así que degustaron algo de comida chatarra que había en una feria cercana que se propusieron recorrer.

Así pasearon por la zona, que aunque era tarde estaba atestada de gente, haciendo que Fugo se moleste, pues su acompañante robaba todas las miradas.

—Te observan demasiado— dijo algo disgustado Fugo, durante toda la noche vio como le llovían miradas indiscretas a su pareja e inevitablemente despertaron celos en él.

—Será el vestido, es muy llamativo— contestó este sin darle importancia.

—Sabes que no, veo como todos te observan— pronunció con una latente incomodidad.

—No sé que decirte, ¿quieres ir a un lugar más alejado?— pregunto algo confuso, pero aún era temprano, podrían ir a algún lugar más tranquilo.

—No hace falta— contesto inseguro.

—Vamos Panni, dime, propone a donde ir— ánimo el chico, no quería que su pareja este descontento.

—Hay un parque, queda un poco lejos, pero es tranquilo, pensé en llevarte ahí más tarde— contestó casi al instante.

—Bien, tú conduces— dijo finalmente con una sonrisa arrojándole las llaves, terminando por encaminarse hacia el auto que estaba estacionado en una zona cercana.

A los veinte minutos llegaron, el tránsito estaba bastante abarrotado aquella noche, es por ello que tardaron más de lo esperado, aun así Fugo no se desató cuando entraron en un embotellamiento. Nara pensó que en verdad había mejorado, eso lo notaba en pequeños detalles como este.

Aquel parque era enorme, repleto de grandes arboledas que tapaban la luna, aunque estaba todo muy bien iluminado gracias a los faroles que adornaban el lugar.

Al bajar del auto recorrieron un camino que llevaba a una fuente que se encontraba en el centro del lugar, envueltos en un silencio cómodo mientras iban de la mano.

—La pasé muy bien hoy— comentó Nara en un momento intentando romper el silencio.

—Yo también— respondió parando de caminar y tirando de él, para acercarse lo suficiente y plantarle un beso sobre sus rojizos labios.

—¿Ya te dije que estás hermoso?— volvió a repetir mirándolo de cerca.

—Si Fu, varias veces, hasta me hiciste una pequeña escena de celos— contestó serio.

—Lo siento, intentaré no volver a hacerlo, es que...— intentó refutar siendo interrumpido.

—Entiendo que estás dando lo mejor de ti Panni, solo quería decírtelo para que lo tengas en cuenta— contestó rápido para no extender el tema.

Luego de eso Fugo estaba algo molesto consigo mismo, pensó en que había arruinado la noche y perdió la oportunidad de llevarlo al lugar donde quería terminar la cita, Narancia noto al instante su cambio de humor así que descomprimiendo el ambiente volvió a hablar.

—Igual los entiendo— comentó sonriendo de lado y colocando sus abrazos al rededor de su cuello, descolocado a Fugo —Quien se resistiría— finalizó logrando que su pareja cambie su expresión a una mucha más relajada.

—Ok, por lo menos admites que eres hermoso— rio siguiendo su juego.

—Tú no te quedas atrás, ese pantalón te marca muy bien el trasero— contestó dándole una nalgada a lo que Fugo solo rio y continuación siguieron caminando, dejando el tema en el olvido.

Así perduraron paseando un largo rato tomados de la mano, había refrescado un poco, pero ninguno lo notaba gracias al ambiente cálido formado y la simpleza de la situación, solo eran ellos dos caminando por un bonito sendero de flores con la luna de testigo. Cada tanto a Fugo le gusta tomar de la mano a Narancia haciéndolo girar y en consecuencia su largo vestido tomaba vuelo haciéndolo sonreír, solo podía pensar en lo mucho que amaba verlo tan radiante, en verdad lo amaba.

Aquel sentimiento que nació de forma tan repentina para sí mismo y que intento reprimir terminando por ceder, ya que no pudo contenerlo en lo más mínimo, pues todo en lo que podía enfocarse era en Narancia, no lograba comprender cómo este lazo era tan fuerte, como es que de aquella amistad paso al rechazo para finalizar en el más profundo amor.

—Amor— llamo haciendo que el mayor preste atención —Hay un lugar más al que quiero ir, queda al otro lado del parque.

—Vamos— solo respondió con iniciativa sin siquiera preguntarse a donde lo estaban guiando.

No tardaron en llegar porque Fugo algo ansioso acelero el paso, cuestión que Narancia noto, pero no quiso decir nada.

—Es ahí— dijo señalando a él otro lado de la calle, en donde había un motel de alojamiento transitorio para parejas.

—¿Fugo?— pregunto sorprendido observando a su pareja.

— Podríamos pasar la noche aquí, si es que quieres, si no podemos volver a casa— volvió a hablar algo más tímido que antes.

Narancia sobrentendiendo a lo que se refería, se acercó lo suficiente y poniéndose en puntas de pie le dio un tierno beso que calmo al menor.

—Claro que quiero pasar la noche aquí— respondió finalmente.

Fugo abrió los ojos impresionado, no esperaba que acceda, aunque no perdía nada si hacía la propuesta.

—Sabes para qué quiero...— volvió a hablar, dando a entender el porqué de su intención al hospedarse allí.

—Fugo soy idiota, pero si entendí, quiero hacer el amor aquí— dijo señalando el hotel.

Fugo al instante lo tomo de la mano y tirando de él se dirigieron hacia allí, el último tramo era casi nulo, pero se le hizo eterno gracias a los nervios.

Al entrar el rubio se dirigió hacia la recepcionista y pidió la habitación reservada a su nombre. Luego de que le entregaron las llaves partieron hacia el cuarto número quince.

El lugar era bastante ostentoso, pero no tanto como para ser de lujo. De afuera se lo veía como un hotel regular, con su característico cartel de neón, lo que hacia que al adentrarse uno se sorprenda de su bonita decoración contemporánea.

La habitación era una suite principal, de cama doble plaza, baño con jacuzzi y un pequeño balcón. Decorado todo en un toque moderno. Por suerte no tenía ninguna temática extraña.

—Es bonita— dijo Nara una vez que entró, rompiendo el hielo.

—Lo es— contestó Fugo sin saber como continuar, pues no tenía idea de como iniciar lo que tantas ganas tenía de hacer.

—Hey, ¿te pasa algo?— preguntó preocupado Narancia al ver la extraña expresión que este portaba de repente.

—Solo estoy un poco nervioso, es todo— contestó sentándose en la gran cama, a lo que Narancia lo siguió tomando lugar a su lado.

—Por más que me hayas traído, si te arrepientes me dices, podemos dormir toda la noche o irnos a casa, no te sientas presionado— expresó Narancia dirigiéndose a él y tomando su mano.

—Te amo tanto— fue lo único que respondió Fugo tomando su rostro para darle un beso cargado de este sentimiento nuevo para él.

Dude... dude looks like a lady (FugoNara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora