7- MMMH.

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Advertencias: Capítulo nsfw con puras escenas explícitas o en otras palabras:  SEXOOOOO

Si este tipo de lectura no es de tu agrado te invito a pasar al siguiente capítulo, ya que este relata por completo lo que es el "lemon" por lo que puede ser salteado.

♡♡♡

Salieron del lugar sin mediar palabra y en menos de cinco minutos llegaron a destino gracias a la moto que manejaba el líder, Narancia no conocía en donde estaban, tampoco preguntó, pero de igual manera a la incógnita invisible Risotto respondió diciendo que llegaron.

Cayendo en cuenta y con algo de nerviosismo, tal vez con el alcohol dejando de hacer efecto, el moreno se replanteó si estaba en lo correcto.

—¿Estás bien? — pregunto Risotto sacándolo de sus pensamientos.

—Solo algo nervioso— murmuro.

—¿Te llevo a tu hotel? — propuso comprensivo, pero como respuesta solo obtuvo un húmedo beso, dejando entre ver más de lo que podía decir en ese momento.

Tomándolo de mano el mayor lo guio dentro del edificio, sin vuelta atrás y sin siquiera volver a poner en duda lo que estaba a punto de pasar.

Respiró profundo antes de entrar al ascensor y miró hacia arriba prestando atención a los rasgos de su compañero, mandíbula marcada, nariz recta y perfilada y ni hablar de esos ojos tan grandes y extraños que lo miraban fijo, describirlo como atractivo quedaba a medias y Narancia se sentía afortunado de que alguien así se fije en él, aunque sea momentáneamente.

—Llegamos— dijo sonriendo de lado en cuanto el ascensor paró y abrió sus puertas.

Un pasillo con algunas puertas se mostró y Risotto lo llevó hasta la última, la cual parecía ser la más grande, por un momento a Narancia se le cruzó la idea de que quizás estaban en un motel, pero al abrir la puerta se encontró con un acogedor hogar, lleno muebles de madera y tapizados en tonos ocres, contrastando bastante con la imagen que tenía de su acompañante, podría haber observado un poco más el entorno, pero fue tomado de la cintura por unas grandes manos y al girar fue prácticamente empujado en cuanto Risotto chocó sus labios contra él pues este parecía estar conteniéndose, haciendo que a Narancia le cueste seguirle el ritmo pues su intensidad era difícil de manejar.

La falta de aire hizo efecto y fue entonces cuando volvió a guiarlo, pero esta vez fue hacia la habitación.

Una amplia cama de dos plazas les esperaba y Narancia estaba ansioso por lo que ocurriría a continuación, por lo que sin tardar más se dedicó a desabotonar paso a paso la ceñida camisa del mayor, quien sin querer esperar termino tirando de ella haciendo que algunos botones vuelen por el aire.

A continuación, era turno de Narancia, por lo que se giró y mirando por sobre su hombro señaló su espalda, Risotto al instante entendió que debía bajar el cierre que sostenía su vestido, así fue como este deslizó haciendo que caiga a sus pies dejándolo a penas en ropa interior que hacían juego con esas lindas medias de red.

Las frías manos se posaron en su refinada cintura, pasearon hasta adelante en donde bajaron por su vientre hasta tocar su miembro, quien estaba esperando algo de atención.

—Siéntate— murmuró en su oído para luego darle un beso en su hombro.

Haciendo caso tomó asiento en el borde de la cama cruzando las piernas, observando muy atentamente como aquel desprendía los botones de su pantalón y lo bajaba sin cortar en ningún momento la mirada.

Narancia estaba impactado de lo que veía, en sí pensó que sería grande, pero tampoco de tal tamaño, el moreno tragó en seco algo contrariado.

—Relájate— volvió a ordenar, colocando cada mano en sus muslos y abriendo sus piernas, posicionándose en el medio y bajando la ropa interior que traía el moreno, haciendo que su erección rebote contra su abdomen. Sin mediar alguna otra palabra se arrodilló frente a él y tomó su sexo con la boca, alejándose de a momentos para besar el glande pasando su lengua por los alrededores y luego volviendo a succionar, cada vez con más intensidad.

Con cada movimiento rápido Narancia terminó por desinhibirse, perdiendo por completo la poca vergüenza que le quedaba, sin contenerse gimió más alto que lo deseaba y tomando de la cabellera blanca de su compañero tiró de él hundiendo cada vez más su cabeza, acompañando también con movimientos de su pelvis, disfrutando al máximo, más cuando Risotto miraba hacia arriba y le compartía una mirada llena de satisfacción.

El breve pensamiento de no creer que aquello estaba sucediendo paso por su mente, pues le parecía increíble el tener de rodillas frente a él semejante adonis.

Cuando llegó a tensar sus músculos Risotto se separó casi de golpe, previniendo que el chico estaba por finalizar, por lo que se paró a una distancia y observó el desastre en el que se había convertido su acompañante. Limpiándose las comisuras de los labios sonrió de lado, volvió a acercarse, dándole una nuevamente una orden.

—Recuéstate en el medio de la cama.

Cuando pudo reaccionar acató el pedido, por lo que Risotto terminó de desvestirlo luego de acomodarse, sacándole lo último que este portaba, lo cual eran los zapatos y las medias.

Posando sobre él, volvieron a unir sus bocas, mientras Narancia levantaba sus piernas atrapando su cuerpo, provocando que sus erecciones chocaran entre sí, humedeciendo por completo la ropa interior del mayor, acto que hizo que ahogaran sus gemidos gracias al sonoro beso que compartían.

—Pareces que ya no estás tenso— murmuró Risotto apenas separándose.

Como respuesta obtuvo una sonrisa relajada y un empujón, haciendo que este caiga, o más bien se tire hacia atrás apoyándose sobre sus codos, teniéndolo por completo a su disposición Narancia también quería degustar el cuerpo del líder.

Deslizando su bóxer se encontró con que era tal y como esperaba, lo suficientemente grande como para pensar en que le dolería, pero que al mismo tiempo disfrutaría.

Cogiéndolo con ambas manos masajeo de arriba a abajo la base, para luego sumergirse en él tomándolo de golpe, intentando no ahogarse en el proceso, aunque esto era prácticamente imposible pues dudaba de que entre del todo en su boca, aunque al final haciendo el máximo de esfuerzo terminó por devorarlo entero.

Al ser un novato en esta práctica se sintió bastante halagado de escuchar como Risotto emitió un áspero suspiró desde lo más profundo de su garganta, y al levantar la mirada vio como lo observaba deseoso y Narancia no añoraba más otra cosa que sentirse deseado.

—Abre ese cajón, ahí está todo lo necesario— ordenó, señalando la mesa de luz que se encontraba a un lado de la cama. Al abrir el primer cajón se encontró con varios tipos de dildos de distintos tipos y algunos otros artefactos que no supo identificar a primera vista, además de lubricantes y condones.

—Creo que por hoy esto será suficiente— dijo Narancia tomando estos últimos dos.

—¿Solo por hoy? — preguntó provocativo.

—Tal vez— respondió siguiéndole el juego.

Con una sonrisa de satisfacción le arrebató los productos de las manos no sin antes acomodar al moreno en el medio de la cama, colocando para lograr un mayor alcance una almohada debajo de sus caderas.

A esta altura el chico se encontraba por completo predispuesto, los nervios habían desaparecido hace rato y para este punto lo único que podía pensar era que necesitaba tener a Risotto dentro de él, por lo que el momento de preparación le pareció durar una eternidad.

El líder tenía un dedo bañado en lubricante dentro de él, no era cómodo, pero tampoco doloroso, estaba algo acostumbrado a esa intromisión, por lo que solo esperaba el segundo, el cual llegó de la misma manera luego de algunos segundos acompañado de movimientos circulares.

—Ya estoy listo— anunció acelerando el punto, a lo que Risotto dudo, pero decidió hacerle caso, colocándose el condón y comenzando a derramar lubricante por sobre su sexo.

Se colocó por fin entre sus piernas y Narancia enredó su torso con ellas, terminó por alinear su miembro y de modo pausado comenzó a introducirlo, intentando no lastimarlo o por lo menos no dejarlo sin caminar varios días.

—Ris, ya hazlo, soy flexible— terminó por decir levantando una pierna hasta su hombro, pero al ver que nada en su postura había cambiado decidió tomar las riendas de la situación —Déjame a mí.

Tomando como ventaja el momento de confusión terminó por empujar a Risotto, dejándolo recostado en la cama y rodeo su cuerpo con ambas piernas sentándose sobre él. El muy impaciente ayudándose con sus manos y bajo una muy atenta mirada expectante del líder, tomó el miembro y lo introdujo en su cavidad, adentrándose en un principio con algunos movimientos lentos que pronto lo llevaron a sentarse sobre él por completo, tomando ahora el desafío de moverse.

Inclinándose hacia adelante Risotto lo tomo por las caderas, acompañándolo en el movimiento, uno que por el momento era sutil, pero que de igual manera lograba envolverlo en el más profundo deseo.

Tomando impulso comenzando a deslizarse de arriba a abajo pudo sentir ese fuerte calor dentro de su ser, la mirada fija sobre él también quemaba, no creía que alguien alguna vez podría llegar a verlo de aquella forma tan lasciva, tan deseosa, esperando algo más que Narancia estaba propuesto a darle, por lo que sin importarle el dolor físico que llegaría a tener luego, dejándose llevar por el desenfreno, terminó por tomar algo más de velocidad perdiéndose en la libido del momento.

Para el mayor era encantando ver a ese chico con tal delicado cuerpo tomar por completo el control de la situación, montándolo sin reparo alguno, tomándolo por completo, chocando contra su cuerpo en cuanto descendía y viendo el propio miembro de su acompañante rebotar en su abdomen, una imagen que jamás borraría de su mente.

Complementando aún más el placer del chico tomó su erección entre sus manos, recorriéndolo de arriba a abajo en sintonía con sus movimientos, provocando que este no tarde demasiado en derramarse por sobre su pecho en parte su mano. Derrotado ante la lujuria Narancia cayó ante el orgasmo invasor, acompañado un sollozo que ni siquiera intentó acallar pues sería en vano.

No fue lento Risotto en cambiar de pose a algo que estuvo deseoso de hacer toda la noche, por lo que una última orden fue dictada.

—De rodillas, ahora— pronuncio, haciendo que sin dudar y con la mente aún nublada Narancia acate su dictamen, por lo que en segundos apenas recuperado se acomodó de esa forma dándole a su acompañante una vista completa de su trasero.

Sintió nuevamente la intromisión, esta vez directamente chocando contra él sin reparo alguno, pues Risotto ya no se estaba conteniendo como antes, sino que estaba embistiendo su cuerpo como si su vida dependiera de ello, dejando sus manos marcadas en esas caderas que contenía, perdiendo por completo control, cesando únicamente cuando acompañado de un avasallante calor terminó derrumbándose por sobre Narancia, finalizando aquel acto carnal con completa satisfacción.

Dude... dude looks like a lady (FugoNara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora