11- Es a causa tuya.

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El viernes llego y con ello una carga de ansiedad, ya que las ganas de volver a ver a Narancia lo estaban sobrepasando; pero junto a las ganas venía una pregunta ¿para qué quería verlo?

Podía engañarse diciendo que extrañaba a su amigo, pero sabía que esa barrera de amistad se había derribado hace tiempo, específicamente desde que Narancia confeso sus sentimientos, pues desde ahí todo fue distinto para ambos, comenzando a distanciarse para terminar por volver a acercarse de una manera que Fugo no esperaba, pero que tampoco le disgusta.

Anoche se durmió nuevamente pensando en él y hoy ni bien abrir los ojos fue su primer pensamiento, pero en específico llego a él un recuerdo.

El día después de que Narancia se le confesase tenían clase, una clase de matemática, precisamente esta materia era la más ruidosa, ya que Nara nunca terminaba de prestar del todo atención excusándose en se le hacía de sobremanera aburrido y Fugo se enojaba ante esto, por lo que terminaban peleando, a veces a los gritos y otras veces a los golpes, algo habitual en ellos que se tornó su normalidad, pero esta vez fue completamente distinto; siendo la clase más engorrosa que alguna vez tuvieron. Narancia en todo momento no pudo mirarlo a la cara y se mantuvieron en un incómodo silencio la mayoría del tiempo, de hecho, la clase termino unos veinte minutos antes gracias a alguna excusa sin sentido que puso el moreno y que el menor dejo pasar.

Ese recuerdo dolía, porque lo identificaba como el momento en el que se dio cuenta de que perdió a su primer mejor amigo, con el que nada volvería a ser lo mismo, terminando por encerrarse en su habitación a llorar la perdida.

Intentando despejar su mente se levantó de la cama, estaría solo hasta pasado el mediodía según lo que le dijeron, así que se encaminó hacia la cocina en pijama, pero en el camino volvió a cruzarse con aquella llamativa puerta y el impulso de volver a sumergirse en los pensamientos de aquel eran tentadores.

Era consiente que no era para nada ético el vulnerar su privacidad, pues este libro estaba lo bastante escondido como para notar que no quería que sea encontrado, pero, nada cambiaba el que ya lo haya hecho, por ende, tomo la decisión de leer aquel diario un poco más, solo un poco.

A hurtadillas se adentró en su cuarto, tomando el diario se sentó en la cama y con algo de nervios retomo en donde había dejado la noche de ayer.

Continuaba con breves notas, vagas anotaciones y muchos dibujos, a decir verdad, cada vez mejoraban más, nunca se lo dijo, pero le gustaba la faceta artística de Narancia, quizás por eso era tan malo en matemática.

Se mantuvo pasando de página en página durante algunos minutos, hasta llegada la fecha en la que todo cambio para ellos.

"Lo arruine, no debi desir nada, devi guardarmelo, soy un idiota"

Fugo suspiro profundo, por segunda vez en el día aquel recuerdo volvía a él y lo sentía tan vivido como en ese momento.

Queriendo seguir de largo paso a la siguiente hoja, que se encontraba en blanco, tal cual como las siguientes cinco, al parecer había parado de escribir luego de aquello.

Gracias a que las hojas estaban marcadas con fechas se dio cuenta de que se mantuvo dos meses sin siquiera dibujar algo, cuando nuevamente retomo.

"Fue mi cumpleaños ayer, no supe que deseo pedir si se supone que tengo todo, menos a él.

¡Prometo no volver a abandonarte libro! Pero es que te hubiese malgastado llenándote de frases tristes, pero como me estuvieron pasando cosas buenas creo que es momento de escribir un poco.

Los chicos querían organizarme una fiesta de cumpleaños, pero no quise, así que fuimos a cenar pizza, recibí algunos regalos lindos el que más me gusto fue el de Abba"

Dude... dude looks like a lady (FugoNara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora