Two That Become One

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Llegamos a +10000 vistas!!! MUCHAS GRACIAS, como siempre ustedes haciéndome sentir que vale la pena seguir planeando, imaginando y escribiendo.

Espero que este capítulo les guste (tengo la sensación de que así será) :D

Natasha estaba que no podía contener la felicidad que se expandía por todo su ser. Era como si nada más importara y su mundo se hubiese transformado completamente en uno de color rosa. Por la sonrisa que adornaba su rostro la mayoría del tiempo, Natasha estaba convencida de que cualquiera que la viese, podría adivinar que estaba en el punto más alto de la felicidad.

Dos meses habían pasado desde que Bruce y ella habían retomado su relación y las cosas parecían ir de mejor a maravilloso. Su relación con Bruce era más solida de lo que había soñado cuando decidió venir a buscarlo. Compartían momento como cualquier pareja; tenían citas casi todos los días; caminaban tomados de la mano; compartían besos y miradas que delataban sus sentimientos y pasaban casi todo el tiempo en compañía del otros.

La relación con Susan, por su parte, si bien no era del todo como la que mantenía con Bruce, sí era cordial y de vez en cuando agradable. Después de que Natasha se disculpara con ella, y de que Susan aceptara sus palabras, ambas habían acordado no volver a hablar del tema y comenzar de cero. Desde ese momento, Natasha había trabajado constantemente en comprender y aceptar que Susan formaba parte de la vida de Bruce, tanto o más que ella. Una vez que Natasha se sintió cómoda con la realidad de que había dejado de ser la única mujer en la vida del rizado, la constante tensión que se sentía en el ambiente cuando los tres llegaban a juntarse fue poco a poco desapareciendo.

Sin embargo, todavía había algo que le hacía falta a Natasha. A pesar de los grandes avances que su relación con Bruce había mostrado, había una parte que todavía no recuperaban del todo y que a Natasha le estaba costando mucho reprimir.

La intimidad. Necesitaba y deseaba con todo su ser tener sexo con su esposo.

Sin embargo, las caricias y los besos que compartían se detenían antes de que pudieran dar pie a momentos mucho más excitantes. Lo más que había logrado Natasha, era terminar sentada encima de Bruce y unos cuantos movimientos de cadera que le permitieron sentir que ella no era la única afectada por la falta de intimidad entre ellos. Aún así, Bruce había hecho una vez mas muestra de su autocontrol y, lo más cariñosamente que había podido, había retirado a Natasha de encima y se había dirigido a la cocina a tomar un vaso de agua helada.

Dispuesta a ponerle punto final a eso, Natasha había organizado una cena sorpresa para Bruce con la ayuda de Susan. Para que fuese posible, Natasha le había dado la llave del cuarto de hotel donde ella se había estado hospedando durante este tiempo para que ella y su hijo pasaran la noche ahí, y ella pudiera tener el apartamento para ella y Bruce solos.

Había pedido diferentes platillos de comida Italiana, comprado una buena botella de vino y un delicioso postre para después de la comida. Aunque, honestamente, Natasha esperaba que el poste se lo comieran en la recámara y fueran el uno y el otro. Ahora, solo estaba esperando a que Bruce llegara.

Para cuando Natasha escuchó el sonido de la puerta siendo abierta, ya había dado diez vueltas al rededor del apartamento. Su cabeza se alzó inmediatamente ante el sonido y la sonrisa que no la había abandonado en todo este tiempo, se instaló en su rostro.

My Biggest... ¿Mistake? (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora