—Fondo blanco, Aly —dijo Camille cuando me pasó por cuarta vez un trago de shot.
—¿Quieres que esté borracha antes de llegar a la fiesta? —pregunté entre risas para luego pasar el trago.
—¿Por qué no?
—Solo ve y termina de alistarte.
—Vale, vale —dijo mientras se alejaba a su habitación.
Pasaron algunos minutos cuanto visualice a Camille salir de su habitación totalmente lista, la morena realmente sabia lucir un vestido.
—Ni siquiera nos hemos demorado. —decía mientras estaba al teléfono—Seguro que acabas de llegar gruñón... no... deja la maldita pereza... también te odio —dijo entre risas y después colgó.
—¿Es tu chico? —cuestioné.
—Es nuestro chófer, ya viene subiendo.
—¿Chófer?
—Claro, necesitamos a alguien que nos lleve a la fiesta y nos traiga de regreso.
—¿Realmente contrataste a un chófer? —Camille soltó una carcajada— Tiene que ser una jodida brom...
—¿Tanto te cuesta bajarme una maldita chaqueta? —escuché la voz de alguien que acababa de cruzar la puerta, giré mi vista hacia él y me encontré con un chico que se acercaba a nosotras.
¿Su físico? Una gran carta en él, pero su sola presencia a la altura de su 1.85 podía desestabilizar a cualquiera si así él lo quisiera.
Me quedé casi que atónita mirándolo. Sus ojos marrones eran profundos y casi capaz de atravesar a cualquiera, seguramente en algún punto de su vida solo hizo un guiñe de ojo y así de fácil pudo tener a alguien a sus pies. Traía el ceño fruncido y mas que unos bonitos ojos era la forma de su mirada lo que hechizaba, una mirada oscura y casi intimidante, pero demasiado cautivadora como para querer enfocarte solo en él y continuar con un muy lento chequeo.
Ese traje negro con camisa blanca quedaba a la perfección en esa recta postura y segura personalidad. Todo en él emanaba confianza y superioridad. Un completo dominante.
—Quiero asegurarme de que utilices mucho las escaleras para que no tengas una vida sedentaria. —esta vez habló Camille— Aly, él es nuestro chófer.
Él rio sarcástico—Claro, chófer.
—Sí, nos llevaras a la fiesta, pero de regreso alguien me traerá así que necesito que tú lleves a Aly a su casa.
—Iré a la fiesta en busca de algo, ¿ella me dará ese algo como para que yo quiera llevarla a casa?
—Que imbécil —susurré, pero al parecer con el tono suficiente como para que él me escuchara.
Él soltó una leve risa— No te preocupes, sé que te gustaría tener el placer de estar conmigo, pero por el momento no estoy interesado en ti, por esta noche busco a alguien más atrevida, solo busco algo de sexo.
—Ya quisieras tú tener el placer de estar conmigo y no hay problema, el sentimiento es mutuo.
—Oh... ¿también buscas algo de sexo casual? —dijo con voz traviesa.
—Me refería a que no estoy interesand...
—Porque bueno... —me interrumpió y se acercó a mí— yo podría ayudarte con eso.
—No estoy interesada en la oferta.
—Podría hacerte cambiar de opinión, pero realmente a simple vista no me atraes.
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La promesa de Aly
Teen FictionAlison Mendes se convertirá en la nueva niñera de los Rathbone con el propósito de poder ahorrar para sus estudios y así cumplir la promesa que le hizo a sus padres. En el tiempo que estará en New Haven se verá envuelta en amores, desamores, peleas...