Capítulo 34.

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—¿Por qué no podíamos pasar el ultimo día de tus vacaciones en casa? Qué se yo, comiendo o viendo películas —le dije a Lucas.

—Porque esto será mucho mejor que sentarnos en el sofá a ver películas —dijo tomándome de la mano para que le siguiera el paso más rápido.

—¿Puedes decirme a qué hemos venido hasta aqui? Digo, anoche simplemente decidiste era buena idea hacer que agarrara mi maleta y tomara un avión hasta aqui. Ni siquiera se en donde estamos.

—En Jersey City, New Jersey.

—New Jersey. —repetí y ladee mi cabeza de un lado a otro. Entre tantos estados tenía que elegir uno con "New"— En realidad, lo que quería decir es que no sé a dónde vamos o el porqué de la repentina salida.

Él detuvo el caminar— Hace dos días casi terminamos siendo cenizas.

—Casi mueres por amor —le interrumpí burlona.

—Iba a morir por ti. El amor es una pequeña palabra para definir lo que siento por ti. —sonrió cuando notó que me ruboricé— Como decía —retomó— después me soltaste la bomba, así que digamos que mi lado romántico se activó.

Fruncí el ceño— ¿Qué estás tramando? —él se quedó en silencio— No me gustan las sorpresas y lo sabes.

—Esta te va a gustar. Digamos que es una linda... ¿cita?

Suspiré y dejé que continuara guiándome. Caminamos un rato hasta que él volvió a detenerse —¿Aquí? —pregunté y el asintió— ¿Liberty Science Center? ¿Un museo?

—Tiene un increíble planetario. Te hará alucinar.

—Eso suena interesante.

Nos adentramos al museo y después Lucas llevó sus manos a mis ojos tapando mi vista.

Jennifer Chalsty Planetarium, fue lo primero que leí cuando me dejó volver a ver. Era un lugar realmente grande y solo estábamos los dos. Según le entendí, no era horario de funciones, pero gracias a Katherine había podido reservarlo a último momento.

—Disfruta la función.

A Sky Full of Stars de Coldplay empezó a escucharse. Las luces se apagaron por un momento y después volvieron a encenderse. Me quedé sin habla cuando el espectáculo de Wonders of the Night Sky empezó. La función mostraba la exploración a las estrellas y lo que había mas allá. La experiencia se sentía tan real que era como si realmente estuviera viendo la galaxia en carne propia y no por la tecnología y luces del lugar.

—Luc, esto es increíble. —dije con los ojos cristalizados— Es... perfecto. —fue la única palabra con la que pude describir lo que estaba viendo— Esto si me hace alucinar —sonreí.

Él entrelazó sus dedos a los míos— Que sientas que todo esto ha valido la pena.

—Gracias.

—¿Por traerte hasta aqui? No hay de qué, sabía que te iba a gustar.

—Por no rendirte con conmigo, por querer seguir conquistándome y por permanecer a mí lado.

—No tienes que agradecer por eso. —sonrió— Entonces... ¿oficialmente eres mi novia?

—Creí que ya lo era...

—Bueno sí. —empezó a reír— Pero es bonito preguntarlo ¿no? Se ha perdido la tradición, hoy en día simplemente todos lo suponen y ya. Pude haber hecho algo mejor...

—No, así está bien. Prefiero esto a alguien recreando la escena de Lloyd Dobler, el eterno optimista que sostuvo una radio frente a la ventana de Diane.

La promesa de AlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora