La promesa de Aly

Capítulo 29.

Las dos semanas siguientes pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Aparte de cuidar a los niños y las clases, pasaba mi tiempo con Andrew. Él y Derek se mantenían muy alertas a todo. Eran algo cuidadosos cuando estaban fuera de casa. Trataban de llevar todo con calma, pero podía notar como la situación los tenia inquietos.

Las ocasiones en las que podía estar abrazada a Andrew realmente eran de mis favoritas. Unidos siempre seriamos perfectos. Todo volvió a empezar con él. Su mirada, su presencia, su tacto, sus besos, todo de él me había hecho descubrir el amor, un amor real, un amor lleno de pasión y cuidado, me había devuelto a la vida, me llenaba de magia y me hacía sentir tanto con tan solo una mirada. Realmente no era fácil encontrar algo como eso, pero los dos éramos afortunados al tenernos el uno al otro.

Su risa me sacó de mis pensamientos, me mostró la mueca que había hecho en la foto que se había sacado con mi celular, reí y me pareció tan divertida que la puse de fondo de pantalla.

—Tenemos que salir ya y ustedes siguen en la cama, como los odio, perezosos —dijo Derek entrando a la habitación.

—¡Derek! —me quejé cuando lanzó un zapato y este me golpeó en el hombro— Casi me das en la cara.

—Donde vuelvas a hacer eso tu próximo contrincante seré yo —dijo Andrew poniéndose de pie para ponerse una camisa.

—Le apuesto a Derek —dijo Camille quien había llegado al marco de la puerta.

—¿Cuánto quieres perder? —pregunté poniéndome los zapatos.

Andrew puso su vista en mí— ¿Apostarías por mí?

—Una y mil veces —él sonrió y quiso acercarse, pero Derek se lo impidió.

—Mierda no, no sean tan melosos, llevan todo el día en eso —dijo Derek. Andrew y yo hicimos una mueca.

Los Müller y yo bajamos con prisa hasta al auto. Camille nos seguiría al rato con Ray. Andrew dio marcha al auto a toda velocidad.

—No puedo creer que esta vaya a ser una de las ultimas. —comentó Derek desde los asientos traseros— Realmente tuve muy buenas peleas y a veces las disfrutaba bastante.

—¿Te retiras? —pregunté.

Él asintió con la cabeza— Creo que ya es tiempo, lo estuve hablando con Andrew, no nos mantendremos en esto para siempre. Iniciaremos unos cuantos negocios, quizá nos tomemos unos meses libres y después pongamos manos a la obra.

—Parece que a dónde va el uno siempre ira el otro.

—Somos un combo. —dijo, encogiéndose de hombros— Nos hemos mantenido juntos en los últimos años. Podría asegurar que incluso ha pensado en si decide mudarse con su pareja comprara una casa grande para que haya espacio para mí.

Miré a Andrew— ¿Una casa grande? —Solté una risa y miré a Derek— Creo que si lo ha pensado, pero... ¿tú no quieres tener una pareja e irte a vivir con esa persona algún día?

Dijo que no con la cabeza— Creo tanto en el amor que estoy dispuesto a hacérselo a todas las personas que me lo permitan. —soltó una pequeña risa— Así que me tendrás que aceptar en la casa que ustedes compren. —guiñó un ojo— Ahora que lo pienso, me pregunto la cantidad de mujeres que odiarían a Aly.

—¿Por qué? —pregunté alzando una ceja.

—Bueno fueron muchas las que se enamoraron de Andrew, muchas botaban la baba por él, todas con el deseo de algún día domarlo y quizá hacerlo que se comprometiera, pero ninguna lo logró. Supongo que una gran manada te envidiaría.