Caminé con emoción hasta la casa. Tenía una ridícula sonrisa de oreja a oreja mientras buscaba a Lucas. Subí las escaleras y miré el pasillo recordando cual de todas las puertas daba a la habitación de los cuatro, cuando di con ella la abrí sin tocar.
—Luc... —fui interrumpida por los gritos de Jacob y Camille.
Lucas estaba en la puerta del baño lavando sus dientes e ignorando la situación. Jacob tenía la cara roja y Lili estaba a punto de soltarse a llorar.
—Hazlo Lili, haz lo que quieras —gruñó Jacob.
—Me gustaría que te importara más lo que pienso o decido. —dijo Lili con la voz apagada— Pero sí, hoy haré eso, no me quedaré aquí porque simplemente no quiero —dijo agarrando un pequeño bolso y alistando el pijama.
—Ustedes siempre hacen lo mismo. —dijo Lucas— Son súper dramáticos unos segundos y al rato vuelven a pegarse. ¿No les da pena que Aly también tenga que soportar eso?
—Yo prefiero no opinar en esto —dije encogiéndome de hombros.
—Oye, Aly, ¿quieres quedarte conmigo esta noche? —preguntó Lili y Lucas le puso mala cara.
Mordí mi labio pensativa. Lo cierto es que hubiese preferido hablar con Lucas en ese momento, pero Lili no se veía bien— Sí, Lili, me encantaría —le sonreí y ella agradeció.
—Tenemos una conversación pendiente ¿no? —dijo Lucas cuando Lili salió de la habitación.
—¿La tenemos? —pregunté y él frunció el ceño— Lo sé. —reí— Hablaremos mañana, quizá te guste lo que tengo por decir. —sonreí— Oye, Jacob. —me giré al malhumorado que estaba en la cama con la vista fija en la pantalla— No te haría mal tratar de entender el punto de Lili.
—Solo está así por los comentarios de otros, la relación es de los dos, que no le importe lo que otros digan.
—Bueno, ahora parece que a ti tampoco te importa lo que ella diga o piense. —dije tomando una almohada— Piénsatelo, una relación como la de ustedes no debería acabar por falta de comunicación y atención —finalicé de decir y salí de la habitación para reunirme con Lili.
Las dos salimos de la gran casa, ella llevaba varias cosas y yo solo una almohada. Caminamos por el camino de piedras para llegar a la cabaña. No era lo suficiente espaciosa, pero tampoco diminuta, había unas ocho chicas en el lugar jugando y hablando. Las tablas debajo de nosotras crujían en cada paso que dábamos y sus paredes se veían envejecidas. No me sentí cómoda en el lugar pues un sentimiento de que algo malo ocurriría me inundó.
—Aly. —dijo Lili moviendo mi brazo— ¿Estás bien? —asentí— Bien, nos quedaremos en la planta de arriba.
Las chicas habían encendido unas cuantas velas aromatizantes cerca de las ventanas que estaban al lado de la puerta principal y otras alrededor de donde algunas ya habían estirado los sacos de dormir. Las escaleras para la segunda planta estaban casi al final del pasillo, caminé hasta allí y di con la pequeña cocina, lo que más destacaba era el gran ventanal que estaba sobre el fregadero. No hubo mucho que seguir mirando así que subí por las escaleras. En la segunda planta solo encontré un piso vacío. Realmente habíamos cambiado una gran cama por dormir en el piso. Me encogí de hombros y caminé hasta la única ventana que vi.
—Dormiré aquí. —señalé el piso debajo de la ventana— Por lo menos tendré algo de aire.— intenté abrir la ventana, pero por lo oxidado que estaba el seguro no pude abrirla— Genial —me quejé.
—Lo siento, Aly. —Lili se disculpó— Te he arrastrado hasta aquí solo porque no quería estar sola.
—No te preocupes —le sonreí.
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La promesa de Aly
Подростковая литератураAlison Mendes se convertirá en la nueva niñera de los Rathbone con el propósito de poder ahorrar para sus estudios y así cumplir la promesa que le hizo a sus padres. En el tiempo que estará en New Haven se verá envuelta en amores, desamores, peleas...