Capítulo 24.

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—Sin rodeos, Camille.

Acomodé el teléfono en mi oreja y lo sostuve con el hombro mientras alzaba a Cameron.

—¿Baño? —preguntó el menor en mis brazos.

—Baño —le sonreí y volví a prestar atención al teléfono— No tengo todo el día Camille, ¿Qué sucede?

—Es que... Bueno...

—Voy a colgar si no hablas ahora.

—Tú me habías dicho que pasarías este día conmigo... Derek dijo que tú le habías dicho a Andrew lo mismo... entonces...

—¡Camille! —dije fastidiada por no ir al tema.

—¡Te esperamos esta noche! ¡Adiós!

—No, espera, ¿Qué?

—Vendrás, ¿cierto?

Descargué a Cameron en su cama mientras empezaba a buscar las cosas de baño y su ropa

—¿Aly?

—Aquí sigo.

—¿Vendrás? mira que incluso hay dos personas esperando por conocerte.

—No lo sé, Cam, no creo que sea oportuno.

—Diste tu palabra.

Maldije mentalmente, Camille había dado en un punto clave.

—Podría simplemente no cumplir.

—Le das un valor importante a la palabra.

—Puede que ya no.

—¡Alison Mendes! —se quejó y pude imaginarla dando una pequeña rabieta— ¿A qué hora te espero?

—No tengo muchas ganas de ir.

—Te mueres por venir y verlo.

Era cierto.

—¿Él que opina de qué vaya?

—Él es quien más te quiere aquí, pero dijo que no te obligáramos, él respetara la decisión que tomes. Ven, les hará bien a los dos.

—No iré.

—El hecho de que él respete tu decisión no significa que yo lo vaya a aceptar, es más, te quiero aquí antes de las diez de noche ¿entendido?

—No.

—Escúchame, se dónde vives. —amenazó y yo reí— Si no estás aquí te juro que yo misma voy y te traigo.

—Debo irme.

—¿Vendrás?

—Espera a que sean las diez y sabrás mi respuesta —fue lo último que dije antes de colgar.

Terminé de arreglar a Cameron y después fui al cuarto de Sky por si necesitaba algo. Los cuatro hijos de la familia ya estaban listos. Katherine se movía por toda la casa con alegría mirando que todo estuviese bien para recibir el año, Ruiji estaba en la cocina terminando de agregar pequeños detalles a la comida para que todo estuviera en perfecto estado. Todos se veían animados y desbordando alegría.

Al darse las ocho de la noche me debatí en si alistarme para salir o acostarme a dormir. Cuando me di cuenta ya estaba bañada y poniéndome la ropa interior. Terminé de acomodarme el bra y me acerque a la cama por el vestido plateado que esperaba por mí, lo combine con unos tacones que no fueran muy altos. Opte por un maquillaje suave y el cabello anulado. Tomé mi abrigo y salí de la habitación. Antes de salir de la casa me despedí de la familia deseándoles una excelente víspera. Insistieron en que me quedara, pero les dije que ya había aceptado pasar la velada con mi amiga, aun así, acepte el pasar el almuerzo con ellos.

La promesa de AlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora