La promesa de Aly

Capítulo 3.

—Disculpa... Aly... ­—sentí como alguien movía con delicadeza mi brazo— Aly... —al escuchar mi nombre por segunda vez abrí mis ojos y vi como aquel chico de cabello negro estaba de rodillas al lado de mi cama tratando de despertarme y ahora me miraba y mantenía una hermosa sonrisa, carajo, ahora que lo veo bien tiene una sonrisa realmente preciosa— ¡Hasta que por fin! —dijo poniéndose de pie cuando vio que moví mis brazos tratando de liberar la pesadez del sueño.

—Lucas... ¿Qué pasa? —pregunté, sentándome en la cama, aun medio dormida— ¿Qué haces aquí?

—Bueno, hace poco llegamos y mis papás te están llamando así que decidí venir a buscarte ya que no bajabas.

—Oh, muchas gracias —inmediatamente recogí mi cabello con una liga, me puse unos zapatos y salí. Lucas y yo bajamos las escaleras y nos dirigimos directo a la sala donde se encontraban el señor y la señora Rathbone.

—Buenas noches, Aly. Discúlpanos si te molestamos —fue lo primero que dijo Ruiji cuando me vio, luego me hizo una señal para que me sentara en el mueble que estaba justo en frente de ellos.

—Buenas noches, discúlpenme a mí si no bajé en cuanto me llamaron.

—No te disculpes por eso, ya son más de las diez de la noche, incluso los niños ya venían dormidos en los autos, era normal encontrarte durmiendo. —dijo Katherine pero yo solo pude pensar en «diez de la noche» había dormido aproximadamente ocho horas lo que significaba que posiblemente en un rato no sería capaz de conciliar el sueño tan fácil.

—Incluso nosotros ya queremos dormir, pero necesitábamos presentarlos oficialmente. 

Su esposa asintió— Con mi afán olvidé presentarte correctamente a mi hijo. —continuó diciendo mientras señalaba a Lucas quien se encontraba apoyado en el marco de la puerta, observando la conversación— Él es nuestro hijo mayor, por lo general no se queda aquí desde que entró a la universidad, tiene su apartamento, pero este año hará un excepción y se quedara acá, sobre todo los días en los que yo esté en New York. Es una casa grande y con menores por cuidar. No quiero que te abrumes o te llegues a sentir sola dado que por el momento, somos las únicas personas a las que puedes acudir aquí.

—Cuando nosotros no estemos él intentará ser de ayuda en lo que necesites, así que no dudes en acudir a él si se llega a presentar algún inconveniente. —dijo Ruiji— Y eso sería todo por el momento, nosotros nos retiramos ya, realmente debo descansar —me hizo saber mientras se levantaba de su asiento y se disponía a salir de la sala— ¿Cuándo volveré a ver a Samanta? —preguntó, dirigiéndose a Lucas.

—Pronto, por ahora ve y descansa, mañana tendrás que viajar.

—Algún día también estarás en mi lugar —terminó de decir su padre, le dio una leve palmada en el hombro a su hijo para luego irse a su habitación.

—Descansen chicos.

—Igualmente, señora Katherine —dije mientras veía como ella le daba un beso en la frente a su hijo para luego ir detrás de su esposo.

Al verla salir me recosté en el mueble pensando en que lo mejor era que me lo hubiesen dicho en la mañana, así podría haber pasado toda la noche durmiendo, pero ahora no tenía nada de sueño, aún que no sería mala idea si le daba un golpe a la pared para caer inconsciente unas horas, sí, no es mala idea... Aly qué carajos te pasa.

—¿No iras a dormir? —preguntó Lucas llamando mi atención.

—Aún sigues aquí —dije mientras giraba mi vista hacia él, pensé que se había ido al igual que sus padres.