Narra Serena:
Es un día de colegio como otro cualquiera y vuelve a sonar mi despertador, «que terrible no quiero levantarme» llega mi hermana pequeña y rompe con la tranquilidad y de paso con mi columna:
— ¡Liana!— le grité a todo pulmón por lo que mamá llega al cuarto a evitar que la destripe.
— ¡Mami, mi hermana no se quiere despertar, no quiere ir a clases! — grita ella y me saca la lengua, ahora si que te la cumplo enana sabandija.
— ¡Juro que hoy te mato pequeña artimaña del diablo! — le grité nuevamente y ella brinco de la cama para saltar arriba del closet.
— ¡Tendrás que atraparme primero, berrinche! — dijo mientras me hacía unas feas muecas.
— ¡DE HOY NO PASAS LIANA WELLS SOMERS, PARATE AHÍ, QUE TE PARES HE DICHO, BICHO! — continúo gritándole, pareciese esto una casa de locos «como todos los días mi agradable despertar» inserta voz de sarcasmo mi querida subconsciente.
— LIANA WELLS SOMERS BAJATE DEL CLOSET. — grita mamá al hacer acto de presencia en la habitación y ver a Liana encima de éste. — Y tú dale a vestirte o llegarás tarde. — me reprende fulminante con la mirada mientras se lleva a mi terrible hermana del cuarto.
Yo se lo he dicho y se lo sigo diciendo debieron ponerle Alvin pero nadie me escucha, es mejor darme por loca.
Me volteo a abrir mi closet que debido a doña diabla desatada sobre él toda la ropa cayó de los percheros, por lo que no me apetece tener que organizarla y decido cerrarlo nuevamente.
Dios a parte de lo ocurrido necesito renovarlo, no lo hago hace... no sé unos... ni idea pero fue hace muchísimo tiempo, es que con mi tamaño no creo que me pueda quedar nada pequeño, por lo que la aprovecho al máximo.
Miré mis cajones de ropa y bueno... me coloqué una blusa corta, unos vaqueros y mis boticas favoritas, es entonces cuando me viene a la mente una conversación con mamá donde me decía que debía ser más femenina porque siempre ando con vaqueros, jeans y blusas anchas metidas por dentro, ¿qué problema hay con eso?
Ni que yo fuese una princesa, ya no estamos en el siglo XVI, la verdad no sobreviviría en aquella época.
Me hice una coleta sonriendo por aquellos pensamientos, me coloqué un labial sencillo y bueno andando al colegio.
Casi al llegar mi móvil comienza a sonar, empiezo a rebuscar en mi bolso y al final lo encuentro. Menos mal que me percato porque tenía los libros encima, me fijé en la pantalla, Nialy era quien llamaba.
Trato de tomar la llamada pero no me deja, ésta rubia es tacaña hasta para hablar por teléfono, ni que no tuviese saldo, le devuelvo la llamada y de ésta manera es que contesta.
Llamada:
—Dime ¿qué te pasa Nialy?
—Haber ve a la sala de reuniones que la directora quiere hablar con nosotras.
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Amante de un Príncipe Oscuro (II Libro: Bilogía Amantes Siniestros)
VampirosHay cicatrices que son algo más que una simple marca en la piel, o incluso en el alma. Lo que te llevó a conseguirla podría unirte a otra persona, quizás guiados por el mismo sufrimiento... uno reprimido en pedazos dentro de un pequeño rincón de tu...