Hay cicatrices que son algo más que una simple marca en la piel, o incluso en el alma. Lo que te llevó a conseguirla
podría unirte a otra persona, quizás guiados por el mismo sufrimiento... uno reprimido en pedazos dentro de un pequeño rincón de tu...
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•Nota aclaratoria:
Harry no llega a hacerle nada a Serena, él sería incapaz de provocarle daño físico. Aquello que ella cree que sucedió no fue más que una simulación psicológica creada por el mismo Conde para de alguna extraña manera hacerla sentir tan rota como ya se encontraba él.
Un silencio rotundo golpeo la habitación donde ella se hallaba buscando respuestas de mí, pero yo... yo... no sé que decir.
— Ya, no hace falta que hables... Tu cara te delata por completo Harry, eres igual que Gina... No sabes mentir — decía mientras me evaluaba decepcionada y por primera vez no sé que hacer o decir, estaba estático, congelado frente a ella, como si fuese un niño pequeño al que acaban de regañar.
— De todas maneras no pensaba mentirte... Simplemente estaba buscando que decirte. Porque la verdad es que no sé. No sé que decirte Nana.
— No sabes que decirme, entonces yo te lo diré, lo que tienes es que te has quedado perdidamente enamorado de ésa chiquilla humana.
— Yo...
— Callate Harry... callate...
— Simplemente, me pregunto si lo correcto sería matarla, ¿es realmente lo que deseo? Porque con ella es tan difícil hacer las cosas así... Matarla se hace tan difícil e incluso doloroso.
— Pero tú mismo dijiste que el amor sólo a traído dolor a tu vida.
— Sí, yo siempre dije eso, confirme que ése sentimiento era una tontería total, simplemente me decepcionó, de él no he recibido nada bueno sólo pérdidas y dolor, pero ella me ha hecho evaluarlo de una perspectiva distinta, desde hace unos días comenzó a acercarse a mí, a querer entenderme, como pienso, como siento, ésta noche al colocarme en frente suyo pude percatarme de que el temor de antes en sus ojos cuando me veía se había disuelto por completo. Sonreía de una forma tan... bella.
— ¿Y qué te crees? ¿Crees que te ama? — me quedé observándole algo confuso mientras comenzaba a fruncir el ceño — Harry ¿en serio te has dejado engañar de ésa manera?
— Nana ¿qué dices?
— No me mientas Harry, sé que estás enamorado de la chiquilla humana.
