3-Cap

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Narra Serena:

— Y estamos vivas ¿qué puede pasar? Estamos a unos pasos de la puerta, ni modo que nos rapte un hombre lobo, o aparezca un murciélago gigante, ¿que tal una invasión de zombies? — reí de forma algo ficticia debido a que muy en mi interior dibagaba aquello dicho por el anciano de rostro desconocido.

No se porque presiento que no será la única vez que nos veremos. Además apartando eso, no paro de sentir escalofríos y no creo que pueda significar algo bueno.

Pude entre el nervio que me causo aquella disimulada amenaza notar que Nialy miraba mucho al frente ignorando incluso lo que estaba diciéndole, parecía como mismo hace un rato... hipnotizada.

— ¿Sucede algo?

Demoró en responderme tal cual como si estuviese fuera de éste mundo.

— Voy a rodear la sombra. — dijo mientras miraba asustadiza hacia ésta, trayéndome a la mente aquellas palabras.

Con razones lo decía, para llegar a la puerta de la casa debemos pasar por la sombra del árbol que descansa en el camino con dirección a la entrada. La amenaza era más que evidente y justo en frente de nosotras.

Mientras a medida que se hace más tarde la neblina se pone cada vez más densa, muy pronto no podremos ver ni siquiera nuestras narices, es ahora o nunca.

— ¿A qué le temes tanto?, no va a pasar nada. — dije ocultando ése temor que se aferraba a mis huesos.

Caminé en dirección a la sombra del árbol quedando dentro de ésta, rezando porque no sucediese nada, porque no fuese ahora.

Pidiendo que Nialy reaccionara de su letargo y abriera la puerta cuanto antes. Nunca sentí tanto miedo en toda mi vida como lo he sentido en las cortas tres horas que han transcurrido.

— Serena no, no lo hagas, Serena. —decidí no escucharla y me coloqué dentro de la sombra y abrí los brazos para que viera como los movía y que seguía viva...

Al mismo tiempo en que una idea diambulaba por mi psique consciente de que podría realmente ser así... "Por lo menos por ahora" , no pensaba mirar hacia atrás, temía por lo que pudiese haber allí.

Lo que pudiesen ver mis ojos si me volteo, así que me concentré en que ella se sintiera segura de sí misma y pasara a abrir la puerta.

— Haber dime ¿sucedió algo? ¿Perdí un trozo del cuerpo? ¿Me comieron? ¿Seré comida de alguien ésta noche? No, entonces relajate y acaba de abrir la puerta de una buena vez miedosa. — le grité desde lo más oscuro de la sombra, sintiendo como ésta se volvía cada vez más fuerte, más intensa y frívola, como si jugase con mi mente.

*No tientes a tu suerte que te observa, hablas sin saber que alguien podría estar escuchándote, justo detrás de ti, esperando el momento oportuno y no te diste cuenta. *

Amante de un Príncipe Oscuro (II Libro: Bilogía Amantes Siniestros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora