Narra Serena:
No sé porque siento algo en mi pecho, siento, como si mi corazón quisiera escaparseme, podía ver ésos ojos rojos, pero ya no me daban miedo, ya simplemente le veía de una forma normal, no me estaba percatando de que cara o que gestos podía estar haciendo hasta que él irrumpió en mis pensamientos.
Muevo la cabeza intentando bajar de las nubes. El corazón me aporrea el pecho a un ritmo frenético, y por alguna razón me arden las mejillas ante su firme mirada escrutadora. Verlo delante de mí me ha dejado totalmente desconcertada.
— ¿Por qué te estás mordiendo el labio? — añadió con desdén, sus labios esbozaban una sonrisa y sus ojos parecían divertidos, como si estuviera disfrutando de alguna broma de la que no me entero, mientras yo me quedaba mirándole como una tonta.
¡Vamos Serena espabila! Que él quiere matarte, o por lo menos eso dice, quiere hacerte su cena, «aunque no está mala la idea» dios mío, ésta subconsciencia ¿Qué estoy pensando?
¡Imposible! La descarto de inmediato. Es una idea absurda, así que me la quito de la cabeza.
Me ruborizo sólo de pensar en las tonterías que se me pasan por la cabeza. Le miro a la vez que no despega su vista de mí.
— Estaba leyendo "Romeo and Juliet" — se frota la barbilla con el índice y el pulgar considerando mi respuesta.
O quizá sencillamente está aburridísimo e intenta disimularlo, entonces veo que hace unas muecas con el rostro y sinceramente.
Se ve muy gracioso, adiós chico frío, de vuelta el juguetón.
— Bla. Ése trágico romance... ¿Para qué lees eso?
— Bla... ¿Por qué no me acabas de matar?
— Pues... ¡Porque ahorita no me apetece! — dudó a la hora de decirlo, lo cual significa que ni siquiera él está seguro del todo de porque me retiene en éste inmenso castillo.
— Pues porque a mi me place leerla, además es muy romántico eso de sacrificarse el uno por el otro esperando reencontrarse en el otro mundo, amarse aunque todos los demás estén en contra de ello, aunque sea prohibido e imposible, quererse sin buscar nada a cambio, ningún bien financiero, simplemente amarse el uno al otro...
— Pero es muy triste que no pudieran haber terminado juntos y ambos fuesen sepultados sin haberse amado como ellos hubiesen deseado... — su mirada parecía melancólico, tal como si hubiese vivido una experiencia así.
— Pero aunque su amor no pudo ser en vida, él fue capaz de morir por ella y ella capaz de morir con y por él. Para ellos el amor está más allá de la vida y la muerte... El amor de ellos va a ser eterno. Así lo quiso el autor y nada mejor que un amor que se recordará por los siglos de los siglos. Aunque tal vez la historia fuese invención del escritor y si o no, fuese real, nadie sabe, seguiría vigente, porque cumplió su objetivo. Nos traslado a la época de Romeo y de Julieta, a vivir su romance, a padecer de sus penas y a llorar sus muertes... — pude notar como él se me quedaba mirando y entonces sentí que mis mejillas me ardían y dejé de hablar completamente. — ¿Por qué me miras así?
— Sinceramente se escucha mejor cuando lo explicas tú. Es que hablas tan... bonito. — pude notar que mis latidos se aceleraban con cada palabra que él decía.
Cuando se percató de lo que dijo, esquivó mi mirada y comenzó a contemplar las estrellas así como la luna llena.
— Está muy bonita ésta noche — musite y un bostezo reprimido escapó de mis labios.
— Claro, así como lo agotada que estás tú. Vamos, debes irte a la cama, cuanto antes — me regañó suavemente mientras yo negaba con la cabeza.
— No quiero, quiero ver la luna, tocarla, quiero volar. — dije entre bostezo.
Las locuras que uno dice cuando está a punto de quedarse dormido. Él me tomó de la cintura, me subió en su espalda, dio un brinco, y cuando volví a abrir los ojos, estábamos en la copa del pino más alto del castillo.
Donde la luz de la luna quedaba cubriendo como una manta todo el bosque y el pueblo.
— Es hermoso...
— Claro, cumplido tu deseo, luego de esto te vas a... dormir. — lo escuché decir como un susurro pero ya mis ojitos estaban cerrados y mi cabecita apoyada sobre su pecho, quizás es verdad y el Conde no es tan malvado como se deja ver a simple vista.
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Amante de un Príncipe Oscuro (II Libro: Bilogía Amantes Siniestros)
VampireHay cicatrices que son algo más que una simple marca en la piel, o incluso en el alma. Lo que te llevó a conseguirla podría unirte a otra persona, quizás guiados por el mismo sufrimiento... uno reprimido en pedazos dentro de un pequeño rincón de tu...