Hay cicatrices que son algo más que una simple marca en la piel, o incluso en el alma. Lo que te llevó a conseguirla
podría unirte a otra persona, quizás guiados por el mismo sufrimiento... uno reprimido en pedazos dentro de un pequeño rincón de tu...
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Narra Serena:
Salimos de aquella sala de reuniones todas con diversos rostros. Nialy seguía confusa. No decía ni una palabra. Algo que en ella resultaba ser extraño, muy extraño debido a que la conozco desde niñas y nunca tiene para cuando parar si se trata de hablar, a cada segundo te saca un tema nuevo de conversación.
Nos dirigimos a la biblioteca escolar, justo en la sección histórica para ver si allí había cualquier cosa que nos pudiera aportar a la investigación y por lo tanto fuera de nuestro interés, entonces recogimos algunos libros.
Le mencioné entre las vagas ideas que aún podía formular mi mente debido a lo sucedido en este tan corto transcurso de la mañana que podía acompañarme a mi casa, después de todo aún debía hablar con mis padres acerca de la bomba de tiempo que nos han puesto.
De esta forma ella pasaría un rato agradable con mi madre y pues obvio conmigo. Creo que sus padres están de viaje por negocios como siempre y a pesar de que ella quiera enormemente a su hermano este la trata como si no la conociera.
No tolero ver a Nialy humillarse y mendigarle un poco de amor a ese imbécil.
Pedir mi permiso para la clase no demoraría tanto. No sería tan difícil de dialogarlo, mi madre es una persona razonable. Solo debía decírselo a ella, papá estaba de viaje. Algo normal casi nunca estaba en casa y no regresaba hasta el jueves de la semana entrante.
Para entonces ya yo no estaría aquí presente en ese momento, sino en tierras lejanas haciendo dios sabe qué. Probablemente aburriéndome, más de lo que puedo estar en el colegio.
«Te siento demasiado aliviada de no tener que plantearle el viaje a papá.» escucho a mi subconsciencia reprenderme.
Aunque no está muy lejos de la realidad. Es verdad, estoy más tranquila. Me ahorro el hecho de decírselo, no es que no lo quiera es que lo quiero tanto pero tanto que no quiero lidiar con sus malas pulgas y sus feas caras.
Quiero marcharme feliz con el apoyo indiscutible de su parte, no con una enorme pelea de por medio.
Al llegar a casa mi mamá estaba en la cocina muy entusiasmada con la cena, la música resonaba por todo lo alto y el aroma delicioso de la carne inundaba la pequeña habitación.
— ¿Cómo está la mami más bella del mundo mundial? —Le di un beso en la mejilla y me miró discriminante a punto de soltar una barbaridad solo midiéndose al ver que Nialy venía detrás.
— ¿Qué hiciste está vez?
— ¿Cómo sabes que pasó algo si ella no te ha dicho nada? —pregunta Nialy más confusa que antes dándole a entender a ella que algo pasó y no era para nada bueno.
A veces me suelo hacerme la pregunta de si es tonta, luego recuerdo que como de costumbre ella siempre parece drogada y dice cosas en ocasiones demasiado obvias.
