Narra Serena:
Descansando en el suelo habían unas enormes tijeras metálicas de hospital, que bien en adelante podrían ser de gran ayuda. Deben de haber sido traídas por quien las utilizó para cortar los vendajes que se encontraban en casi todo mi cuerpo.
Cubrían cada una de mis heridas, que me imagino fuesen muchas porque no veo casi ninguna zona sin estas apretadas vendas.
Al voltearme algo mareada pude sentir que el viento sopló con más fuerza de lo habitual. De nuevo la temperatura ambiental tomó un grado gélido, tenso. Podría cortarse con tan solo mover un dedo, y además mi cabello se levantó cómo si de un fantasma se tratase.
Justo como aquella vez en la habitación de Lisa, ocurriendo también de esa manera antes del ataque en la fiesta. Él estaba aquí, pero él quién. ¿Al fin podría conocer aquello que me asechaba tanto?
— ¡Sal, sé que te escondes! ¿¡Qué quieres de mí!? ¿¡Por qué me trajiste aquí!? ¿¡POR QUÉ NO ME MATAS DE UNA VEZ?! —gritaba mientras varias lágrimas corrían fugitivas por mis mejillas.
Por mucho que tratara de huir me llevaría consigo, eso era lo que me estaban advirtiendo.
Las advertencias eran acerca de él, pero ¿qué es él? Me vuelvo para tratar de moverme y el dolor de las estillas que perforaron la carne de mi pierna me resuenan pulsátiles por todas las marcas del pie. Santo Dios... esto me duele mucho, lloro de forma inconsciente.
Me siento entumecida, también en gran parte por el inmenso miedo que me causa qué podría pasar por la terrible agonía que ejerce él sobre mí, volvió aquel monstruo a salir de lo más oscuro de la habitación haciéndome retroceder buscando algo con que defenderme.
Rápidamente tomé las tijeras, pero sin saber como actuar tan solo me las encajé en el abdomen perforando la piel. Pude sentir la sangre brotar a chorros y luego todo se volvió a oscurecer a medida que pasaba el tiempo. Mi espacio se hacía más y más suave, como su estuviera flotando.
Narra Harry:
Pude sentir el miedo en su mirada, la desesperación, el horror. Esa respuesta inexplicable que quería conocer de cada una de sus preguntas, pero aún así entre su desequilibrado juicio no pensé que perdiera tan rápido la cordura como para clavarse unas tijeras e intentar acabar con su propia vida, ¿estará loca?
Esa pregunta no sale de mi cabeza, mientras la observo desangrarse y me confundo entre salvarla o dejarla morir. Será estúpida.
Rayos, si hasta ahora tuvo el valor de enfrentarse a mí y encima de todo desobedecer cada advertencia que se le impuso, cómo es que se rinde tan pronto.
Maldita sea. ¡Humanos!
— ¡¿Amo, se a clavado las tijeras?! — añadió Igor de forma alarmante elevando mi mal humor por los aires.
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Amante de un Príncipe Oscuro (II Libro: Bilogía Amantes Siniestros)
VampirgeschichtenHay cicatrices que son algo más que una simple marca en la piel, o incluso en el alma. Lo que te llevó a conseguirla podría unirte a otra persona, quizás guiados por el mismo sufrimiento... uno reprimido en pedazos dentro de un pequeño rincón de tu...