V e i n t i c u a t r o 🐺

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La mirada de JiMin se encontraba perdida a través de la ventanilla del auto. Solamente podía ver asfalto y edificios uno junto al otro.

Una mancha color terracota interrumpió la monotonía urbana.

— Jack, detén el auto por favor.

Segundos más tarde el auto se detenía y el jóven se apiaba. El chofer pareció alegar por unos instantes con su patrón, pero el rubiecillo acabó convenciendolo que no podía correr peligro alguno en un lugar tan público como Centro Park.

— Vamos Jack, sólo daré una pequeña caminata por unos minutos. Es una tarde increíble para ser Diciembre; no sería bueno desperdiciarla bajo techo. — regateó JiMin como si fuera un cachorro pidiendo permiso a su padre. — El parque está lleno de gente, seguramente no creerás que algo pueda pasarme cuando hay tantas personas por todas partes. — sin poder alguno contra la insistencia del omega Jack cedió pronto y JiMin se encaminó solo hacia una de las veredas del parque.

Efectivamente, Centro Park se hallaba poblado de todo tipo de paseantes aquél viernes por la tarde en que el sol había terminado por derretir el hielo de los días anteriores dejando ver los tonos cafés del pasto quemado y los árboles desnudos enverdecidos por la humedad del musgo que cubría sus troncos. Era sin duda un bello día invernal; pero el jóven estaba demasiado preocupado para disfrutarlo, en su cabeza volvía a repasar los eventos de los últimos meses e incapaz de pensar en cada momento vivido junto a YoonGi sin sentir una enorme tristeza terminó por detener su marcha para sentarse en una banca al pie de la vereda.

El sentimiento de desesperanza en su corazón le oprimía en el pecho. La madera estaba aún algo húmeda por el deshielo pero JiMin pareció no percibirlo, como tampoco sintió los pasos leves de una anciana quien después de un rato se sentó junto a él.

Una ardilla se aventuró fuera de su escondrijo en una búsqueda desesperada por lo poco que había disponible para comer. El jóven siguió al animalejo con la mirada adivinando que ambos compartían un desaliento similar.

Un suspiro se escapó de sus labios llegando hasta los oídos de la vieja que le observaba en silencio.

— ¿Es buen mozo? — preguntó la anciana casualmente sorprendiendo a JiMin con el hecho de no estar solo como creía.

— Ah.. ¿perdón? ¿Me dijo algo, señora? — preguntó el muchacho intrigado volviéndose hacia la viejecita que estaba cubierta hasta la nariz con una bufanda negra de punto muy grueso.

— Pregunté si él es buen mozo — repitió la vieja con tono tranquilo.

— ¿Buen mozo?... ¿A quién se refiere? — indagó JiMin aún sin entender.

— ¿Pues quién habría de ser, omega?. El alfa por el que suspiras de ése modo. No me digas que no se trata de un hombre, porque tengo demasiados años como para que un chiquillo como tú me engañe. — replicó la mujer provocando un sonrojo en su interlocutor.

— No abuela, no se equivoca usted. — repuso el joven sonriendo levemente y bajando los ojos cuando se hubo repuesto de la sorpresa que le había causado la perspicacia de la anciana. — Es un hombre en quien estoy pensando y si, es buen mozo... a veces pienso que demasiado.

— Esos son los peores hijo — dijo la vieja añadiendo enseguida — Sin embargo, Dios sabe que no podemos vivir sin ellos.

— Y usted me lo dice... — replicó JiMin con una sonrisita de frustración.

𝒮𝓌ℯℯ𝓉 𝒥𝒾𝓂𝒾𝓃  ;;  𝒚𝒎 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora