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La claridad traspasó las vidrieras y luego se resbaló por las pesadas cortinas brocadas llegando hasta las orillas. Ahí, donde la tela casi rozaba el suelo encontró el pasadizo que le permitió entrar a la alcoba aunque fuese furtivamente. Contenta de haber logrado su cometido, la luz viajó hasta el lecho y acarició los párpados del jóven; el contacto fue cálido a pesar de que afuera el día era invernalmente frío.Un segundo más tarde, el sonido de una respiración acompasada entró por los oídos manteniéndose constante. Poco a poco, un aroma a café, chocolate, y menta mezclado con cítricos y maderas orientales comenzó a percibirse con decisión en la atmósfera mientras que las yemas de los dedos volvían a tomar conciencia de la textura de las sábanas.
En el fondo de las sensaciones, un cada vez más fuerte dolor de cabeza se fue definiendo lentamente, sin embargo, un calor suave lo rodeaba por todos lados y un sentimiento de seguridad le embargaba el pecho. Hubo una pausa durante la cual, el limbo luchó contra la realidad, la conciencia aún resistiéndose a despertar. Después de unos segundos, el jóven finamente abrió los ojos.
Lo primero que percibió fue que su cabeza descansaba sobre el pecho de alguien más, un minuto más tarde, sintió los brazos que lo rodeaban y reconoció el aroma que se había infiltrado en sus sentidos minutos antes de despertar.
— ¿YoonGi? — fue lo primero que pensó el muchacho sin poder entender la situación, pero realmente poco le importaba entenderla.
Estaba en brazos de él... tal vez era un sueño, sin embargo, el sueño comenzó a moverse, y pronto, unos ojos marrones lo miraban con asombro y preocupación.
Cuando las pupilas se encontraron, JiMin recordó súbitamente todo lo que había pasado, y aunque no sabía con seguridad si sus recuerdos coincidían a una pesadilla, una repentina angustia le llenó el pecho.
— YoonGi — fue la primera palabra dicha casi como un gemido.
Un instante después, los brazos firmes del hombre a su lado lo rodeaban mientras él rompía en llanto sobre su pecho.
El alfa no podía decir nada, sentía la nariz del jóven hundiéndose en la bata de baño que llevaba puesta y el leve temblor del cuerpo de JiMin contra el suyo mientras sollozaba. Una maraña de emociones se le agolpaba en el corazón.
¿Cuándo había sido que se había quedado dormido?
¿Cómo había terminado JiMin acunado en sus brazos?
Dios, él había al fin vuelto en sí, desgraciadamente, toda la gloria del momento quedaba opacada en ése instante por la amargura con la que su omega lloraba.
YoonGi había visto a JiMin llorar de rabia o de tristeza, pero nunca sollozar desesperadamente como lo estaba haciendo ahora.
— Tuve tanto miedo Yoonie — empezó él a decir entre llantos. Sus palabras entrecortadas y sus manos temblando. — Ése hombre, u-una pistola, Jack... — decía JiMin atropellando las palabras mientras su mente iba poco a poco juntando las piezas del rompecabezas.
De ése mismo modo transcurrieron los minutos. JiMin siguió llorando largo rato y él se limitó a abrazarlo y acariciar su cabeza con toda la ternura de la que era capaz.
En ése mágico instante, las distancias fijadas con anterioridad quedaron olvidadas, dejando en su lugar la natural conexión que siempre les había unido. Al menos en ése momento ambos se sintieron pareja en la excepción más espiritual de la palabra, aunque ninguno de los dos fuera capaz de discernirlo conscientemente.
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𝒮𝓌ℯℯ𝓉 𝒥𝒾𝓂𝒾𝓃 ;; 𝒚𝒎 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆
Romance❝ Como actor vacilante en el proscenio que temeroso su papel confunde, o como el poseído por la ira que desfallece por su propio exceso Así yo, desconfiando de mí mismo callo en la ceremonia enamorada, y se diría que mi amor decae cuando lo agobia l...