V e i n t i c i n c o 🐺

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La tarde se había nublado de súbito y de nuevo parecía que el frío invernal recrudecía. Los paseantes que media hora antes habían poblado el parque empezaron a retirarse a sus casas dejando las veredas prácticamente desérticas.

JiMin había dejado la banca que compartía con la anciana y caminaba ahora sin rumbo fijo a lo largo de la arboleda desnuda de hojas, en su mente resonaban las palabras de la anciana y se preguntaba si de verdad encontraría el valor necesario para confiarle a YoonGi todos esos miedos, celos y rencores que había estado guardando para sí por tanto tiempo. Miraba hacia dentro y se avergonzaba de sí mismo; irremediablemente las lágrimas volvieron a acudir a sus ojos que bajo la luz gris de la tarde se habían tornado de un tono más oscuro del que eran naturalmente.

El viento comenzó a soplar.

Ocultó sus manos en los bolsillos del abrigo azul oscuro que llevaba puesto y por primera vez en la tarde comenzó a pensar que era ya hora de regresar a donde el chofer lo esperaba.

Si no regreso pronto, el pobre Jack se va a morir de frío en ése auto. — pensó volviéndose sobre sus talones y empezando a apretar el paso.

El rubio pasó frente de la banca en que había estado sentado una hora antes y continuó su camino más alla. En el horizonte el sol comenzaba a ponerse, ni un paseante más quedaba alrededor; sólo... sólo aquél hombre con el sobretodo negro que estaba de pie unos metros más adelante.

Una especie de extraño presentimiento cruzó por el corazón del omega al pasar junto aquél hombre. El aroma que desprendía el desconocido era fuerte para sus fosas nasales descubriendo así que se trataba de un alfa.

¿Qué podía hacer un hombre solo en medio de Centro Park? Así, de pie... como si esperara a alguien o algo en una tarde fría como aquélla.

¿Otra vez tus delirios de persecución? — se dijo el muchacho internamente tratando de calmarse — Seguramente ése hombre también debe estarse preguntando que hace un chico como tú, solo, en una tarde fría como ésta.

Los pasos de JiMin podían escucharse en la soledad de los adoquines y para su sorpresa, percibió que otros pasos lo acompañaban de cerca. El jóven caminó más de prisa solamente para constatar que el hombre ahora lo seguía con paso más apresurado.

Era demasiada coincidencia.

JiMin se dio cuenta de que era hora de sentir miedo y de correr, y así lo hizo. Pero el hombre corrió tras suyo.

Desgraciadamente estaba lejos de llegar al punto de encuentro con Jack, su única vía de escape era correr directo a la salida del parque.

Las zancadas del hombre eran aún más rápidas que las de JiMin. Lo siguiente que sintió fue la mano del hombre rodeando su cintura para detener sus pasos mientras que con la otra lograba desviar el golpe que el rubio intentó plantarle.

— Tranquilo omega. No seré yo quien te haga daño si cooperas conmigo. — dijo el hombre apresandolo violentamente.

— ¡Suélteme! — gritó JiMin sintiendo que sus peores pesadillas comenzaban a volverse realidad.

Quieto he dicho. — gruñó el individuo respondiendo a la resistencia del jóven con una sonora bofetada que enrojeció inmediatamente la mejilla blanca de JiMin dejándolo parcialmente sin sentido.

Viendo que el rubio no presentaría problema alguno por un rato el hombre procedió a levantarlo hasta colocarlo en uno de sus hombros; tenía que actuar de prisa para llegar al carruaje que tenía preparado. La soledad del lugar era perfecta. Con pasos algo alentados por el peso del jóven que llevaba cargando, el hombre se abrió paso entre los árboles hacia el sitio donde había dejado su transporte.

𝒮𝓌ℯℯ𝓉 𝒥𝒾𝓂𝒾𝓃  ;;  𝒚𝒎 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora