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Aún no puedo creer que haya estado con ella, que me haya dicho que me quiere, que me haya pedido que le prometa nunca dejarla, estoy que no entro dentro de mi burbuja de felicidad, siento que golpean la puerta y aunque dudo un momento con mucho cuidado me levanto y coloco una almohada debajo de su cabeza, acomodó la manta que la tapa y me meto dentro de mi boxer y dudo en abrir hasta que escucho la voz de Pedro diciendo que era el, entra y camina derecho hasta su escritorio, deja su cosas y se gira para mirar a Ángela, pero se sorprendió al ver que era yo quien le abrió y sonríe al ver que estoy en boxer, mira hacia el sillón y sonríe al ver a Angela tapada, trago nervioso cuando camina hacia mí con sus cosas.

Ya era hora tortolos y se notaba que estabas bueno pero no pensé que tanto....- me pongo colorado y el sonríe.

- déjala dormir, vístete y te espero afuera....- asiento y el sale cerrando la puerta, cuando ya estoy listo, dejo una nota al costado de sus armas y salgo, una vez que Pedro me escucha llegar comienza a caminar hacia la salida y yo lo sigo.

- ya que Ángela finalmente puede dormir tranquila la dejaremos en paz un rato...

Pero alguien puede entrar y...

Nadie salvo Erick, yo, Raúl y ahora tu pueden entrar a su oficina, nadie que quiera seguir con su cabeza pegada al cuerpo lo hará, créeme....

Ok, ¿qué necesitas?...

Primero que nada recuerda el número 1985 y segundo, ya que Ángela está descansando tendrás que hacerte cargo de un asunto por ella, confio en ti...

Pero si...

Marco...- me llama interrumpiendo mis palabras otra vez.

- te dire esto y no volveré a repetirlo otra vez... si Ángela no confiara en ti y no estuviera estúpidamente enamorada de ti, jamás te hubiera dado el lugar que te dio y jamás, escúchame bien, jamas a estado con nadie en su oficina porque es su lugar sagrado, así que eres un tipo muy afortunado, ahora has esto y demuestrale que no solo eres bueno matando y en el sexo...- me vuelvo a sonrojar y el rie caminando nuevamente hacia la camioneta.

Y la señora señor Pedro?...

Está descansando...- habla ahora más serio y su voz cambió a una más firme y segura.

- el señor Marco se hará cargo de esto y de ahora en adelante, todo lo que necesiten o si pasa algo y nosotros no estamos cerca se lo harán saber a el, ¿ok?....

Si señor...- dicen todos.

Bien, pasenle toda la información y no olviden de que tienen que cuidarlo como si fuéramos Angela, Raúl o yo...

Si señor...- dicho esto se suben en las camionetas, Pedro me da un apretón de mano y se va, me subo y por suerte están los chicos, Federico conduciendo, Agustín de acompañante y Mario a mi lado, en realidad no me llevo mal con nadie, pero son pocos a los que puedo llamar amigos.

Ya era hora amigo...- todos ríen, sacándome de mis pensamientos y le pego a mi amigo el cual va sentado a mi lado.

Quien tomó la iniciativa?...- Mario me mira riendo mientras me pasa la tableta.

Yo le dije que me iba porque ya no aguantaba más, bueno ustedes saben...- asienten.

- y cuando me iba porque le dije que me de un motivo razonable para quedarme no supo decírmelo, entonces salí de su oficina y ella me siguió y me pidió una oportunidad...

Me alegro, va nos alegramos por usted jefe...- dice Federico.

Solo diganme Marco, no quiero que las cosas entre nosotros cambie desde ahora...

Ya sabemos como eres y sé que estar con ella no te cambiará, pero delante de la gente fuera de nuestro círculo y frente a ella debemos hacerlo o nos cortará la cabeza...- agrega Agustin.

De acuerdo...

No te enojes amigo, pero es algo que te guste o no va a pasar, ella nos hará respetarte tanto como a ella...- finaliza Mario.

Ok ok... cambiemos de tema, dime todo lo que tengo que saber, yo se de matar no de estas cosas...- Mario sonríe y me explica todo lo de la tablet, con quienes tengo que hablar, en quienes ella confía y con quienes tengo que ser más serio y amenazador.

Tranquilo, yo igual no me movere de tu lado, pero tienes que mostrarte seguro como cuando vas a una de tus misiones, ¿de acuerdo?...- nos quedamos en la camioneta, respiro hondo mientras esperamos a que los chicos lleguen hasta nosotros y bajamos, me siento raro, estoy acostumbrado a hacer las cosas solo y el hecho de tener que salir con todos ellos me incomoda, tendré que hablar con Angela, aunque primero esperaré a ver que me espera cuando llegue.

Estás bien?...- pregunta Agus el cual va a mi lado.

Después hablamos...

De acuerdo pero relájate, si Pedro no confiará en tu capacidad no te hubiera puesto a cargo del sobrino de la jefa....- habla Fede.

¡¡Sobrino!! ¡¡ Mierda!!...- dejo de caminar porque me falta el aire, Mario chifla para que todos se detengan y miran para todos lados con sus armas en mano.

Tranquilo chicos, pero estén atentos...- les habla Agus.

Pedro, escúchame...- Marco me tomó de la cara y hace que lo mire mientras yo trato de recuperar el aire mirándolo.

- debes tranquilizarte, respira y cálmate, tú siempre has esperado el momento de estar con ella...- asiento.

- ahora es el momento de demostrarle quién eres, de lo que eres capaz no solo por ella, sino por los que ama, demuestrale que matar no es lo único que puedes hacer bien, demuestrale que no solo la quieres a ella sino que quieres que sepa que puede contar contigo ante cualquier eventualidad...- las palabras de mi amigo me tranquilizan, ahora mi respiración se normalizo y los nervios desaparecieron haciéndome sentir más seguro.

Cuentas conmigo....- dice Fede y todos comienzan a repetir las mismas palabras y sonrio sintiéndome más seguro que antes.

Gracias chicos....- respiro hondo.

- entremos...- asienten y seguimos caminando hasta ingresar al hospital por la parte del estacionamiento.

El Policía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora