Capítulo 1

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(Liam)

-¡Pi,pii,piii,piiii! - sonó el despertador. Mis ojos se abrieron y, de un golpe, me senté en la cama. Múltiples gotas de sudor resbalaban por mi frente. todo mi cuerpo estaba empapado.

De nuevo el sueño se ha repetido. El recuerdo de aquella noche no me ha abandonado desde hace 16 años. Cada noche, rememoro esa noche en la que fui tan feliz y tan truiste a la vez.

Me senté en el borde de la cama, coloqué mis codos sobre mis rodillas y mis manos frotaban mi frente. La voz de mi hija me hizo salir de mis pensamientos.

-¡Buenos días! - dijo Diana entrando alegre en la habitación y sentándose a mi lado.

-Buenos días - dije sin demasiado esfuerzo.

-¿Ocurre algo? - me preguntó preocupada.

-No, no te preocupes - dije poniendo mi mano en su muslo.

-A mí no me engañas, papá. - Papá... 16 años escuchando esa palabra y aún no consigo acostumbrarme. Sonreí al escuchar sus palabras y la mairé a los ojos, eso también me lo decía su madre cuando tenía un mal día, se parecía a ella en tantos aspectos... - Así me gusta que sonrías. 

-¿Y se puede saber por qué estás tú hoy tan alegre? 

-No sé... .el sol no brilla, hace frío y llueve a cántaros... pero al mal tiempo, buena cara. - No pude evitar reír ante su comentario.

-¿Me llevarás al instituto? Es que llueve mucho y llegaré empapada al instituto.

-Claro que sí, yo te llevo. Pero primero deja que me arregle y coma algo. - Me levanté de la cama y cogí la ropa para cambiarme. Bajé a desayunar bajo la atenta mirada de Diana que me seguía a todos lados.- ¿Se puede saber por qué no dejas  de mirarme y perseguirme? -Dije mientras bebía mi taza de café.

-Intento meterte prisa, no quiero llegar tarde a clase.

-No vas a llegar tarde, confía en mí.

-Bueno... teniendo en cuenta que en cinco minutos cerrarán la puerta de entrada.... o eres superman o desde luego llegaré tarde.

-¿¡Qué? ¿¡Cinco minutos?! - dije mirando mi reloj. -¡Vámonos!

Los dos salimos de casa y nos subimos al coche, lo puse en marcha y conduje hasta el instituto. Cuando llegamos, había una profesora cerrando la puerta.

-¡Oh, no! La están cerrando - dijo Diana - Al final hemos llegado tarde...

-No -abrí la puerta del coche y salí. Diana me siguió un tanto desconcertada. -¡Espere! - grité dirigiéndome a la profesora que se alejaba hacia la puerta del edifcio. Al oír mioz, la chica se giró de un golpe. No tenía pinta de una profesora corriente, parecía muy joven.

-Lo siento, acabo de cerrar las puertas - me dijo - Tendrás que esperar hasta las 9, Diana - dijo esta vez mirando a mi hija que estaba a mi lado. 

-Lo siento mucho, ha sido mi culpa que ella llegue tarde. ¿No podría dejarlo pasar por esta vez? - le pregunté. Notaba como la chica se ponía algo tensa con cada palabra que salía de mi boca.

-Está bien, por esta vez vas a tener suerte, Diana. -Abrió las puertas de nuevo y dejó pasar a Diana. Me despedí de ella con un beso y de nuevo volvió a cerrar las puertas.

-Muchas gracias, señorita...

-Dunne, señorita Dunne. Pero puedes llamarme Christie. - Me dijo amable con una sonrisa. - Y usted es el señor Payne, ¿me equivoco?

-No, no se equivoca -le sonreí de vuelta- bueno, tengo que irme, espero que tenga un buen día.

-Igualmente.

Cegado por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora