Capítulo 24

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CUANDO FINALIZARON LAS CLASES...

Theo y yo íbamos camino de casa, bueno, de su casa. Todo el día había estado dándole vueltas a la conversación que había mantenido con Christie, ¿por qué sabe lo de los cortes? ¿Tan poco creíble es mi excusa?

-¿En qué piensas? - me dijo Theo tomando mi mano.

-En nada... cosas mías.

-Ya... -dijo no muy convencido. - Por cierto, ¿de qué hablaste con Christie? 

-Nada... que si he adelagazado mucho, que si estoy bien... bah, tonterías.

-No, Diana, no son tonterías. Hasta los profesores se dan cuenta de que las cosas no van bien.

-Theo, por favor. Ya hemos hablado de esto, déjalo estar.

-De acuerdo... -aceptó. -¿Se lo has dicho a tu padre? - dijo tras un silencio

-No, ni se lo voy a decir. Ni siquiera tú te tendrías que haber enterado de lo que hice anoche.

-Bueno, yo ya sabes lo que opino, no te lo voy a decir otra vez.

Llegamos a casa, comimos aunque unos más que otros y, depués, cada uno se fue a lo suyo. Durante el resto del día no volvimos a hablar, con frecuencia Niall venía a verme a la habitación pero no le hacía caso y seguía con la música en mis oídos que era lo único que, de momento, había conseguido sacarme del mundo real.

AL DÍA SIGUIENTE

Creo que hoy me levanté con buen pie, tengo buen humor e incluso me he levantado con algo de apetito, claro que la única diferencia entre el desayuno de hoy y el de otros días, ha estado en que me tomé una galleta. Theo y yo nos fuimos al insituto, nos dirigíamos a nuestra primera clase cuando alguien llamó nuestra atención.

-Theo, Diana, buenos días -dijo Christie acercándose a nosotros. Esta mujer estaba empezando a resultarme un tanto pesada.

-Buenos días Christie. -respondí alegre. Hoy pocas cosas me pueden bajar el buen humor.

-Theo tengo que hablar contigo, a solas. Es por una cosa de clase, no te preocupes, no es nada malo.

-Está bien -dijo Theo -No tardaré. -me dijo dándome un corto beso en los labios.

(Theo)

-¿Ocurre algo? -dije asustado. No estoy acostumbrado a este tipo de charlas.

-No, no es nada malo, no te preocupes. - me dijo Christie. -La verdad es que no voy a hablarte de nada de clase, es algo más... personal.

-Continúa -le dije 

-Es sobre Diana.

-Yo no tengo nada que hablarle sobre Diana. -Prometí que no le diría a nadie nada sobre los cortes de Diana ni sobre su estado actual y si me quedo, me temo que lo acabaré largando todo. Me levanté y me dispuse a salir pero Christie me frenó.

-Por favor, es importante. He hablado con su padre. 

-¿Qué? -pregunté atónito. -¿Por qué lo ha hecho? ¿Por qué se mete en temas que no le llaman? 

-Solo intentaba ayudar, sé lo que le está pasando a Diana. Puedo ayudarla.

-No, solo su familia podemos ayudarla y tú no deberías meterte. -dije dirigiéndome a la puerta y saliendo sin más.

(Diana)

-Vámonos - dijo Theo saliendo del aula

-¿Ya? ¿Ha pasado algo? - dije viendo que salía visiblemente alterado.

-Nada, vamos a clase. - respondió.

Fuimos a clase y no mencionamos nada sobre el tema, tampoco quería alterarlo más de lo que estaba así que lo dejé pasar. Había pasado apenas media hora de clase cuando comenzó a dolerme la cabeza y la cabeza me daba vueltas.

-Perdón - dije llamando la atención del profesor. - ¿Puedo salir un momento al baño? No me encuentro bien

-Sí, puedes salir. - me dijo el profesor.

-Eh, ¿quieres que te acompañe? - me dijo Theo preocupado.

-No, no te preocupes, vuelvo en seguida. - le respondí saliendo de la clase.

Me dirigía hacia el baño cuando las piernas me fallaron y me caí al suelo.

-¡Diana! ¿Estás bien? - dijo Christie preocupada mientras me ayudaba a levantarme.

-Sí, sí, no te preocupes estoy bien. -dije continuando mi camino hacia el baño.

Entré, me acerqué al lavabo y abrí el grifo para refrescarme la cara y el cuello. En ese momento, entraron Theo y Christie en el baño.

-¡Diana! ¿Estás bien? Christie me ha dicho que te has desmayado.

-Sí, pero no te preocupes, ha sido un simple mareo. -dije quitándole importancia.

-Diana, esto tenemos que hablarlo, no puedes seguir así.-me dijo Christie.

-No te metas, por favor, sé perfectamente lo que hago.

-No Diana, no lo sabes - dijo Theo sorprendiéndome. Pensé que al menos él me defendería.

-¿Qué? Theo, no empieces.

-Diana, estás muy débil y no te das cuenta de que te estás matando poco a poco.- me respondió mi novio.

-Diana, yo pasé por lo mismo. Puedo ayudarte si me dejas - me dijo Christie acercándose a mí poco a poco.

-No - le respondí alejándome de él.

-Por favor, Diana, déjame ayudarte - continuó Christie.

-¡Que no! ¡No necesito ayuda, ni de ti ni de nadie! -grité desesperada. -¡Dejadme en paz todos de una vez! -terminé diciendo. Salí corriendo del baño.

-¡Diana por favor espera! - me gritó Theo.

Yo no le hice caso y continué mi camino, salí del instituto y corrí sin saber realmente hacia donde iba, solo iba pensando en que no quería recibir órdenes de nadie, no quería que nadie se preocupara por mí, que me miraran como una pobrecita, si yo hago esto es porque quiero y no necesito la compasión de nadie. Cuando las lágrimas no me impedían ver por dónde iba y la respiración no me daba para más, frené, pero no me di cuenta de adónde había llegado a parar...

Cegado por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora