Capítulo 13

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(Diana)

-Diana... Diana... - dijo alguien moviéndome el brazo. Abrí lentamente mis ojos y vi la imagen de mi padre, sonreí.

-Hola, papá. ¿Cuándo has llegado? -le dije. Cuando me levanté un poco vi que Julie estaba detrás de mi padre.

-Pues acabamos de llegar. -Ya os podéis imaginar dónde ha pasado la noche.

-aahh... ¿y por qué está aquí Julie?

-Diana, no seas insolente. - me regañó mi padre - Está aquí porque tenemos que contarte algo. 

-¿Lo habéis dejado? - dije intentando aparentar tristeza - Cuánto lo siento, hacíais una pareja muy buena y me encantabas, Julie. - ella me lanzó una mirada fría. 

-Pues me alegro mucho de que pienses todo eso porque Julie se va a quedar a vivir aquí. 

-¿C-cómo? Repite porque creo que no te he entendido bien. -dije confusa. Por favor, que sea una broma... 

-Lo has entendido perfectamente, Julie se viene a vivir con nosotros.

-¿Podemos hablar un momento en la cocina? - le dije a mi padre.

-Sí, claro. -Los dos nos metimos en la cocina. - ¿Qué ocurre?

-¿Qué locura has hecho?

-¿Qué? No es ninguna locura, es mi novia y antes de pedirle matrimonio quiero saber si podemos vivir juntos.

-¿Pero no entiendes que yo no puedo con ella? No voy a poder soportar verla 24 horas al día, todos los días de la semana, todos los días del año y menos que te cases con ella... ugg, me entran escalofríos solo de pensarlo.

-Pues vete acostumbrando porque, te guste o no, las cosas van a ser así. -Tras acabar de hablar, salió de la cocina.- Dame las maletas, las subiré a tu habitación - le dijo a Julie

-Vale, cariño. -Mi padre las cogió y subió a dejar las maletas en su dormitorio.

-Sabes perfectamente que este no es tu sitio.... - le dije a Julie acercándome a ella. - Algún día mi padre se dará cuenta de las cosas, tú no te mereces ni la mitad de lo que tienes. -Justo cuando estaba empezando a animarme a soltarle todo lo que tantas ganas tenía de decirle, escuché un gran ruido y mi mejilla comenzó a arder, ¿¡me ha pegado!?. - ¡No me toques! - me lancé a ella, a tirarle de ese pelo que más bien parecía que se lo había comprado en la tienda de chinos de la esquina. Le estaba dando de su propia medicina pero, por desgracia, la medicina se acabó. Mi padre bajó y me vio tirándole del pelo.

-¡DIANA! - Dijo mientras me agarraba de la cintura para separarme de Julie que estaba en el suelo. -¿¡Se puede saber qué narices estás haciendo?! - me dijo poniéndome en el suelo.

-¡Me ha pegado! ¡¿Acaso te parece normal?!

-¿Que te ha pegado? Venga ya, Diana, no me vengas con tonterías. Sé que no quieres que Julie esté aquí pero no hace falta que te inventes cosas. A veces hay que pensar un poquito en los demás en vez de en ti solo.

-¡¿No te das cuenta de que lo único que hago es pensar en ti!?

-Sube a tu cuarto, ya hablaremos del tema. - me dijo. Yo, aceptando las órdenes me fui a mi habitación resignada.

(Liam)

-Lo siento mucho, Julie. Esto de que te quedes a vivir aquí va a ser algo difícil para ella pero necesito saber si podemos vivir los tres juntos antes de...

-¿Antes de?

-Antes de dar el siguiente paso - dije agarrándola de la cintura.

-Intentaré ser lo más amable posible para que todo sea más fácil. - dijo poniendo sus manos en mis mejillas.

-Gracias, amor, eres la mejor. - La besé.

(Diana)

Entré en mi habitación completamente enfadada con mi padre, con Julie, conmigo misma y con todo lo que se mueva. Me tumbé hacia atrás colocando un cojín en mi cara y di un grito ahogado de rabia. Mi móvil comenzó a vibrar y vi que había recibido un mensaje de... ¿Theo? El que faltaba.

-Hola... -me dijo

-¿Ahora te dignas a hablarme?

-Diana.... por favor....

-¿Y tu novia?

-¿Qué novia? Yo no tengo novia.

-¿Me estás tomando el pelo? No estoy para bromas ahora

-No es una broma...

-¿Qué ha pasado?

-Espera que te llamo.

Tras unos minutos de silencio esperando la llamada, la recibí.

-Hola... - me dijo al otro lado de la línea.

-Hola - respondí seca.

-¿Qué tal?

-Al grano.- Le oí suspirar al otro lado de la línea.

-Bueno...pues básicamente nos dimos cuenta de que no somos compatibles.

-Claro, y cuando te das cuenta de que ya no tienes novia y estás solo, recurres a tu antigua amiga para que recoga tus lágrimas.

-Espero que lo de antigua amiga no sea verdad.

-Me has hecho mucho daño, me abandonaste, a tu mejor amiga. Siempre te he considerado como mi hermano, nos hemos criado juntos y me abandonas como si fuese una chica más.

-Diana, por favor, no digas eso. Jamás te abandonaría...

-Pero lo hiciste y eso no se olvida tan fácilmente, ¿¡por qué no vas a llorarle a tu novia?! ¿¡Por qué no vas a intentar recuperarla si tan enamorado estás de ella!? ¡¿Por qué, Theo?!

-PORQUE TÚ ERES LA ÚNICA QUE ME IMPORTA, PORQUE ERES LA ÚNICA EN LA QUE PIENSO CADA DÍA, LA ÚNICA QUE ME ENTIENDE... y de la única que estoy enamorado.

Cegado por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora