Capítulo 26: Memoria.

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Post; Elisa

Lo primero que mis ojos vieron al abrirse fue su rostro, era tan diferente a la última vez que lo vi. Unas grandes ojeras bajo sus ojos, remarcaban su cara, su piel era más pálida de lo normal y sus grandes tatuajes no tenían color.

El sufrimiento era notable en su persona.

Tan rápido como noto que había despertado, se acercó a mí, pero mantuvo algo de distancia, yo solo quería que me abrazara, tocarlo pero no entendía el porqué no lo hacía.

Fue entonces cuando note mi cuerpo, había estado tan sumida contemplando su ser, su rostro, que no me había dado cuenta, lo dañado que estaba el mío.

¡Oh! Dolor.

Lágrimas resbalaban por mi rostro, al ver una de mis piernas inmóvil junto con mi brazo izquierdo, con un grueso yeso en ellos. También sentía inmovilizada mi cadera, lleve mi mano derecha hacia la parte caliente que sentía en mi cabeza, note una ceñida venda sobre ella y un dolor punzante que me embargo.

Mi llanto era incontrolable, tanto que mi corazón empezó a latir con más fuerza y mi respiración era más rápida, el aparato que estaba situado a un lado mío, empezó a emitir un pitido molesto.

Lucifer noto mi angustia, y se acercó. Trató de tranquilizarme pero la verdad no podía hacerlo.

Me dolía en el alma, lo que mi hermana había ocasionado en mi, ¡ya hasta parezco disco rayado!.

─ Cálmate, mi amor ─ susurraba, con ambas manos tomó mi rostro, y se acercó a él, plantando sus labios en los míos, de nuevo esa energía que emerge de nosotros, brotó y me fue calmando poco a poco, me di cuenta que él siempre podía ayudarme en eso.

─ ¡Me... Mee duele, darme cuenta de la horrible persona que es Angélica!. ─ lloraba, me dolía en verdad.

─ Tengo que contarte demasiadas cosas de ella, Elisa. Pero no es el momento, primero tienes que recuperarte. ─ confesó, "¿Qué sabes Lucifer, qué sabes de ella?" .

Hazlo ahora...─ le pedí, pero el negaba con un movimiento. ─ ¡por favor!. ─ rogué.

Estaba apuntó de contarme todo, pero cambio su postura, y se alejo de mi, se dirigió hacia la puerta y se asomo, mirando de un lado a otro.

Desde ahí, hablo:

─ Lo siento, mi amor. Será otro día, vengo a verte mas tarde, tus padres ya vienen para acá, y creo que a tu madre no les gusta mi aspecto. ─ Río e igual yo lo hice.. "Como te extrañaba Lucifer".

Y entonces, se fue.

Momentos después entró mi madre, al verme su impresión fue tanta, que empezó a llamar al doctor a gritos.

─ ¡Elisa, mi amor al fin despertaste! ─ corrió a mi lado, y al llegar me plantó un beso en la frente.

Quería decirle todo de una vez, restregarle en la cara que ya sabia lo alcahueta que era con Angélica, reclamarle que eso no era nada bueno para ella, pero entonces... Se me ocurrió una idea y le pregunte;

─ ¿Quien es usted, señora? ─ al decirle aquellas palabras a mi madre, su expresión cambio de una felicidad a una de total confusión.

─ Mi amor, Elisa. Soy yo, tu madre. ─ replicó.

─ Lo siento señora, no sé de qué me habla.

Desesperada fue en busca del médico y en vez de llegar con uno fueron dos doctores que entraron a la habitación, se acercaron junto con mi madre y ella les contó mi estado.

Lucifer © (✔️Completa) #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora