Penúltimo Capítulo 42: La Gala.

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Post; Elisa

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Post; Elisa

La casa estaba en total tranquilidad, no había rastro de nadie. No se sentía la emoción de hace años, la emoción que emergía en uno por noche buena o navidad. Creo qué esas emociones mueren cuando uno crece o cuando uno ya tiene demasiados problemas en su familia que ya esta época no la vez igual.

Muy dentro de mí, quería que regresará esa emoción, que regresarán esos años donde creía que era feliz, borrar lo que había ocurrido en los últimos meses o borrar de nuevo mi memoria, borrar la tristeza.

Recuerdo que cada noche buena, estaba la felicidad, la emoción por la fiesta que mi padre daba cada año, para en la noche regresar a casa y encontrar regalos bajo el árbol. Este año ni árbol había. Ni luces de colores que adornaran las ventanas, la única casa que estaba en soledad.

Era triste, si... Era triste darme cuenta lo dañada que estaba esta familia, por eso mi idea de huir, huir lejos.

Sabía que mi decisión era un arranque de nostalgia, un arranque de confusión, tal vez. Pero jamás en la vida me había sentido tan segura. Unos padres corruptos, una hermana inestable, si seguía aquí... ¿Qué me depararía el futuro?

Y si no me arriesgaba me pasaría la vida preguntándome ¿Qué es lo que hubiera pasado?...

Era algo loco escaparme de personas malas y mentirosas, para irme con alguien mucho peor, porque lo era, Lucifer es un demonio, pero a mi me demostraba que era diferente estando a mi lado, que cambió y que me protegería, algo que mis padres nunca hicieron.

24 𝒅𝒆 𝒅𝒊𝒄𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆 

Me desperté agitada, con el sudor escurriendo de mi frente, con el cuerpo pegajoso y aún temblando por el miedo, el miedo tan real de esa pesadilla. Otra vez no, por favor.

Traté de tranquilizarme, un baño, necesito un baño caliente.

Baje mis pies de la cama, el piso estaba helado, el ambiente se sentía denso y afuera ni un rastro que fuera a salir el sol, en cambio demasiadas nubes tupian el cielo.

Me encamine a tomar un baño, necesitaba alejar esa pesadilla, necesitaba alejarla y estar tranquila. Me repetía a mi misma una y otra, que toda saldría bien.

Él agua hervía, recorría mi cuerpo y se llevaba la tensión que sentía, me tranquilizaba, ¿porqué estaba demasiado nerviosa?

Por favor, relájate Elisa.

Después de salir de la ducha, y vestirme. Baje a la cocina a tomar mi desayuno. La casa, como imaginaba, estaba completamente vacía. Tal vez mis padres estaban con los detalles finales de la fiesta que se celebraría por la noche.

Cuando tomaba mi desayuno, escuche los pasos apresurados de alguien bajando por las escaleras, dirigí mi vista hacia la entrada de la cocina y vi como por ella entraba Angélica. Tenía un aspecto horrible, se sujetaba con fuerza de la pared. Su aspecto con un moño mal agarrado sobre su cabeza, aún con tintes de maquillaje corrido en su rostro y ojos hinchados al parecer por tanto llorar. Al percatarse de mí, se me quedo mirando tanto que se me hizo muy incómodo.

Lucifer © (✔️Completa) #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora