Lucifer © (✔️Completa) #Wattys2020

EPÍLOGO

Cuatro años después :

─ Mamá... ¿Cómo me veo? ─ pregunté contemplando mi figura en el espejo.

Había escogido un vestido negro sencillo, ceñido a mi figura solo hasta la rodilla y busto cerrado, nada extravagante.

─ Lo sencillo te hace ver hermosa mi amor. ─ respondió mamá con lágrimas cayendo por sus mejillas.

─ ¡Oh, mamá! ─ volteé a mirarla, y me acerque a ella, la abrase. ─ Solo me gradué. No te pongas así.

─ Es qué ─ sorbió por su nariz y con un pañuelo que momentos antes le había entregado papá en la ceremonia, se limpiaba las lagrimillas que le caían por su rostro. ─ has pasado por tanto, que me alegra mucho que al fin logres todo lo que te propones y seas feliz.

Y si, eso es cierto. Todos hemos pasado por mucho en estos cuatro años. 1 año después de ese día, terminé mis terapias y recupere mi agilidad y elimine las molestias de mi cuerpo, el perdón llegó a mi vida, mis padres y yo seguimos en terapias para poder superar la pérdida tan grande de Angélica, aún nos duele, pero tratamos de sobrellevar ese dolor estando juntos de nuevo. Mis padres abrieron un nuevo bufete juntos, ahora sin pactos con el diablo ni ninguna clase de contrato que conlleve a un demonio de por medio, trabajan legalmente y llevan sus juicios limpiamente.

Y... ¿Qué les puedo decir de mi?

Terminé la universidad, y hoy me gradué con honores, mis padres estuvieron en primera fila. Aplaudiéndome entre la multitud, y junto a mi novio. ¿Recuerdan a Santiago, mi ex terapeuta físico?

Empezamos una relación hace dos años, es muy lindo y atento. Y completamente humano.

Me a enseñado a ser feliz, sin mentiras, sin sufrimiento, sin pensar en qué algún día su padre se llene de rabia por estar conmigo y quiera matarme. Con anhelos por un futuro juntos, bueno mi mente me convence de eso.

Pero...

Si, en esta vida siempre hay un pero, ¿Pienso en él? ¿Lo extraño? ¿Aún lo quiero?

Cada jodido día de mi vida.

Es como si una parte de él, se hubiera clavado en el centro de mi corazón, tan clavado que nada ni nadie puede desterrarlo. Sus besos, sus caricias, su voz, es como si fuera ayer que las deje de sentir y escuchar. Como si no hubieran pasado cuatro años. Como si aún esperara que tocará a mi puerta, o entrará por la ventana como solía hacerlo.

Pero se que se a ido, y no volverá.

Y por eso, rehago mi vida. Esperando ser feliz y llenar el vacío que dejó con su regreso al Infierno.

Aún que se, que tal vez nunca pueda lograrlo.

Sabía que era un amor prohibido, un amor letal. Pero también era ese amor que se encuentra solo una vez en la vida, el primer amor, el amor a primera vista, el que nunca se olvida, el que siempre se recuerda.

─ ¿Serás feliz verdad? ─ la voz de mi madre me sacó de mis pensamientos y se lo agradecía por completo.

─ Si mamá, eso espero. ─ suspiré.

─ ¡Ya llegó tu pareja, Elisa!. ─ gritó mi padre, desde la planta baja. Me encamine a la puerta de mi antigua habitación y me asome...

─ ¡Ya voy papá, bajo en un minuto! ─ y volví a ver a mi madre, sonreí para ella. ─ Gracias por permitir que me quedara estos días mamá.

─ No tienes nada que agradecer, anda baja. No hagas esperar a Santiago y diviértanse.

Asentí. Y salí de aquella habitación, baje las escaleras con mucho cuidado, mi vista estaba fija en cada escalón que pisaba, antes de llegar al ultimo, levante mi rostro y vi a aquel hombre esperándome en la puerta de entrada.