Todo empezó cuándo mi madre se separó de mi padre. Ella decidió tomar su camino y dejarnos a nosotros completamente solos siendo desde ese momento sólo Frederick y Annabeth Chase. Pero eso terminaría pronto y eso ocurriría justo en este mismo instante.—Annabeth, ¿ya estás lista?—. Gritó mi papá desde las escaleras despertándome repentinamente.
No pude evitar sobresaltarme y darme cuenta que la noche anterior me había quedado dormida bajo el nuevo libro que estaba leyendo.
—Sí—. Dije desganada poniendo el libro en mi mesa de noche antes de ponerme con mucha dificultad de pie —. Bajo en un momento.
Mi cuarto era bastante grande incluso para una ciudad tan poco espaciosa como Nueva York y eso era producto a que mi padre sea uno de los mejores profesores de Historia en la Universidad de Columbia; definitivamente algo con lo que una adolescente de dieciséis años no se podía quejar.
Rápidamente peiné mi cabello rubio ondulado con mi mano pues, no era aficionada a andar pulcra y perfecta como muchas chicas de mi escuela; me puse una camiseta floreada junto a unos shorts acompañada de mis clásicas converse blancas y tras lavarme la cara y los dientes bajé las gradas en saltitos esperando la “gran noticia” que me daría mi papá.
Inmediatamente me di cuenta que la casa lucía más arreglada y limpia de lo normal y era difícil ignorar que había un gran desayuno que incluía panqueques y jugo de naranja que tiraban hacia lo formal sobre la mesa; pero aún más difícil de ignorar era que mi papá iba completamente arreglado.
—Hoy conocerás a una persona muy importante—, dijo con seriedad sin poder ocultar mucho su nerviosismo —. Annabeth, estos últimos meses estuve viendo a alguien...y hoy la conocerás. Annie, tendrás una nueva madrastra.
—¿Qué tu qué? ¿Una nueva qué? Espera, ¿qué?—, pregunté indignada y sorprendida a la vez. A lo largo de estos últimos meses si había notado un cambio en él (incluso utilizaba colonia), pero si algo me molestaba era que ni siquiera confiase en mí.
—Sí lo sé—. Cerró los ojos algo arrepentido —. Sé que tuve que contarte antes pero...
Lamentablemente antes que continuase el timbre sonó. Inmediatamente supe que la persona que conocería sería a la persona con la que probablemente desayunaría las siguientes semanas. Mi papá dió un suspiro preocupado y se acercó a la puerta dejándome con miles de preguntas en mi cabeza.
¿Cómo se atrevía?
La puerta se abrió dejando en el umbral una señora no muy joven pero tampoco muy vieja, probablemente de la edad de mi padre o por ahí; tenía ojos bastante afables con una sonrisa que iba a juego. Sin embargo, lo que no fue difícil de pasar por alto era a la persona que iba a su lado. Tenía el cabello negro y desordenado con un aire rebelde, llevaba una camiseta de Led Zeppelin y definitivamente lo que captó mi atención de manera inmediata, sus ojos verdes. Esos malditos ojos verde mar que me atraparían de por vida.
—Annabeth, quiero que conozcas a Sally y a su hijo Percy Jackson—.
Genial.
(...)
Estábamos todos sentados en la mesa en un silencio que parecía ser infinito. Si habría algún trofeo por el desayuno más incómodo los Chase y los Jackson se lo llevarían en menos de un minuto y definitivamente no era agradable llevarse ese trofeo.
No podía evitar dirigir mis ojos hacia Percy y observar cómo veía los panqueques sin mucho entusiasmo; resoplaba cada tanto y no dejaba de mover sus pies que hacían un pequeño ruido cada vez que chocaban contra el suelo.
—¿No había posibilidad de que sean azules?—, preguntó señalando los panqueques mi no tan futuro hermanastro con su tenedor.
Su madre volteó a verlo abriendo los ojos como si transmitiese un mensaje telepático, uno no muy bueno por lo que pude intuir pues, inmediatamente sonrió nervioso.
—Digo...están completamente...bien—. Sonrió incómodo levantando su mirada hacia mí. Nuestros ojos se conectaron por unos segundos, esos ojos verdes que habían llamado mi atención desde el primer momento que lo vi en la puerta. Al mismo tiempo ambos apartamos la mirada mientras sentía como el calor se elevaba a mis mejillas. Tomé un gran sorbo de jugo de naranja.
—Bueno...Percy y Annabeth—, comenzó a hablar mi padre mientras le dirigía una mirada nerviosa a Sally —, ambos sabemos que no les dijimos nada pero fue porque no queríamos que las cosas sean apresuradas; en especial para ustedes dos.
¿Cosas apresuradas? ¿Como la de planear tu boda a escondidas de tu única familia? Lógica 10/10.
—El hecho es que Frederick y yo—, continuó Sally como si ya lo hubiesen ensayado miles de veces —,es que nos casaremos el siguiente mes—.
Percy, quien estaba a mitad de su jugo de naranja se atoró con él empezando a toser escandalosamente. Definitivamente esa fue una descripción gráfica de mi reacción mental.
—Oh por dios Percy, ¿estás bien?—, preguntó mi papá poniéndose de pie al mismo tiempo que Sally.
—Si...creo—.
Definitivamente nos dimos cuenta que Percy no estaba bien pues, se desmayó después de esa corta frase desplomándose contra el piso.
—Estará bien—. Aseguró Sally mientras mi papá veía aterrado la escena.
(...)
Es así como la situación terminaba en Percy echado inconsciente sobre el sofá, yo al frente suyo con un libro en manos tratando de concentrarme en el, mi papá hablando con la mamá de Percy en la cocina con la puerta cerrada.
En el fondo sabía que la situación no había salido exactamente como ambos planeaban, lo noté desde sus rostros cuando Percy se desmayó.
¿Cómo te atoras con jugo de naranja y luego te desmayas? ¡Es básicamente lo más exagerado que pude presenciar en mi vida! Incluso más exagerado que los roles que Piper aceptaba en la escuela para la presentación de fin de temporada.
No pude evitar voltear a verlo. Se veía completamente en paz, no había ni una sola mueca en su cara. No pude evitar acercarme un poco más a él para observarlo a más detalle. Fruncí el ceño al ver cómo su boca yacía algo abierta dejando un pequeño rastro de baba por ahí. Definitivamente asqueroso.
Soltó un pequeño suspiro en modo de propuesta antes de moverse un poco incómodo sobre su sitio.
—Jason, tuve un sueño muy malo donde mi mamá se iba a casar con un tipo que tenía una hija que daba miedo—.
Fruncí aún más el ceño abriendo la boca para protestar, sin embargo no solté ni una sola palabra pues Percy abrió los ojos viéndome fijamente, valga la vida: asustado.
—Babeas cuando duermes—, dije antes de salir de la sala hacia el piso de arriba tratando de pensar en todo lo que acababa de suceder.
Era momento de llamar a la gurú experta de situaciones como estas (pues, tampoco es como si pudiese armar una maqueta y decir “oh wow”, mira como todo se soluciona), sé que Piper, mi mejor amiga sabría como arreglar esto. La veía todos los días de cada semana, pero mañana sería especial, considerando que era el primer día de clases.
//escrito por una seguidora de la página: Fabiana Montes//
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One-Shot's
FanfictionOne-Shot's del mundo de Percy Jackson hechos por Sangre Grecorromana (SGR) (Actualmente es más solangelo, lo siento 😔)