One-Shot's

¿Quién es "ella"? (1/2)

Tras unos meses de haber finalizado la batalla contra Gea, y de casi extinguir a los campamentos, los semidioses gozaban de la "tranquilidad" que podía obtener un semidios actual. El campamento había estado en su ritmo caótico-cotidiano de todos los días, hubo partidas de demasiados campistas cuando la temporada de escuela inició en septiembre.

Sin embargo, la estadía de otros semidioses surgió. Entre ellos destacaba el "favorito" de todos, nótose el sarcasmo, el hijo de Hades, Nico di Angelo.

El frío del otoño no afectaba al campamento gracias a su mágica barrera, algo que Nico agradecía. Podía pasear en canoa con su amigo Will todo el tiempo sin temer a las tormentas de vientos y lluvia repentina que azotaba los alrededores de Nueva York.

Últimamente, ambos semidioses se habían hecho muy cercanos. Los demás campistas al principio los tenían en la mira, pero pasaron al olvido cuando dejaron el campamento y regresaron a casa.

Nico se sentía con demasiada suerte, conoció a Will (quien al principio era un dolor de cabeza que no dejaba de sacarlo de quicio), después de alguna manera Will quiso ser su amigo. ¿Qué Hades pasaba en la cabeza de ese chico? Pensó en su momento, Nico.

Tras un par de meses, Nico y Will lo tenían claro, sus sentimientos e intenciones no venían en son de amistad.

El hijo del dios del sol tenía claro sus sentimientos mucho antes que él hijo del inframundo, mas no fue molestia llamar su atención, conquistarlo, terminar prácticamente diciendo: "Oye, no sé si te has dado cuenta pero estoy tratando de gustarte, ¿podrías al menos notarlo y considerar mis sentimientos a ti? Gracias".

Incluso no fue molestia esperar a Nico, Will sabía que no podía forzarlo a corresponderle al tiempo que le habría gustado, en sí, no podía forzar a nada a Nico. No solo era por no ser correcto, sino, porque Nico era de caparazón duro y no quería echar a perder todo lo que había logrado. 

No quería perder a Nico, no importaba si le correspondía o no, solo no quería perderlo. Se había vuelto en su confidente, nadie sabía de las inseguridades del jefe de la cabaña 7, solo Nico, y sólo él supo cómo ayudar al mayor.

El inicio de su relación no fue una escrita para ser novela romántica totalmente increíble y llena de cursilerias y clichés. De hecho, nadie supo desde cuándo estaban juntos. Todo comenzó con una pequeña charla en la cabaña 13 que pasó a tocar el tema de la declaración de amor y terminó con ambos chicos sintiéndose intimidados entre ellos.

Sí, intimidados.

Will no sabía con qué proseguir con Nico, ambos estaba al tanto de los sentimientos del otro. Pero ninguno daba el paso. Nico temía a seguir, todo con Will había sucedido de una manera tan perfecta que lo hacía dudar de su suerte. No podía ser posible que Will Solace y él se sintieran atraídos uno por el otro, que ambos estén dispuestos a tener algo y que no haya problema alguno en su entorno. Todo era perfecto. Demasiado perfecto. No podía ser posible, algo malo debía ocurrir.

La tensión en la habitación era la compañía perfecta para el silencio actual. Ambos chicos, sentados en el borde de la cama, no podían ni mirarse.

Quizá fue muy pronto, pensaba Will.

—Bueno... Ya es tarde. Me gustó pasar la tarde contigo, en silencio.—asintió el rubio, levantándose. Quería salvar lo poco de buena amistad que podría quedar, no terminar con todo por sus sentimientos, sobretodo cuando Nico no parecía querer tocar el tema más. Con desilusión, Will pensaba en mejor seguir los pasos del pelinegro. —Nos vemos en la cena.

Nico no quería ignorar esa conversación hasta que lo olvidase y ya no tuvieran que continuarlo. Temía, sí. Quizá todo era demasiado perfecto, sí. Pero, y ¿si lo aprovechaba mientras duraba? Quizá no debía arriesgar todo aún, solo intentar algo para no perder a Will. Quizá los sentimientos de Will terminen antes de lo pensado, pero, al menos no habría privado sus sentimientos como la última vez. Además, siendo honestos, lo llenaba de ilusión poder estar con Will en plan más que amigos.