Capítulo 64: Miedos

4.7K 322 34
                                    

Sho: Tu... ¡¿TU LE HICISTE ESTO A MI HIJA?!

Sho se enfrentó iracundo a su hermano que aulló de dolor al sentir el agarre de su Sho sobre su camisa que lo levantó bruscamente de su asiento mientras su ojos sardina en cólera.

Ume: ¡Cariño!- le llamo preocupada.- Cálmate, cielo. Es tu hermano y está herido.

Mei: Papá...

Sho: Siempre haces eso. NO HAS CAMBIADO NADA. Tu, siempre causando problemas por tu propio egoísmo, jamás pensaste en nadie más que tú mismo. Hace 20 años abandonaste a tu hija en ese hospital por irte a emborrachar y ahora... Y AHORA TE APARECES BORRACHO  NUEVAMENTE Y NO CONTENTO CON ESO LA ARROLLAS?

Ume: Sho, debes calmarte.- dice tratando de calmar a su esposo.- Sho cariño, suéltalo.- le acaricia la espalda buscando tranquilizarlo.

Sho:... T-tu... Aunque pudiste acercarte a ella, solo huiste como el Cobarde que eres.

Toru:...- tenía la cabeza gacha.

Sho: Y-yo supe que debía hacerla feliz desde el primer momento que la vi. Sabía que era tu hija, sabía que era producto del engaño de esa mujer. Pero Yo... Yo no pude dejarla, la he cuidado y amado desde que que la vi en aquella cuna sola, ella se convirtió en mi tesoro más preciado...- dijo casi entre lágrimas.- Y... Solo bastó con que apartara la vista... PARA QUE TU APARECIERAS PARA INTENTAR ARRUINARLO TODO.

Toru: ugh... H-hermano, Y-yo no puedo arreglar nada de lo que he hecho... Soy un desastre, sé que no merezco tu perdón ni el suyo... Pero no hay un día que no me arrepienta de lo que pasó... Y aún así.- comenzó a sollozar.- sigo teniendo miedo de mirarla a los ojos.

Mei: ¡...!

Sho seguía sosteniendo su camisa con rudeza mientras el comenzaba a desmoronarse en medio de lágrimas.

Toru: A-aquella vez... Cuando regresé a la mansión y la vi ahí por primera vez, tan pequeña y frágil, pero tan llena de vida; tan inocente, no pude evitar sentir miedo... Yo aún era un adolescente... ¿Cómo podría cuidar a una niña cuando ni siquiera había terminado de crecer? YO TAMBIÉN ESTABA ASUSTADO... y la única forma de dejar de pensar en esos ojos era seguir bebiendo.

Mei:...- Estaba perpleja escuchando la discusión.

Yuzu: Ven aquí, cariño.- dijo rodeándola con sus brazos al verla tan conmocionada, Mei correspondió al abrazo mientras seguía atenta.- Te sientes bien?- preguntó en voz baja.

Mei: Si, estoy bien.

Toru: Pero entonces, cuando estaba por irme, te vi.- recordó con nostalgia.- Estabas ahí, jugando tan alegre con ella, sonriendo tan feliz mientras ella tomaba tu mano. Fue egoísta, pero sabía que ella estaría bien sin mi. Yo jamás podría ser su padre.

Sho agachó la mirada y poco a poco fue aflojando el agarre en la camisa de su hermano hasta que lo soltó por completo. Su mirada estaba perdida en el suelo, toda su ira de había disipado y ahora solo permanecía en silencio.

Sho:...

Toru: se que soy un Cobarde... Incluso, meses después, cuando regresé a la mansión solo para recibir el ultimátum de papá sobre la herencia, la vi.- Miró a mei.- había crecido un poco, su cabello era corto y sus mejillas eran grandes y rosadas. Y tú estabas ahí, te veías muy graciosos con un montón de juguetes y la pequeña cuchara de papilla en tu mano jugando al avioncito y  haciendo todas esas caras raras mientras reías y ella también... Yo no quería que un hijo acabará con mi juventud... Pero al verte con ella riendo tan felices juntos, pensé que tal vez no era tan malo... Pero ahí ya no había lugar para mí.

Citrus - Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora