56. La última vez.

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Cuando llegué a casa, Nash estaba sentado frente a la puerta de mi casa con su mirada perdida en sus pensamientos.

Me vio y sonrió poniéndose de pie de un salto antes de atacar mis labios y abrazarme con fuerzas. Respondí el gesto y aproveché para refugiarme en sus brazos porque quizás, esa sería la última vez.

Nash había comprado una pizza que de inmediato metió al horno mientras me contaba cómo Merlina lo había abandonado en las comprar para irse con una chica que estaba conociendo. Me sorprendí al enterarme que ella era lesbiana, pero aún más cuando me dijo que en realidad ella era una mujer trans. Yo quedé pensativo con respecto a cómo era aquello de que ella solía ser un varón y ahora era una niña y no sólo eso, sino que también le gustaban las chicas. Nash trató de explicármelo riéndose de mi cara de confusión pero me recomendó que le preguntara a ella porque podía explicarlo mejor.

Servimos la comida y el jugo en completo silencio, cuando estaba por dar el primer mordisco Nash habló.

—Tiziano es el chico del que está enamorado Ian —moví mis ojos a él y bajé mi pizza sin comer de nuevo al plato. Él estaba viéndome fijamente, siguiendo todos mis movimientos. —Llegué antes de lo pensado, Tiziano llegó también y estuvimos charlando un rato.

—Oh... —largué imposibilitado de decir algo más.

—Yo sabía que lo conocía de algún lado... —suspiró bajando su pizza también —pero no me había dado cuenta que era él. Entonces, mientras hablábamos me contó que conocía a Josh y que también conocía a Ian. Me contó que Ian es demasiado tímido pero que no parece un mal hombre... Y tú sabes, Ian es todo menos tímido, a menos que le pase algo —volvió a verme. —Allí recordé las fotos. Yo no te había contado de eso pero cuando pasó lo de Carla, yo busqué en las cosas de Ian las fotos que ella había comentado alguna vez. Pensé, estúpidamente que podía ser yo. Que quizás Ian me había seguido durante algún tiempo y me había observado a escondidas. Pero no era yo. Era otro hombre.

—Tiziano —dije con la garganta apretada. Yo definitivamente no sabía esa parte de la historia.

—Tiziano —repitió asintiendo levemente. Suspiró. —No me había dado cuenta a pesar de que en todas las fotos, bueno, en la mayoría de ellas se veía su rostro con claridad. Sólo me di cuenta cuando él lo mencionó.

—¿Y?

—Yo pensé que sería importante que lo sepas, para evitar confusiones. Quizás en algún momento, si lo de ellos se llegara a dar y ustedes tenían algún tipo de relación, Tiziano lo podía comentar y yo no quería que tú... —bajó la voz y junto con ella la mirada. Tardó unos segundos antes de volver a mirarme, yo sentía que apenas estaba respirando. —Lo que me genera Tiziano estando cerca de ti no tiene nada que ver con Ian. No quiero que pienses que es por él.

—Oh... —bajé la mirada a mi comida y alejé el plato. Ya no tenía hambre. Respiré profundamente varias veces antes de levantar mis ojos a Nash que esperaba expectante. —¿Qué hubiera pasado si eras tú?

Me miró confundido unos segundos antes de negar con su cabeza. No había entendido.

—Si eras tú el de las fotos —aclaré y otra vez su rostro se endureció. —¿Qué hubiera pasado si eras tú y no Tiziano?

—No lo sé. Porque no era yo —dijo con la voz rasposa. Carraspeó y miró su comida antes de arrastras el plato lejos de él.

—Pero si eras... ¿Hubieras considerado volver con él?

—Probablemente —respondió entrecerrando sus ojos para observarme. —Lo de Carla había sido grave, pero estaba dispuesto a perdonarlo si era yo... aunque yo sabía que no era desde el principio —se encogió de hombros. —Pero ya no importa porque

Temporal: Presente FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora