La distancia aclara lo que siento

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Bellota

¡No! ¡detente!– le pedí sin parar de reírme por sus cosquillas.

Intenté empujar su pecho para que parase, se detuvo y me abrazó. Lo miré con un puchero a lo que el rió, sonreímos al estar pasándola bien, pero al recordar lo que estaba por hacer mi sonrisa se borró.

– ¿Sabes que te amo? ¿Mucho?– me besó y me miró a los ojos.

– Butch... tenemos que hablar.– me costó decirlo, no quería que este momento terminara en lo que debía.

– ¿Estás bien? ¿Pasó algo?– se preocupó,  sentándose a mi lado.

– Creo... que deberíamos...– me quedé callada, no sabía de qué forma podía decírselo sin que se alterara.

– ¿Deberíamos... qué? ¿Bello...?– quiso poner su mano sobre la mía pero la aparté.

– Deberíamos tomarnos un tiempo...– lo solté por fin, pero al ver su expresión se formó un nudo en mi garganta.

– Puedes decirme... ¿por qué?– su voz ronca se apagó y frunció el ceño como si se estuviera comprimiendo en no gritar.

– En este momento... mis sentimientos, hacía ti, no son tan claros.– le respondí, era verdad, aunque en serio lo quería.

– Si me dices que tus sentimientos no son claros... ¿por qué quisiste ser mi novia?– se levantó de golpe con los puños apretados.

– Te quiero, Butch. Pero no sé si es como tu me quieres a mí...– miré al suelo.

– Yo te amo. Ahg, ¡maldición!– agarró su camiseta, se la puso rápido  y agarró su celular guardandolo en el bolsillo de su pantalón.

– Butch, espera.– le pedí, me levanté y me acerqué a el, pero retrocedió.

– Te estoy dando tu espacio, no me detengas ahora porque después no voy a hacerlo.– sin despedirse salió de mi habitación y bajó las escaleras.

Lo seguí hasta abajo, pero antes de que pueda volver a detenerlo salió azotando la puerta detrás de el. Me senté al final de las escaleras, pensando en si lo que había hecho estaba bien, sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y mi vista, que seguía en la puerta, se nubló.
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Butch

Ya habían pasado tres semanas desde que Bellota me había pedido tiempo, ¡tres malditas semanas sin poder sacarla de mi cabeza! Sin poder abrazarla o besarla, y eso me mataba por dentro.

– Hermano, tienes que salir, no puedes seguir estando encerrado así.– mi hermano, que estaba parado al lado de mi cama, me habló.

– Ya lo sé, Boomer. Llevas repitiendolo toda la semana, pero sabes que no puedo.– ni siquiera levanté la mirada para verlo, pero sabía que estaba angustiado y preocupado por mí.

– Butch... no terminó contigo, sabes que te quiere, no te deprimas así... por favor.– me pidió sentándose a mi lado y poniendo una mano en mi hombro.

– Te prometo que en un rato lo hago, por ahora... quiero estar solo.– me senté y le sonreí a medias.

– Claro.– aceptó con una sonrisa y salió de mi habitación.

Solté un suspiro y le di un vistazo al fondo de pantalla de mi móvil. Era yo y ella .. ambos juntos; me abrazaba por la espalda dándome un beso en la mejilla, mientras que yo tomaba la foto y sacaba la lengua.
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Bellota

– Ya pasaron 4 semanas...– me di cuenta.

–¡Ya no te aguanto!– me gritó levantándose de golpe del sofá.

– ¿Qué? ¿Por qué?– le pregunté confundida.

– Bellota, le pediste tiempo, ¡¿por qué lo hiciste si a lenguas lo amas también?!

– ¿A qué te refieres...? Yo no...

– ¡No paras de hablar de él! ¡de sus recuerdos juntos! ¡todo te recuerda a él! ¡sonríes al pensar en él! ¡por dios! ¡ya ve a buscarlo y dile lo que sientes!– suspiró y se dejó caer otra vez en el sofá.

– ¿Buscarlo? No estoy segura, Bombon.– me sonrojé y miré al suelo.

– Si no lo buscas, juro que voy a obligarlo a que venga él, y no creo que dude.– frunció el ceño.

– Está bien...– suspiré– das miedo cuando estás enojada.– me reí.

– Ya vete, Bellota.– cerró los ojos.

Rodé los ojos y me levanté del sofá, salí de la casa con rumbo a su casa. Los nervios me consumieron... ya estaba arrepintiendome, pero al darme cuenta ya estaba en la entrada. Mis manos temblaban, acerqué mi mano para tocar la puerta, antes de que pueda hacerlo esta se abrió.

– Volveré luego...– avisó a sus espaldas y volteó a mí – ¡Boomer, creo que en serio me hizo mal estar en mi habitación, estoy viendo a Bellota!– frunció el ceño.

– Soy... yo.– sonreí, su sorpresa se hizo presente y se tensó.

– No es cierto, ¿a qué viniste eh?– dejó la puerta y se adentró a la casa.

– A... hablar.– fue lo que pude pronunciar.

– Adivino, ¿quieres romper conmigo ahora?– intentó sonar amargado pero la angustia se notó.

– Butch.– me dolió, porque sabía que yo lo había lastimado– Esta distancia que tuvimos aclaró lo que siento por ti...– suspiré, si que me costaba expresarme.

– ¿Qué es lo sientes ahora...?– se acercó despacio a mi hasta que su aliento chocó con mis labios.

Miré sus ojos, verdes bosque que me encantaban, su pelo azabache oscuro como la noche y sus labios carnosos que me tentaban a probarlos. Sin dejarme hablar me besó, estábamos desesperados por esto, lo abracé por el cuello y el rodio mi cintura con sus brazos. Lo empujé hasta el sofá sin romper el beso, lo senté conmigo en sus piernas y me separé con nuestras respiraciones agitadas.

– Te amo.– pronuncié para volver a lanzarme a sus labios...

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Volví, me tardó más en subir capítulos porque a veces no tengo inspiración o imaginación, pero aún así intento inventar algo por más corto que sea...

Gracias a los que me apoyan con sus votos y comentarios...💚

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