Capitulo 26

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Este capítulo será corto, porque solo se posará en los sentimientos de Katsuki.

¡Disfrútenlo!

Capítulo 26

Lluvia interior

Miles y miles de personas miraban al centro del estadio, era muy grande. En el centro no se encontraba un juego de fútbol o de fútbol americano, ahí se encontraban dos personas a punto de encontrarse en una batalla. Los dos que eran observados por diez mil personas, eran dos niños, uno de dieciséis años y una chica de quince años. El chico miraba la escena con fastidio, en su primer encuentro pelearía con una mujer. Juzgaba a la chica con la mirada, estaba enojado, perdería mucho tiempo con una chica, sabía que no daría nada. Por otro lado, la chica observaba a su oponente con miedo, pero con un ceño fruncido.

-¿Tú eres la que hace flotar las cosas, Cara Redonda?-le preguntó con fastidio el chico.

-¿Cara Redonda?-preguntó la castaña con sorpresa.

-Ríndete ahora, no quiero perder mi tiempo.-dijo el rubio serio.

La castaña se percató que el rubio decía esas rasposas palabras en serio. No quería perder su tiempo con alguien frágil y tierna como ella, eso le dolió. Hace unos minutos, su mejor amigo le invitó a que escuchara unas de sus estrategias para ayudar a su amiga que ganará la batalla, esta se rehusó, ella quería hacerlo por su cuenta, ella quería sentirse bien ganando por su cuenta, ella quiere ayudar a sus padres por su cuenta. Ahora sentía que todo se le hacía para abajo, su oponente no la reconocía, pero luego pensó. Su oponente era el chico serio y explosivo de su clase que solo pensaba en el y no prestaba atención a ningún diálogo de sus compañeros, así que, ¿que debe doler? Dará todo de si para que su oponente la vea de otra forma, la reconozca como sus amigo lo hace.

Eso pensó de su amigo.

No sabía el porqué, el chico podía leer los pensamientos de su oponente, la conocía, sentía algo, pero ¿por qué sentía esto? Nunca en la vida había hablado con esa niña, nunca le prestó atención, la única que vez que le prestó atención fue cuando estaba junto a su rival, ese pensamiento le molestó, porque no le caía bien su rival. Sin darse cuenta, el chico ya estaba peleando con ella, se dio cuenta que habían pasado unos minutos, pero recordaba cada segundo de la pelea, le daba toda atención a esa chica, él ya sabía que esta chica era fuerte y muy valiente. Se dio cuenta que el público desapareció, todas esas personas ya no estaban a su alrededor, era demasiado extraño. De repente, se percató que la chica caía al suelo, ella había llegado a su límite, pero aún no se rendía por los movimientos que hacía para poderse levantar, el sabía que ella quería levantarse, quería seguir con la batalla, pero ya no era posible. Un vacío se posó en el pecho del rubio.

Todo se volvió oscuro. El rubio se retorció de dolor, de nuevo sentía un dolor muy fuerte en la cintura, miró su cintura y se dio cuenta que la cicatriz que tenía en la esquina de su cintura ahora era una herida y una hemorragia, ese líquido rojo adornaba su cintura, odiaba ese dolor y nunca pensó volverlo a ver de nuevo.

También, nunca pensó escuchar de nuevo ese gritó.-¡Bakugou!-gritó una mujer, algo que le sorprendió al chico y de la nada, el dolor y la hemorragia paró, la herida volvió a ser la cicatriz.-Bakugou.-dijo la chica siendo observaba por sus amigas.

-¿Bakugou? ¿Es en serio, Uraraka?-preguntó una de las chicas con sorpresa.

-Si, la particularidad de Bakugou es muy poderosa, quisiera sentir esa particularidad por mi ser y sentirme fuerte.-dijo la castaña con una sonrisa.

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