Capítulo 2

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—¿Has oído hablar alguna vez de lo que es una Sugar Baby? —Lorena introdujo la idea con delicadeza.

—Nunca —frunció el ceño—. ¿Me lo vas a explicar o voy a tener que buscarlo en la Wikipedia? —insistió al ver que su amiga tardaba en continuar.

—A ver —tomó aire—. Tú ayudas a cambio de que te ayuden —bufó y volvió a explicarlo al ver a Diana confundida—. Digamos que un tío, no tan joven, quiere compañía o un "chochete" del que fardar; y tú necesitas dinero. He ahí la solución.

—¡¿Qué?! —Diana le dirigió una mirada acusatoria — ¿De verdad crees que me voy a hacer algo así? Estoy desesperada, pero no tanto como para meterme a puta.

Rápidamente se levantó del suelo y se alejó de su amiga. No sabía qué se le había pasado por la cabeza a Lorena para que se le ocurriera una idea así.

—No son putas —Diana detuvo sus pasos por un segundo—. No tienen sexo a cambio de dinero. Muchas veces los hombres que se apuntan solo buscan compañía o alguien con quien hablar —se encogió de hombros—. No follas con ellos si no quieres y ellos no te van a dar todo lo que tú pidas. Es como una relación, pero con contrato y sin amor, beneficiosa para los dos.

—¿Cómo sabes tú tanto del tema?

—¿Cómo crees que me estoy pagando la carrera? —respondió con otra pregunta— Mis padres antes de gastar dinero en esto, prefieren gastárselo en otras cosas.

Diana estaba sorprendida, no sabía qué hacer ni qué decir. Estaba siendo una mañana bastante activa, demasiado para ella. Suspiró y volvió a tomar asiento en el sofá, esta vez frente a su amiga.

—¿Y no había otro tipo de opción? ¿Como buscar un trabajo normal y corriente?

—Lo dices como si fuera muy fácil. ¿Te crees que con un trabajo normal habría conseguido dinero tan rápido? —Diana no sabía qué decir— Además, soy española. Entre el paro y que, en cuanto ven que soy de Setenil de las Bodegas (1), les falta tiempo para tirar mi currículum a la basura.

—¿Y por qué no estudiar en España? Joder. Tiene que haber más opciones, te lo digo en serio.

—Porque yo ya les dije a mis padres que todo estaba bien, que me encantaba la universidad, que me encantaba el país. Y que convaliden todas las asignaturas de una universidad a otra es jodidísimo. Si ya es difícil entre las universidades de España, imagínate de un país a otro —murmuró—. He empezado aquí, y voy a acabar la carrera aquí. ¿Y qué coño? Voy a trabajar aquí —dijo con decisión.

Lorena agachó la mirada y la volvió a su amiga, quien jugaba con sus dedos nerviosa.

—No es tan malo como crees —susurró, obteniendo la atención de su mejor amiga—. No es el comienzo en el mundo laboral que te esperas, y no cotizas, pero al menos ganas algo y los tíos son soportables. Hay algún que otro capullo, pero la mayoría son empresarios que solo buscan ayudar a alguien que lo necesita —se encogió de hombros—. A mí nunca me han tratado mal y pienso que me han dado mucho a cambio de muy poco.

Diana miraba a su amiga con atención, no era mucho de mentir y nunca la había metido en un lío grave. Sabía que había estado haciendo algún que otro trapicheo para poder permitirse toda la ropa, la carrera y el alquiler, pero siempre pensó que estaba involucrada en algo de drogas, no que era acompañante de viejos.

—Yo te apunto la página. Es como una página de citas, funciona exactamente igual; por mucho que a ellos les gustes, si a ti no te llaman la atención, no estás obligada a juntarte con ellos —sacó un pañuelo de su bolso y cogió un bolígrafo que había sobre la mesa—. Tú piénsatelo.

Acto seguido, salió del piso, dejando a Diana sola, alternando la mirada entre el montón de folios -entre ellos el aviso de los dos meses de retraso en el alquiler- y el pequeño pañuelo.

✸ ✸ ✸

Mientras tanto, Chris Evans estaba sentado en el gran sillón de su despacho, con la mirada perdida en la pared que había justo frente a él. Se sentía solo a pesar de tenerlo todo. Su ex novia le había hecho quedar en ridículo tras prácticamente lanzarle el anillo de compromiso en las narices y marcharse como si con ella no fuera el asunto.

Se rascaba la nuca mientras intentaba dar con una solución para el desastre en el que se había convertido su vida, a los treinta y siete años. Tenía que atender una cena con varios de sus socios y no tenía acompañante, no era algo que a él le importara, pero casi todos conocían sus planes de boda con Kristen. Y aparecer en la cena, admitiendo que le había abandonado por otro, era lo más penoso que había oído y no era algo que le fuera a dar una imagen muy positiva; quedaría aún peor frente a Kristen. Quizás si iba con alguien, con el boca a oreja que había entre las mujeres de sus socios, aquella noticia podría llegar hasta los oídos de su ex novia. Quizás podía funcionar y así conseguir que volviera...

Encendió la pantalla y fijó la mirada en aquella página que solía usar antes de estar con Kristen. Se rascó la barbilla, meditando si llevar a una de esas chicas podría ser la solución.

Chicas en bikini, en lugares exóticos, en yates, en aviones privados, perfectamente maquilladas y peinadas, con sonrisas encantadoras y una imagen más que seductora. Pero, eso sí, tiesas como un palo y rígidas.

No le agradaba ninguna, todas parecían demasiado perfectas para ser chicas normales. Siguió bajando hasta que encontró un perfil que le llamó la atención. La foto era de una chica normal, que parecía haberse sacado la foto en aquel mismo instante. Lo abrió y al leer la información que había sobre ella, supo que era la más indicada.

1- Municipio de la provincia de Cádiz, Andalucía, en España; con unos 2700 habitantes apróx.

¿Será el perfil de Diana? 

SD | CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora