famous luv; kth

04

– ¡Chicas, a cenar!– escuché gritar a la abuela su enunciado de las ocho de la noche.

– Enseguida vamos– le devolví el tono.

Ambas estábamos explorando las redes sociales mediante el móvil de Gisella porque había olvidado cargar el mío antes del viaje.

– No me digas que vas a llevar el móvil– la miré.

– Me conoces.

Llegamos al comedor y lo primero que visualicé fue la gran mesa de madera acompañada de cuatro platos y cubiertos correspondientes.
Por ser la primera noche papá se fue un poco lejos para conseguir carne y, con las verduras de la abuela, hicieron ambos unas deliciosas hamburguesas.

– Gisella, dejá el teléfono. Estamos en la mesa.

– Sí, espera que est...– estaba leyendo y por lo visto algo del celular la sorprendió.

– ¿Qué? ¿Qué pasa?– inquirí acercándome donde ella para ver qué fue lo que vio.

Información : Bighit, empresa de Bangtan Sonyeondan, anunció la fecha de un fansing el día 12 de octubre en la cuidad de Seúl. Ya quedan pocas entradas.

Dios, quedé igual que mi hermana, con la boca y ojos abiertos por completo.

– Pá...– formulé– ¿Podemos ir a Seúl?

– ¿Qué?– se ríe– ¿Acaso enloquecieron? Quiero saber por qué quieren ir allá. En verdad queda demasiado lejos.

– Mira– Gisella le extendió el celular y papá se puso a leer.

– ¿Es en serio? ¿Sólo por su tal grupito quieren ir?

– Pues sí– le quité el celular– Es en tres días. Por favoooor– hice un leve puchero.

– No sean maleducadas, chicas. Vinimos a la casa de la abuela para pasar tiempo con ella y ustedes ya quieren irse.

– No– intervino la viuda– Déjalas que vayan. Últimamente está retumbando mucho el nombre de esa banda y supongo que ellas son unas de esas fanáticas. Además con lo que es Mar no tendrían problema.

Mi papá no respondió, de hecho siguió comiendo como si nada.

– Mmm, ¿pá?– me atreví a hablar.

– Silencio. Estoy pensando.

Nos quedamos todos callados durante unos incómodos cinco minutos hasta que papá habló nuevamente.

– Bien, irán– gritamos ambas abranzándolo– Pero con una condición.

Ambas nos separamos.

– ¿Cuál es?– pregunté curiosa.

– Irán solas.

– ¿Qué? Pá, apenas cumplí dieciocho años y quieres que viaje hasta Seúl yo sola?

– No seas dramática. No es como si te pidiera que salgas del país sola– no reprochamos– Se irán por una semana para conocer el lugar de paso. Pero ya pasados los siete días las quiero en Daegu, ¿entendieron?– ambas asentimos.

– Caso cerrado– intervino la abuela parándose de la mesa– Ahora a dormir las dos que ya es tarde.