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¿Desde cuándo soy tan abierta con personas nuevas? Siempre soy de las personas que esperan a que la otra persona dé el primer paso debido a mi exagerada timidez, claro, hasta ahora.

Ahora que estaba hablando con Yon me doy cuenta que no todas las personas son como realmente aparentan. A pesar de haberlo escuchado miles de veces por películas, se me hacía extraño que eso pasara.
Ella me hablaba sobre su vida, porque anteriormente yo hice lo mismo. Me decía todo sobre su familia; no tiene una buena relación con sus padres por el hecho de que una vez le gustó una chica y ellos se enteraron.
La abuela, a pesar de la edad, fue la única que la apoyó en ese entonces. Dice que no hay mejor consejera que ella. Claro, ¿quién mejor que alguien que pasó más tiempo de vida?

– ¿Qué les gustaría?– quiere saber el camarero, trayéndome de vuelta a la realidad.

– La más rica que usted considere en el menú– pide Yon sentándose sobre la banqueta de cuero, como si siempre hubiera vivido aquí.

La sigo prestamente, sin saber bien qué postura adoptar. Mis gestos le arrancan una sonrisa al camarero. Le pasa el pedido al cocinero, luego se ocupa de nuestras bebidas.

– Me habías dicho que le tenías miedo a las agujas– le recuerdo a Yon.

– Efectivamente, las odio.

– ¿Tienes alguna otra fobia?– interrogué en busca de más tema de conversación.

– La soledad. Tengo un miedo terrible de estar sola.

– Bueno, todo el mundo se ve obligado a estar solo de vez en cuando– respondo yo, pensativa.

– A mi parecer, hay dos tipos de soledad. El primero se da cotidianamente, cuando te das una ducha, o bien cuando conduces tu auto sin acompañante. Es una soledad necesaria. Te deja liberar la mente y prepararte para lo que se viene. Es, si nos ponemos a comparar, una transición entre lo que acaba de hacerse y lo que se acaba de hacer.

Yo me limito a asentir sin dejar de obsevarla.

– Luego, está la verdadera soledad. Sólo la pasé una vez. Estaba sola, pero podría haber estado rodeada de decenas de personas, que hubiera sido lo mismo. Por mucho que hables, nadie te oirá. Por increíble que sea lo que logres, sabes que nadie lo verá. Por mucho que llores, sabes que nadie te consolará. Por mucho que te caigas, sabes que nadie te levantará. Te miran, pero no te ven a ti, ven todo lo que hay a tu alrededor. Estás vacío. Estás solo. En cierta forma, tu impotencia te enfurece. Es como que querrías inyectarte drogas hasta que te encontrasen medio muerto en la calle. Querrías quemar edificios enteros. ¡Querrías matar a alguien solo para te arrestase la policía y tu madre por fin te mirara! Tienes rabia de vivir. Odias tanto esta falta de reconocimiento que estarías dispuesto a morir para que alguien reaccionara. Es la forma más terrible de soledad...

– Tetera caliente con espinacas crocantes– la interrumpe el camarero.

Yon acepta el plato, con un notable nudo en la garganta. Yo miro fijamente el suelo, sin saber cómo reaccionar.

Nunca conocí esta faceta de Yon. Que, a parte de saber hablar y expresarse muy bien, tiene ese tipo de pensamientos. En verdad se aplica en ella el dicho que dije antes de que nadie es lo que aparenta.
Es una persona que habla demasiado y tan detalladamente como si estuviese todo sacado de internet. Esto sin que se dé cuenta. Vaya que sí es muy intelectual.

Cuando la veo que está por agarrar las espinacas, ya supe qué decir.

– Yo te veo, Yon. Tú existes.

Ella gira hacia mí, sorprendida por mi declaración.

– Existes y eres una persona fascinante– agrego.

Ante todo eso, ella sonríe y bebe de su té. Luego de dejar su taza de nuevo en la mesa, la veo aclarar su garganta y me mira.

– Dejemos de hablar de mí y hablemos de ti, ¿qué haz hecho ayer?

– Bueno...

Flashback

– Eres atento– suelto de repente.

– Sólo con los que valen la pena.

Me puse roja ante su comentario y al parecer él lo notó, y con eso no hace nada más que reírse.

– Vamos, te llevo a tu casa en auto.

– No, es peligroso para ti.

– No me importaría.

– Da lo mismo, no me quiero arriesgar.

– Está bien.

Como despedida lo abrazo. Él no lo correspondió, se quedó inmóvil, –claro, es "un acto muy repentino" para alguien 100% coreano y que además tiene novia– pero luego me despidió agitando la mano.

– Cuídate.

Actualidad

– Digamos que salí con alguien que me atrae.

– ¿Sólo eso me vas a decir? ¿Qué hubo? ¿Un beso o algo así?

– ¡No! Es de las pocas veces que salimos de esa manera.

Ella me mira y espera a tragar el gran bollo de comida en espinacas que había en sus inflados cachetes.

– ¿Y entonces?

– No lo sé. Me sentí especial, ¿sabes?

– Hay diferentes tipos de atracciones dependiendo de cuánto lata tu corazón por él, o ella. Aunque es fácil distinguirlo si es que pones nerviosa estando cerca o un simple roce entre ustedes.
Por ejemplo, la atracción física es la más normal de todas, sólo te gusta por el físico de la persona, tanto así que te ciegas de las otras cualidades. La atracción pasajera, que es algo que la llevamos en la sangre todos. Aunque estés o no en pareja, aún así puedes sentirte atraído por alguien. Y esta persona puede ser que sea novedosa y excitante, pero no significa que si estás en pareja, renuncies a ella y lanzarte a él. O si estás soltero, hacer todo para estar con ella, sería algo estúpido.
La atracción romántica, que la mayoría de las personas les cuesta admitir de tener o que simplemente no saben de ello. Esto significa que quieres algo más que amical con esa persona. Si deseas besarlo, agarrarlo de la mano y demás, lo más probable es que la tengas.

Iba a decir algo para ello, pero ella me interrumpe.

– Me había olvidado de la atracción por admiración, aunque no creo que estemos hablando de un famoso.

Yo carraspeo frenéticamente mi cabeza al escucharla decir eso. Qué maravillosa actriz soy.

– Esta se da cuando idolatras una persona y lo que sientas es tan poderoso que se puede confundir con sentimientos románticos porque son muy intensos.

Y dejé de prestarle atención al escuchar lo último. <Puede confundirse con algo más porque son intensos los sentimientos>
Quizás sólo sea eso, y yo me hago otra idea en la cabeza que no quiero llegar. Simplemente debo ignorarlo. Total él es mi ídolo y amigo, y no quiero que eso se eche a perder.

famous luv; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora