famous luv; kth

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Me quedé shockeada en el lugar mirando con los ojos de plato al guardia que buscaba que lo siguiéramos. Gisella al notarlo pasó una mano por mi cara para sacarme de ese pequeño trance.

– ¿Y bien?– al parecer el guardia era de poca paciencia.

– Ehh– volteo a ver a Gisella– ¿Puedo ir con mi hermana?

El guardia dejó de mirarme para mirarla a ella. La analizó de arriba a abajo y luego volvió a mirarme.

– No se parecen en nada.

– ¿Se puede o no?– mi tono ya era uno de irritada y mi cara por el calor no ayudaba de mucho a aliviarme.

– Claro, claro. Vamos– comenzó a caminar y le seguimos el paso.

Dimos paso hacia el lugar de la larga fila donde las fanáticas se encontraban y pasamos al frente de la larga mesa para ir a uno de los costados del lugar.
Estos guiaban hacia un largo y amplio pasillo decorada de bonitas lámparas iluminadas con luces cálidas, dándole al lugar un buen ambiente.
Pero, claro, como hacía calor, eso en vez de agradarme me ponía peor.

El final del pasillo llevaba a dos puertas, uno tenía una estrella y la otra decía "entrada únicamente para el personal autorizado".

El guardia tocó dos veces la puerta de los camerinos. Por mi parte y la de Gisella estábamos como si el corazón se nos saliese de nuestro pecho, chocaba constantemente contra éste.

La puerta fue abierta por uno del staff, éste se mantenía serio y evitaba nuestras miradas.

Y allá se encontraban los chicos, frente a los enormes espejos y sentados tomando agua.

No me resistí un segundo más y caí rendida en el suelo en rodillas
Sí, definitivamente estaba llorando.

Gisella, por otro lado, también estaba a punto de romperse en llanto, pero trató de verse fuerte y me ayudo a pararme.

Al secar mis lágrimas y ver con más claridad, los siete chicos estaban al frente de mí.

Mierda, mierda.

– No llores, por favor– susurró Namjoon entregándome amablemente un pañuelo.

– N-no lo puedo creer. Están parados al frente nuestro.

– Sí. A no ser que seamos falsos– añadió J-hope, quien quería hacerme reír de seguro.

Nos invitaron a sentarnos y hablamos con ellos sobre mí y ellos. No sé cómo seguía viva, la verdad.
El staff informó que pronto vendría el transporte para llevarlos a casa. Eso significaba que nuestros pocos minutos de felicidad ya acabarían acá.

– Bueno, entonces nosotras debemos...– antes de decir algo, Jimin me interrumpió.

– Hey... podemos estar al contacto.

Mis ídolos siendo también mis fans... Eso no me lo esperaba, para nada.