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Un largo rato pasó en la que hablamos en esa cafetería, pero vi en las horas que pasaban que ya debía irme a casa.
Mi finalidad era marcharme mediante un transporte público ya que ni tenía dinero para un taxi esta vez, pero Taehyung tuvo otros planes, y a eso me refería a que iría con él en su vehículo. Al principio pensaba en la posibilidad de cuánta gente lo vería si se atrevía a ir así sin más hacia mi casa, pero él siempre insistía como la vez anterior. Esta oportunidad sí se la dejé porque a estas horas no rondaba tanta gente por el barrio en el que vivo, y estamos hablando en eso después de las seis de la tarde.

El aire era el mismo de siempre; él manejando y yo inhalando el rico perfume que traía el interior, mirando hacia mis costados. En ocasiones volteaba a ver manejar a Tae ya que me traía curiosa el hecho de conducir.

– Oye, Mar– yo le presto atención– he puesto a pensar las veces que venías con nosotros, y te pregunto, ¿tú siempre te vienes en taxis y buses?

¿A qué quería llegar con eso?

– Sí, siempre he hecho eso desde que me mudé aquí. ¿Por qué?

Él mantenía su vista en el volante, no la despejaba.

– ¿No se te ocurrió la idea de comprarte un auto y manejar para dejar de gastar dinero diariamente?

Todos los días me lo replanteo.

– Créeme que sí, pero te cuento algo; tengo miedo de manejar.

– ¿Por qué lo dices?

– No es algo con lo que tenga un trauma o cosas así, es más por miedo a chocarme a alguien. De hecho, yo ya sé manejar.

– Por esa razón deberías probarlo.

En ese momento, Tae frenó ya que había un semáforo en rojo delante nuestro. Él me miraba, yo a él. Pensaba en las cosas que podría llegar a hacer si me pongo a conducir y dejar de esperar o llamar taxis.
Lo veo doblar la esquina que me dice que ya era hora de prepararme para bajar, faltarían menos de dos minutos en llegar. Estacionó casi al frente de mi casa. Yo bajé del auto y lo rodeo, veo que la puerta de la casa de Yon está cerrada y el interior oscuro, no creo que venga hoy.
Giro a mis espaldas y tengo la mirada de Tae en mí.

– Linda casa.

– ¿No quieres verla?

Él no respondió, simplemente me miró con una sonrisa bajándonse del auto y asegurando las puertas. Literalmente lo hice correr hasta la puerta por miedo a que lo vean. A él, por otro lado, no parecía importarle tanto como a mí.
Se sacó los zapatos que tenía para después ponerse unas pantuflas que tenía para los invitados.

– Linda casa– repite, esta vez alargando las vocales con asombro una vez adentro.

– Ven, siéntate– lo invito a sentarse en el sofá mientras encendía la tele. Pero él, con toda la confianza, se acuesta.

– ¿Y si jugamos a algo? ¿Tienes juegos?

– Tengo la play 3. Juego la mayoría del tiempo con él. No veo necesario tener el 4.

– ¿Y qué juegos tienes?– se sienta en el sofá nuevamente.

Yo agarro debajo de mi mesa todos los juegos que había comprado.

– GTA5, Resident Evil 5, Dragon Ball Xenoverse, Mortal Kombat, Assassin's Creed IV, Call of Duty, God of War...

– Wow, wow, wow... No creí que una persona como tú tendría ese tipo de juegos.

– No me subestimes– agarré un mando– Sé jugarlos muy bien.

– Juguemos uno que sea en equipos, así jugamos juntos.

Miedo. Me tiene miedo claramente.

– Como quieras.

Puse uno que no creía que él conociera, pero al ver cómo manejaba el mando y la precisión con el que lo hacía, podría decir que es mejor que yo, que llevo jugando este juego desde hace dos años.
Me retracto, Taehyung ya lleva muriendo ocho veces.

– Dale. ¡Falta poco! ¡Dispárale en la cabeza! ¡Sí, Tae, lo has conseguido! ¡Ganamos!

No creí que iba a hacerlo, pero lo abracé al ver que ganamos el primer lugar. Mi respiración estaba muy agitada por la adrenalina que se siente al jugar este tipo de juegos.

Lo escucho reíse.

– ¿Qué es tan gracioso?– alzo mi vista hacia él– Yo debería reírme de ti por cómo jugaste.

– Siento tus latidos en mi pecho– lanza otra risilla– Están acelerados.

famous luv; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora