Taehyung
El tour llegó a su fin, así como también el vuelo en el que estábamos.
Caminábamos por el aeropuerto con las cientas de cámaras con flash y los fans detrás de ellas. Nosotros saludábamos con nuestra mejor cara.Después de todo el viaje, pude llegar a casa. Vi a mis padres viendo televisión mientras comían arroz con pescado.
– ¿Cómo la pasaste?– pregunta mi papá. Escucho ladridos provenientes del fondo acercarse cada vez más y logro ver a Yeontan correr hacia mí. Lo recibo entre mis brazos– Pudimos verte.
– Fue increíble. Latinoamérica es de otro nivel– digo recordando las palabras de Yoongi hyung, sentándome en una de las sillas de la sala.
– Estás congelado, ¿no quieres que te haga algo, hijo?– mi mamá me tocaba mi helada frente.
– No, gracias, mamá. Voy a ir a una cafetería. Lo necesito.
– Con cuidado– agrega mi papá y yo asiento para irme a mi habitación a cambiarme. Sería algo obvio salir con la misma ropa que la del aeropuerto.
Voy a la sala de nuevo y me preparo para irme, no sin antes abrazar a mis padres.Salgo de casa y me refugio en un rincón menos concurrido de la ciudad. El viento sopla fuerte, así que me apresuro a entrar en la primera cafetería que encuentro. Un olor a granos de café molidos y a galletas me invita a quedarme todo el tiempo posible. Pido un chocolate caliente y un sándwich de jamón. Y, como se me ocurrió, le envío un mensaje a Yerin para proponerle que nos encontremos cuando termine su trabajo. Sería lindo ser una de las primeras personas en ver después del viaje.
Ni siquiera llego a dejar el celular sobre la mesa y ya recibo su respuesta. Sorprendido de que no esté ocupada, consulto mi reloj por primera vez desde que bajé del avión: 18:13. No estaba seguro de hace cuánto llegué a casa, pero podría decirse que hace unos veintiséis minutos. Después de esto, tenemos que ponernos al día y empezar a trabajar para el próximo álbum. Sé que sería mejor que este. Nos superaremos con nuestras propias letras y coreografías.
Leo el mensaje que me envió Yerin. Estará aquí alrededor de las 18:30. Mientras la espero, decido comer mi sándwich leyendo las noticias del diario que estaba en las mesas del local. No es mi costumbre, pero no tengo otra cosa que hacer. Agotado a la tercera página, saco nuevamente mi celular. En el mapa, identifico una tienda de joyas situada a 20 metros de la cafetería. Le aviso a la camarera que salgo 10 minutos y ella acepta no levantar mi mesa.Camino rápido. El viento me azota la cara. El frío filtra por mi cuello. Para reducir esta molestia, me envuelvo en mi bufanda y abotono mi impermeable hasta arriba de todo. En las calles no hay nadie más que unas dos personas al otro lado de la vereda.
En la tienda, sé qué buscar. Lo descubro en unos segundos y lo compro enseguida. El vendedor me pide el doble de lo que vale, pero no me quejo. Tengo cosas mejores que hacer.Volver es más fácil, porque tengo el viento a mis espaldas. Cuando entro a la cafetería, de nuevo, estoy cubierto de copos de nieve. Para secarme más rápido, me veo obligado a sacudir mi pelo y mi ropa antes de sentarme a la mesa. Sin querer, lleno a los pocos vecinos de nieve fresca. Ellos no parecen darse cuenta, lo que me tranquiliza.
Apenas tengo tiempo de sacarme el abrigo y Yerin está delante de mí, con las manos en los bolsillos de su abrigo.
– No me viste llegar– se lamenta.
– Los ángeles son muy sigilosos.
Ella se ríe. La estrecho en mis brazos. Nuestra ropa está terriblemente mojada, pero no es grave. Ya me siento mejor. Cuando nos sentamos, pongo una bolsa de plástico ante ella.
– ¿Qué es?
– Ábrelo.
Mirando fijamente la bolsa con admiración, obedece y saca un collar plateado con un corazón grabado en ella.
– Sé que vives con miles de collares, pero es el tipo de accesorio clásico que le falta a tu cuello.
Ella me mira un instante, con la cabeza inclinada hacia un lado. No sabría decir por qué, pero no hay nada más hermoso que admirarla.
Me besa en la frente y se va a pedir un café moca.
En mi interior, me permito una pequeña sonrisa, aunque intento contener mis emociones. Mientras espero que vuelva, hojeo el diario con aire desenvuelto, con mi chocolate caliente en la mano.Gente muere, gente nace, nada particularmente sorprendente.
De repente, miro la foto en la parte superior de la página 14.
Mi taza se rompe en mil pedazos.

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famous luv; kth
FanfictionMar, una chica de casi 19 años, atraviesa el mundo de la fama mediante sus videos en YouTube. La chica, que es Army, consigue ir a un fanmeeting de sus idols con su hermana. Lo que ella no esperaba era que su ídolo la reconociese. - begin: 04/02/20 ...