Cap. 5: Polos opuestos

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Cap. 5: Polos opuestos

(*) No te acerques más, no, no te alejes de mí

Soy como la porcelana

— ¿Buenas personas, dices? Ellos no tienen nada de buenas personas, por supuesto que no, se aprovecharon de que dos de mis amigos estaban completamente ebrios para arrebatar las llaves de su camioneta y apuñalaron a mi hermano. ¿Crees que eso es de buenas personas? Yo te diré que no, voy a denunciarlos porque hoy sólo fue un accidente, pero en otra ocasión pueden lastimar a alguien más y créeme, si me llego a enterar no terminaré de perdonármelo jamás.

— Te lo juro, te lo juro que no lo volverán a hacer. — Mu no dejaba de rogar para que en cuanto ese chico saliera del tiradero no fuese a denunciarlos por intento de robo y daño a terceros... o algo así, estaba tan aterrado que no notaba que en gran parte la excitación de Saga se debía a que Dita no dejaba de apuntarle con su arma recién adquirida.

— Por eso te he dicho siempre que no podemos invitar a nadie aquí. — Shaka, por el contrario, se encontraba con los brazos cruzados, evitando que el "invitado" de Mu pudiera salir de casa, aunque no era realmente necesario, no cuando alguien ya estaba apuntándole con un arma para evitarlo.

— ¡Es que yo no lo invité! — Se quejó Mu, la férula le estaba causando comenzó y la situación le alteraba, porque sentía que de todo aquello nada iba bien... desde hacía días que las cosas empeoraban para ellos. Lágrimas de desesperación resbalaban ya por sus mejillas y se atrevió a acercarse a Saga para rogarle por milésima vez que no los delatara con nadie. — Tú viniste por voluntad propia.

— Vine porque quería protegerte, te veías muy solo... — Mu podía llorar todo lo que quisiera, pero él se consideraba una persona justa y recta, por eso cuando el chiquillo casi se le colgó del brazo para detenerlo, no dudó en apartarlo de una forma casi brusca. — ...pero ¡bah! De qué necesita sentirse protegido un delincuente como tú.

Camus siempre le había enseñado que defenderse unos a otros era su manera de sobrevivir...

Afrodita era capaz de hacer la mayor de las locuras para salir de aprietos.

Shaka por el contrario era la cordura andante en aquel grupo de loquitos.

El papel de Mu, era diferente... era como un corderito en aprietos que siempre les sacaba una sonrisa, fue quién les animó a salir de casa y vivir de una forma más libre, les había dado tranquilidad, paz y mucho amor, más amor del que alguna vez pudieron haber recibido en sus familias...

...por eso, cuando el corderito cayó al suelo y un quejido salió sonora de sus labios al haber apachurrado su brazo recién atendido, Shaka no dudó en encarar al "invitado"; le empujó tan fuerte que provocó irá en Saga, y eso era planeado, ese grupo de chicos jamás actuaban en solitario, para nada, eran un grupo y como grupo, Afrodita aprovechó la oportunidad para ...

Cuando estás conmigo, todo, todo lo que sé es

Un millón de formas de cómo herirte

— ¡No! — Gritó Mu en el suelo, pero no había podido evitar que su amigo diera un golpe certero en la nuca de Saga, quien cayó inconsciente. — Lo has matado.

.*.

Con los cuidados necesarios y su ojo inhabilitado, le era permitido a Camus pasar algunos ratos en el jardín del hospital.

Para ese momento ya había entendido en primer lugar, que los gastos del hospital habían estado siendo cubiertos y en segunda, que sus amigos se la habían arreglado para realizar el papeleo sin haber tenido que contactar a su padre y... eso le aliviaba de alguna forma, aunque no dejaba de tener aquel "mal presentimiento", como cuando se supone que algo va mal y las pruebas apoyan horribles conclusiones.

Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora