Cap. 11: Nadie tiene que saber.

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Cap. 11: Nadie tiene que saber.

(*) Recuerdo cuando perdí la cabeza

Había algo tan agradable en ese lugar

De regreso a casa del escorpión, Kanon había intentado hablar varias veces sobre lo sucedido, pero Milo estaba tan anonadado por todo que le había pedido hablar después y tras llegar a casa se había quitado el casco para devolvérselo a su amigo y sin más, se había despedido.

¿Pero cómo podía está él tan tranquilo con todo lo ocurrido?

Ya se imaginaba en casa dando vueltas a las cosas y sumado a las terribles manías que empezaba a tener desde que estaba solo.

Miró su reloj de reojo, eran las 7:01, sacó su móvil enseguida y marcó a DM, sin su hermano en casa, él era la segunda persona en al que podía confiar para recibir un consejo, sabía que fuese lo que fuese obtendría una respuesta sincera..., además estaba el hecho de que habían obtenido sus llaves.

— ¿Crees que puedas venir a mi casa? — Preguntó a su amigo y escuchó del otro lado de la línea un suspiro que antecedía a una negación. — O si quieres puedo ir a verte yo, necesito hablar de algo muy raro... ¿Recuerdas esos amigos de Milos? Los que conocen a Saga.

— ¿Le estás dando vueltas otra vez a eso? — Preguntó DM, terminaba los bocadillos de la mesa, los cuales seguramente habían sobrado de la reunión de "señora" que hacía su madre todos los días viernes.

— Es algo diferente, hoy acompañé a Milo a su casa, en serio, necesito platicar contigo, dile a tu madre que te vendrás a quedar a mi casa.

— No está, estoy solo.

— ¡Perfecto, llegaré en nada!

— ¡Oye! — DM se hacía el difícil pero lo cierto es que sabía que Kanon era un mar de pensamientos, a veces le marcaba de madrugada sólo para contarle teorías que pudiesen explicar la desaparición de Saga y aunque él tampoco creía que su amigo se hubiese ido de la nada, no tenía pruebas para pensar lo contrario... además la llamada no había sido un invento de la imaginación de su amigo, Milo estaba de testigo y el mensaje del gemelo mayor había sido claro "regresaría cuando se le diera su puta gana" y ante aquello ¿Cómo podía reconfortar a su amigo?

Sus padres habían aconsejado dejarle hacer compañía y acompañarlo en sus locuras, aunque para eso estaba mucho mejor puesto Milo, él había sido más bien del tipo que daba segunda a la hora de solucionar..., aunque era cierto que se habían acostumbrado mucho a depender de Saga, incluso ellos siendo amigos, le habían comprado bien el papel de hermano mayor y ahora estaban como barco sin ancla.

Incluso tus emociones tenían un eco

En tanto espacio

— Cuando regreses te partiré la cara por darnos estos problemas. — Murmuró echándose de nuevo en el sofá, hasta que Kanon llegase.

.*.

Mu ingresó a la habitación en la que estaba Saga y le miró completamente pirado, los ojos los mantenía abiertos y la mirada elevada. Era imposible acostumbrarse a aquella imagen y a pesar de eso terminó sentándose a su lado, por cualquier problema que quisiera ocasionar, sólo bastaba con tomar una de las jeringas formadas en el suelo y lo siguiente era inyectarle sin dudar, por lo menos hasta que se fuesen sus amigos le necesitaban callado, ya después con Milo verían como solucionar las cosas.

No estaba del todo de acuerdo con el plan de Dita, mentirle a Camus era lo último que quería, pero tenían miedo de ser juzgados por su amigo.

— Como nos has complicado todo, nosotros sólo queríamos que Camus saliera para regresar a la normalidad... y vas tú y nos hechas todo a perder — Sabía muy bien que en verdad Saga no tenía la culpa de nada, pero decir aquellas palabras eran como un bálsamo para tantas heridas hechas en los últimos días, el corderito sentía que la cabeza iba a reventarle en ocasiones y otras terminaba por tomar una máscara optimista pensando que las cosas tarde o temprano tendrían que mejorar para ellos...

Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora