Cap. 8: Quédate
(*) Nací con el signo equivocado,
en la casa equivocada,
con la ascendencia equivocada
Mu caminó a prisa con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones, presionaba en una de sus manos su identificación, caminaba concentrado por el pasillo del hospital que daba a la calle, su mente estaba cubierta por una nebulosa gris que no le dejaba explicar cómo era que Camus, el más reservado de todos, había hecho migas con un desconocido de la noche a la mañana.
— Ey, cuidado! — Para cuando el corderito logró darse cuenta de que estaba nada de chocar con otra persona, ya era demasiado tarde, en un intento por evitar el choque hizo su cuerpo hacia atrás y terminó por perder el equilibrio y de no haber sido porque el sujeto con el que había chocado terminó por tomarle del hombro, su cuerpo habría caído seguro en el suelo, con riesgo a tener algún daño nuevamente, en su brazo.
— Ah... me dolió. — Se quejó del agarre, aunque poco había durado su queja, al levantar la mirada y observar el rostro serio de aquel sujeto, su cuerpo quedó congelado...— Saga... ¿Cómo? — Negó, con la cabeza, aterrado y a sus palabras el rostro de su rehén se descompuso completamente. — ¿Y Dita? ¿Y Shaka? ¿Qué les hiciste?
— ¿Conoces a Saga? ¿Sabes en dónde está?
— ¿Qué dices? — Preguntó dando algunos pasos hacia atrás, estaba listo para correr y huir sin entender nada.
— Necesito que me digas de donde conoces a mi hermano. ¿Le has visto? Dime o te llevaré a la policía.
— ¡No... suéltame! ¡Déjame! ¡Ayuda, ayuda! — De todas las formas el corderito intentó soltarse el agarre y pidió ayuda esperando una multitud que le ayudase, pero la ayuda nunca llegó. — Me estás lastimando., déjame antes de que el que llame a un policía sea yo.
— Dijiste el nombre de mi hermano, tú debes de saber en dónde está...
— Yo... conozca a Saga, pero no de mucho, y no sé de qué hablas, así que suéltame.
— ¿En dónde está?
— ¿Por qué tendría que saberlo? Te digo que me dejes...
— Ahora vamos a ver si no sabes en dónde está mi hermano...— Mu sintió esta vez el agarre en su nuca y vio aquel sujeto sacar su móvil y hablar, maldijo muchas veces mientras le arrastraba hacia un callejón vacío y Mu temió, incluso pensó que estaba fingiendo algo para terminar de matarle en aquel sitio, pensó que sí se trataba de Saga y que había escapado y aún estaba drogado.
— Suéltame por favor. — Suplicó.
— Aquí te espero, no voy a dejarlo ir hasta que me diga en donde mierda está mi hermano..., ven o no sé de qué sea capaz si esta mierda no habla... —
.*.
Sin Dita en casa y tras una conversación de horas, Saga y Shaka habían logrado un gramo de entendimiento, ambos estaban a la defensiva, pero ninguno atacó en todo el tiempo que hablaron.
Saga ni había notado que no sólo bebía jugo y con forme el tiempo iba pasando, se le iba la lengua con detalles, de ahí que el rubio hubiese sabido más del hermano gemelo y la clave del móvil del rehén y aunque sabía que no era lo adecuado encenderlo ahí, no tuvo opción, tenía que enviar el mensaje Saga para que no les ocasionara más problemas y sacarlo de aquel lugar para que enviara el mensaje, era un riesgo que no quería correr.
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Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYA
FanfictionSi decides ser bueno, relativamente bueno, lo tienes todo: Un hogar, un perro, un comedor, sala de sillones claros, un refrigerador vacío, una mesa con cubiertos del desayuno, una habitación con olor a tabaco, aromatizante en exceso. Una TV Inmensa ...