Cap. 19: Sobre tus hombros - parte I
(*) Ve más despacio, pequeño loco
Eres muy ambicioso para ser tan joven
Ella lloraba siempre, suplicaba un milagro.
No había forma de consolarle. Era una flor perdiendo sus hojas.
— ¿Mamá? — Shion, pequeño como era, ingresó a la habitación. Ella ya no ocultaba nada. Lloraba y a consecuencia de eso, tenía siempre irritados sus ojos verdes. Las mejillas hinchadas y los labios mordidos.
— Shion ¿Te he despertado?
— No mamá. — El pequeño se acercó a su mamá, su padre hacía mucho que dormía en la sala. — Es que, no dormía y te escuché llorar. ¿Te duele algo?
— Me duele todo, el cuerpo, el corazón. — Mordió de nueva cuenta su labio y Shion imitó sin darse cuenta. — Sabes... no quiero morir, no quiero dejarte solo, ni a papá, ni al bebé que está en camino.
¿Morir? ¿Un bebé en camino? ¿Estaría solo?
Shion abrió los ojos asustado. Recostado en su cama se quedaba sin aire.
Todo había sido una pesadilla, sintió nauseas cuando repitió la última frase de su madre. Aterrorizado intentó levantarse e ir al baño, las náuseas no le dejaron avanzar demasiado, las sabanas se habían enredado en los pies y había terminado cayendo al suelo. Intentaba regular su respiración, pero no hacías más que hiperventilarse.
"La realidad le caía de golpe"
Llegó el miedo de la oscuridad. Su mirada no enfocó enseguida, pero empezaba a darse cuenta de la tremenda pesadilla que había tenido. Viró su rostro entonces para observar el reloj en su mesita de noche. 3:00 am.
Simplemente no podía despertar a Dohko. No era correcto marcarle a esa hora.
Apenas pudo, se sentó en el suelo, recargó su espalda sobre la base de su cama intentando tranquilizarse. Sin encender la luz, rebuscó en su mesa de noche una cajetilla de cigarros y sacó el primero, lo encendió e infló fuerte sus pulmones con aquel humo seco.
— ¿Qué estás haciendo? — Shion viró el rostro de golpe hacia su cama y de un bulto de sabanas salía una figura. La voz la reconocía y a pesar de eso, encendió la luz.
— Mu... ¿Qué haces aquí?
— Te esperaba y... me quedé dormido. — La voz de Mu era suave, bastante adormilada aún. La luz de golpe había hecho sus ojos lagrimear, pero no se detuvo, se arrastró por el colchón hasta donde su hermano mayor estaba y le arrebató el cigarrillo. — Papá va a retarte si se da cuenta que fumas aquí.
— ¿Qué más da? — Shion soltó un suspiro, el pequeño Mu se levantaba de la cama y tras apagar el cigarrillo había abierto la ventana de su habitación para arrojarlo al jardín. Su padre jamás iba a aquella parte de la casa así que no sería un problema.
— Ojalá ustedes dos discutieran menos. — Ambos se miraron fijamente, aquella frase deprimía los ánimos porque se trataba de algo imposible porque Mu aceptaba todas las indicaciones de su padre sin reclamo alguno, pero para Shion aquello inaceptable.
Dime ¿por qué estás tan asustado?
— Sabes que, con ella a su lado, eso no es posible. Mu, sería maravilloso si tú y yo pudiésemos irnos de esa casa. ¿No te gustaría? — Mu dudó. Shion sabía que por muy maduro que fuese su hermano, pedirle a un niño de la edad de Mu que pensara en la idea de abandonar a su padre, era casi un delito. Era un delito, Dohko se lo había dicho cuando le había hablado de sus planes de huir de casa y llevarse a su hermanito. — Olvida lo que he dicho..., tenemos que dormir o mañana no iremos a la escuela.
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Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYA
FanfictionSi decides ser bueno, relativamente bueno, lo tienes todo: Un hogar, un perro, un comedor, sala de sillones claros, un refrigerador vacío, una mesa con cubiertos del desayuno, una habitación con olor a tabaco, aromatizante en exceso. Una TV Inmensa ...