Cap. 28: Aquel día.
(*) ¿Por qué te reirías
cuando sé que te duele por dentro?
Dita descalzó sus pies, se sentó en el borde de la cama. Shaka decidió salir un momento después de la llamada con Mu. Dita no hizo nada por seguirlo. Estaba cansado, torpeza mental y agotamiento físico. No cruzaba ningún pensamiento por su cabeza porque todo había sido muy confuso.
¿Qué había dicho Shaka?
Nada, absolutamente nada, por primera vez había quedado su amigo sin palabras, como si a un soldado, de pronto le hubiesen dicho "las guerras no existen".
¿Y qué harían ahora?
¿Esperar?
Dita se dejó caer de espaldas y arrastro su cuerpo hasta el centro de la cama, encogió las piernas para jalar la manta y cubrirse completamente. Cerró los ojos sin ganas de imaginar nada y el cansancio le fue venciendo.
Dormitaba ya cuando el sonido resonó en el suelo, junto a la cama.
— ¿Shaka? — Le llamó, pero aún estaba solo. No hubo respuesta así que se apresuró a tomar el móvil. Número desconocido. — ¿Sí?
Pocas personas tenían ese número, así que no podía darse el lujo de no responder.
— Dita, gracias a dios... que eres tú.
— ¿Camus?
— Si. — Suponía que el francés estaba aún en la calle, se escuchaba el murmullo de personas y el ruido de autos. Tal vez la radio del bus. — Sí, Dita, quiero hablar, quiero disculparme, contigo y con Shaka.
— Shaka no está, acaba de salir. Está dolido.
— Lo imagino, yo en su lugar estaría igual.
— Si entiendes, ¿por qué no lo ayudas a ir con Mu?
— Porque ya no somos unos niños, Dita, no sé qué pasó con Mu, pero está muy renuente a verlos, a salir de donde está, yo les dije que podía cuidarlo hasta que se sienta mucho mejor. Sé que puedo hacer que confié en mí y que me cuente qué le ha ocurrido.
— ¿De qué hablas? — El suspiro de Camus, del otro lado de la línea, hizo a Dita fruncir el ceño. — Camus. Si no vas a decirnos nada de Mu no entiendo la llamada.
— Quiero estar bien con ustedes.
— ¿Ocultando cosas? ¿escondiéndote? Tu plan de alejarte de todo se fue a la mierda, así que ya es hora de que se acaben todos los misterios y nos digas qué está pasando.
— Tienes razón.
— Deberíamos hablar mañana.
— No, dime en dónde están. Voy enseguida, mañana no podré.
.*.
Por primera vez en mucho tiempo estaba solo, no escuchaba nada.
No tenía ni cinco minutos solo en aquella habitación de hotel y había empezado a parecerle una eternidad. Aun así, no se quejaba, sabía que cada que Camus llegaba, el otro chico estaba mejor.
¿Mu? Aún se reusaba a llamarle de aquella forma, aquel nombre le daba jaqueca cada que lo recordaba y después se hundía en una inmensa tristeza de la que le costaba salir.
Prefería evadir esos pensamientos y centrarse en su actual problema.
Con seguridad podía decir que no había bebido demasiada agua, pero... necesidades eran necesidades y él se sintió casi atrapado cuando un ligero cosquilleo en su entrepierna empezó a indicarle que era hora de ponerse de pie y andar.
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Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYA
FanfictionSi decides ser bueno, relativamente bueno, lo tienes todo: Un hogar, un perro, un comedor, sala de sillones claros, un refrigerador vacío, una mesa con cubiertos del desayuno, una habitación con olor a tabaco, aromatizante en exceso. Una TV Inmensa ...