Cap. 17: Golden baby

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Cap. 17: Golden baby

(*) Desearía salir de esta ciudad

este viejo pueblo no huele muy bien

— Yo no iré con ustedes. Quiero volver a casa con mi padre. — Camus sabía del cansancio de todos, habían empacado durante toda la madrugada para poder salir lo antes posible. Caminaban como autómatas hacia la taquilla de autobuses y sus palabras habían sido como un balde de agua fría. Hacía frío. —

— ¿Qué dices? — Dita había sido el primero en preguntarle. Intercambió miradas con Mu y Shaka peor nadie le decía nada. — No debes estar hablando en serio.

Pero sí lo hacía.

— Lo he pensado toda la noche, no sabía cómo decirles, pero creo que esto no es para mí. No quiero seguir huyendo, no me gusta, quiero enfrentar las cosas y volver.

— Pero Camus. — Replicaba Afrodita como siempre.

— ¿Lo dices en serio? — Por el contrario, a la negación de Dita, Shaka se había hecho espacio para mirarle de frente y al primer intento que había tenido para desviar su mirada, sintió como las suaves manos del rubio le detenían el rostro, Shaka le hizo mirarle directo a los ojos, pero él ya lo tenía decidido. — Tal vez... esto ha sido muy pesado, pero te aseguro que todo irá mejorando. Y si no funciona, si después de que nos esforcemos piensas que no es lo tuyo, puedes volver con tu padre.

— No, lo he dicho muy en serio. Yo realmente pensaba que podíamos hacer algo grande sólo nosotros cuatro, pero no estoy seguro de que eso que logremos sea algo que vaya conmigo, sé que pueden pensar que es una locura pensar siquiera en regresar con él, pero ¿No es también una locura huir de esta forma? ¿Era lo que ustedes querían? ¿Cómo es que hemos llegado a esta situación?

Shaka, Mu y Afrodita bajaron la mirada completamente acongojados; si Camus supiera.

— Tal vez deberíamos volver todos. — Que aquello no fuera lo que Camus buscaba, no significaba que para sus amigos no funcionara, la sola idea de que regresara Dita a su casa, cuando antes de salir se había enfrentado a su padre, era un completo suicidio.

— Eso no... dijimos que no volveríamos. — Mu por fin había hablado. Soltó un suspiro y se acercó suavemente a Camus y con una sutileza encantadora depositó un suave beso en los labios de su amigo. —

— Yo sé que mi padre me hará la vida imposible..., por lo menos hasta que me perdone, pero quiero intentarlo. — Camus devolvió el suave beso que su amigo le había dado y después hizo lo mismo con Dita y Shaka. — Si llegaran a necesitar algo saben en donde pueden encontrarme... aunque espero en verdad que no necesiten nada. Ojalá que a partir de ahora..., intenten sobre llevar las cosas de una forma diferente.

Camus nos estaba retando y ninguno de los tres lo notó en ese momento. A través de los años debía haber aprendido que él no daba segundas oportunidades. Su corazón hacía costras de hielo cada vez que era herido y aquello le hacía poder levantarse día con día. Así que Camus una noche lloraba a escondidas y al día siguiente nos decía con completa seguridad que tendría una vida diferente.

— Lo haremos, de eso no tienes que preocuparte. —

— Confío en que así será. — Ni Mu, ni Shaka o Afrodita se atrevieron a dar la espalda a Camus, el primero en virar sus pasos fue el francés que decidía que no quería saber cuál era el destino de sus amigos. Camus salió de la estación de autobuses mucho antes de que "ellos" abordaran. No quería saber más de lo que ya sabía.

Acaricia mi alma |BL| SAINT SEIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora