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Recordar, es de lo único que te salvará.

– ¿Habrá un chance de que todo esto sea una simple falacia?

Seokmin no supo responder a la pregunta. Él deseaba oprimir un botón y que todo se arreglara de una vez. ¿No sería más fácil de esa manera?

« Exacto. ¿No crees que hay que pasar un poco de trabajo para obtener lo que queremos? »

Seokmin sintió desmayar. El mareo recorrió todo su cuerpo, sus ojos se abrieron hasta más no poder y su palpitar iba de una manera insana. ¿Acaso había escuchado bien? ¿Era realmente él?

¿Jisoo? ¿Estás realmente ahí? Por favor, dime que no es un juego. – el hemisferio derecho de su cerebro cosquilleó al escuchar esa risilla melódica.

« Aquí estoy cariño. ¿Me extrañaste? »

– No tienes idea. Yo... no sé qué está pasando y, estoy asustado. Esto se sale de mi control y lo hace aún más cuando no sé qué hacer. ¿Por qué no puedo controlar mi propia vida?

« Porque sigues pensando de la misma manera. Nunca debes darle el poder a quien puede usarlo en tu contra. Al decir que no tienes control absoluto sobre tu vida quieres decir que ella puede contigo. No dejes que tu mente te controle. »

– ¿Podré volver contigo si controlo mi vida?

– Cariño, tu rumbo depende de tus acciones. Tus acciones vienen de tus pensamientos, ¿y de dónde provienen los pensamientos? Tu mente es la barrera que nos divide.

– Hace un rato pasó algo extraño. Había alguien, se parecía a mí, me preguntó que con quién me quedaba. Jisoo, por favor dime que sabes a qué se refería.

« Una sola respuesta podría ayudarte o arruinarlo todo. ¿Prefieres vivir preso con tu mente y aliarte con el mundo, o prefieres ser libre y enemistarte con cierta humanidad? »

– ¿Hablas de la sociedad?

« Tú sabes de lo que hablo. »

De repente un estruendo se escuchó a lo lejos. Seokmin cerró los ojos al poner sus manos frente a su rostro como reflejo. Seungcheol copió su acción.

¿Por qué aún no recuerdas?

Segundos después se escucharon unas voces hablando sin parar una detrás de la otra. Las pisadas sonaban estruendosas como si hubiera demasiada prisa. Todas sonaban exactamente igual, excepto una que logró destacar.

– ¿Existirá algún alma que se apiade de mí? Dios, ¿por qué se me ocurrió comprar todo yo solo? Es horrible.

Los hermanos lograron abrir sus ojos y mantener el balance al ponerse de pie. Miraron por los alrededores, no había nadie, solo una persona.

– ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda con esas bolsas? – preguntó Seungcheol acercándose lentamente al muchacho quien parecía estar en apuros.

El joven alzó su vista y sonrió de oreja a oreja. Su rostro se notaba cansado aunque por su apariencia parecía ser alguien que no dejaba de ejercitarse. Las bolsas que cargaba estaban llenas de comida, realmente parecía pesar, la mayoría eran latas.

– ¡Sí, por favor! No saben cuánto tiempo llevo esperando por ustedes.

– ¿Nosotros?

– Sí, la ayuda. Ahora vamos, mi casa no queda tan lejos. – los hermanos se miraron extrañados ante la recién confianza del muchacho hacia ellos, pero no dijeron nada. Simplemente ayudaron.

Voces [Seoksoo/Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora