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Seungcheol

Habían pasado al menos más de doce horas desde que se separaron. Por suerte los chicos habían preparado mochilas con suministros necesarios para sobrevivir unos días en la profundidad del bosque. Gracias a eso desayunaron y estaban de pie caminando sin detenerse. Wonwoo había encontrado un atajo que según él lo usaban siempre cuando necesitaban atrapar a un sospechoso. Seokmin no habló durante el trayecto, Seungcheol sabía que su hermano estaba algo turbio debido a la información que habían recibido en sus sueños y con los demás chicos. Era demasiado para procesar.

Jeonghan no había aparecido en unas cuantas horas, no lo escuchaba ni lo sentía cercano. Sin embargo, se sentía algo triste por dentro. No entendía el porqué, no tenía una razón en concreto.

¿Por qué me siento tan deprimido?

« Lo lamento. »

– ¿Por qué te disculpas? ¿Tú eres la razón de mi tristeza?

« Me temo que sí. De cierta manera, nuestros sentimientos están conectados. »

– ¿Qué es lo que te tiene mal? ¿Por qué te siento llorar?

« No es nada. No estaré triste de nuevo, perdona. »

– Jeonghan, siempre has estado para mí, permíteme estar para ti. ¿Qué es lo que te tiene así?

« No quiero que veas mi parte triste. Yo soy quien te apoyo Seungcheol... »

– Permíteme ver tu lado humano.

Y como si fuera una orden así fue. Sintió una suave brisa que lo cambió de entorno. Seguía despierto, estaba consiente de que andaba con Wonwoo y Seokmin, pero su mente estaba en otro lado. Y ese lado era justo a la derecha de Jeonghan sentados en un banco en el centro de un parque.

Los ojos de Jeonghan estaban rojos, aguados con el brillo de una estrella, su nariz tomó un color rojizo rosado, incluso sus labios finos mantenían un color de fresa madura, estaban algo hinchados y las lágrimas delineaban cada una de sus esquinas. Por un momento Seungcheol sintió envidia de esas gotas saladas salientes de los lagrimales. Paseaban por cada zona baja del rostro de Jeonghan, subían por sus mejillas, bajaban por la nariz como un tobogán, caían hasta los labios como una almohada suave y seguían recorriendo el camino a la barbilla donde daban un beso para caer al suelo despidiéndose de su encuentro. Simplemente hermoso.

– Yo... intento mantenerme fuerte.

– ¿Sucedió algo?

– Necesito sentir sus ojos sobre los míos. No sabes cuánto duele no poder escuchar su risa, ver su amplia sonrisa y esos hermosos hoyuelos resplandecer todo el mundo. Seungcheol, me duele el corazón, pero no debo llorar. No puedo.

– ¿Puedo preguntar qué le pasó a esa persona? – Jeonghan sorbió su nariz sin responder. Recostó su cuerpo en el banco dejando su cabeza en el regazo de Seungcheol. – Debe ser alguien muy importante para ti.

– No sabes cuánto lo amo. Y no sabes cuánto he esperado por escucharlo reír.

– No tengo idea de lo que pasó. Pero, pronto mejorará, él regresará a ti. – Jeonghan dejó de llorar. Sus ojos se encontraron con los del pelinegro. Jeonghan miraba con detenimiento, curiosidad y algo más que Seungcheol no lograba descifrar. – ¿Qué pa...

– Gracias. – sus ojos grandes brillosos tal como cachorro curioso. Con su mano derecha tocó la mejilla derecha del pelinegro acercando sus rostros lentamente.

Voces [Seoksoo/Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora